El problema del agua

En la localidad de Flint, en el estado de Michigan (Estados Unidos), sus habitantes no pueden beber agua del grifo. La no renovación de las tuberías de plomo ha hecho aparecer este problema, que podría extenderse a escala nacional, ya que la mayoría de las tuberías tiene una antigüedad de más de 100 años, y ni se vigila su estado ni se han renovado desde entonces.

Esta situación podría tener graves consecuencias a medio plazo, si no se toman medidas urgentes.

Según explica Mae Wu, abogada del Consejo para la Defensa de los Recursos Naturales, ‘la insalubridad del agua no debe temerse en lo relativo a la contaminación por metales pesados, sino también por la contaminación bacteriológica derivada de las numerosas filtraciones en las tuberías '. La contaminación del agua provoca un grave problema para la salud pública, y la falta de inversión ha hecho que este problema haya aumentado en los últimos años.

El agua es un bien cada día más escaso, pues el consumo crece cada año, y solo un pequeño porcentaje puede utilizarse para satisfacer las necesidades humanas. El problema no es la falta de agua potable, sino la mala gestión y distribución de los recursos. En 2015, según un informe de la Organización Mundial de la Salud en colaboración con Unicef, se calcula que alrededor de 663 millones de personas carecían de fuentes mejoradas de agua potable, poniendo en riesgo su salud y bienestar.

Otro de los problemas del agua es la privatización. En España, la mitad de los abastecimientos ya está gestionada por empresas privadas, y, a pesar de que la gestión pública es más eficaz, la privatización se ha usado como una forma coyuntural para obtener fondos. Este proceso parece avanzar a un ritmo muy lento, pero sin pausa.

Resolver este problema requiere de una cooperación entre la sociedad y los sectores público y privado para unir las decisiones individuales y los objetivos colectivos.

PERIODISTA

*CENTRO DE COLABORACIONES SOLIDARIAS (CCS), CCS@SOLIDARIOS.ORG.ES.