• 09/09/2015 02:01

Ricardo Arias Calderón

Me siento comprometida a destacar el perfil de un político merecedor de escenarios internacionales que sacrificó legítimas aspiraciones

Este momento es oportuno para destacar la feliz iniciativa del Gobierno que preside el Excelentísimo Señor Juan Carlos Varela por la condecoración otorgada a Ricardo Arias Calderón, en reconocimiento a su trayectoria política y de quienes lograron la digitalización de sus memorias que darán testimonio a las futuras generaciones panameñas de su entrega al servicio de la Nación.

Me siento comprometida a destacar el perfil de un político merecedor de escenarios internacionales que sacrificó legítimas aspiraciones, para alcanzar la libertad y la democracia en nuestro país, en el que se rendía CULTO AL MIEDO, por los abusos y atropellos de la dictadura militar. Filósofo, docente, demócrata convencido, cristiano practicante, honorable, líder de pensamiento profundo y de acción permanente. La política no fue para él un ‘show' mediático ni ocasional ni una diversión, ¡fue un compromiso que cumplió! Enfrentó, con gallardía, vejámenes, insultos, agravios, ingratitudes, persecución, carcelazos y el exilio. Se empinó ante la desesperanza y dispuso llenar el vacío de sus ausencias obligadas por estudios y el exilio. Dispuesto a aprender, recorrió la geografía nacional, visitó mil comunidades y opinó, con conocimiento, sobre las fortalezas y carencias de ellas, así lo demuestra el libro Cien preguntas a Ricardo Arias .

Ante su liderazgo, el dictador que hoy ‘renace en El Renacer' (contradictorio, ¿no?), fue implacable en sus persecución... nos hizo caminar sobre brazas... Recuerdo como una pesadilla la golpiza que nos propinaron los pitufos en San Felipe y al grupo que hacía una vigilia en el apoyo al PAPO.

Hay una fotografía que recoge un escenario, Ricardo frente a la guardia armada, con los brazos hacia atrás protegiendo a los jóvenes que le acompañaban, Milton, Edwin, Temi y mucho más.

Nos decía: ‘Hoy luchamos por construir una democracia, mañana lucharemos por consolidarla y luego lucharemos por perfeccionarla'. En eso estamos.

En la alborada de los 80, aún los partidos políticos estaban proscritos y la situación del país tocaba fondo. Con el liderazgo de Ricardo, la Democracia Cristiana se convirtió en partido, su vehemente discurso transmitía acción y esperanza. Se alcanzó una cifra de inscritos que superó las expectativas.

Me inscribí en el PDC porque su ideología promovía la participación democrática, basada en valores que coincidían con mi formación. Apoyé al grupo de mujeres en su capacitación y al año pudimos celebrar el primer congreso, con la presencia de mujeres de todas las provincias. Por mi participación activa, fui postulada para representante de Bella Vista y Rubén Arosemena como suplente. Molirena brindó su solidaridad y ganamos la elección de 1984. El Gobierno nos negó el apoyo hasta para lo elemental, nos dejaron sin local adecuado y sin nada, lo que dificultaba el cumplimiento de nuestras responsabilidades, pero el partido nos había capacitado. A los tres meses de gestión alcanzamos la meta más alta trazada para cumplir en cinco años, dotar a Bella Vista de su casa de Gobierno local. Los logros alcanzados contaron con el apoyo del partido, con la guía acertada de Ricardo que estuvo siempre pendiente, el apoyo de empresarios y de los miembros de la Junta Comunal, Juan Planells y Esther Abadi (10 años) entre otros distinguidos miembros residentes.

Es obligante para mí reconocer la complacencia que demostró Ricardo repetida y públicamente por nuestros desempeños y la disposición de considerarme para ocupar posiciones dentro del partido, cuando tenía facultades para hacerlo.

Por un tiempo fui designada como vicepresidenta del partido, al enfrentar circunstancias adversas, cuando ‘nuestros aliados', en un gesto inexplicable e incomprensible, le destituyeron de su cargo de ministro. Él era primer vicepresidente de la República, elegido por votación popular, por sus méritos. Fue una injusta e ingrata acción por la que nunca ha recibido una disculpa.

Empecinado, a veces, sabía escuchar, pero preparaba su armadura para vencer nuestros argumentos. Separado de su cargo, sin que lo pidiera, le di un consejo: ‘Tenía derecho a una oficina en la Presidencia'; me respondió un ‘NO, porque estaba ocupada por una de las dos primeras damas y no querían desalojarlas'. La decisión le trajo críticas que no pudo evitar, a pesar de haber contribuido a desmilitarizar la seguridad pública, a sacar el país del caos, a la democratización y el fortalecimiento de las instituciones de servicio público.

Sus méritos sí se reconocieron internacionalmente, fue presidente de ODCA (Organización Demócrata Cristiana) y vicepresidente de la Internacional Demócrata Cristiana, distinciones que colocaron al PDC en la cresta de la OLA.

No siempre estuve de acuerdo con las decisiones del partido, cuando decidieron la postulación de un candidato contra la candidatura de Mireya Moscoso, un grupo consideró que no era el momento para tener un candidato propio. Recibimos un rechazo con abucheos, críticas y la petición de que abandonáramos la reunión, fue un momento amargo. Hoy sé que hice lo correcto. Tampoco compartí el criterio al disponer alianzas con partidos que no tenían los mismos principios ni las mismas intensiones ni la misma imagen.

Sigo siendo demócrata y cristiana, disfruto los encuentros con los excopartidarios. Aprecio la intensión de Edy Vallarino (noble como su madre) para reencontrarnos, pero hay que ser conscientes de que nuestro momento pasó, y ceder espacio a los jóvenes, confiados en que sabrán mantener los valores en su actuar político.

El tiempo difumina los recuerdos ingratos en mi balanza, pesa más la formación política que recibí, el reconocimiento al desempeño que mejoró nuestra calidad de vida y el afecto que recibimos de copartidarios, de Ricardo y su familia.

Es de justicia reconocer que será muy difícil igualar o superar el liderazgo de Ricardo Arias Calderón, su descendencia tendrá la oportunidad de mantener su legado.

*EXREPRESENTANTE DEL CORREGIMIENTO DE BELLA VISTA Y MUNICIPALISTA.

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