• 19/09/2016 02:00

Violencia sobre ruedas

En uno de estos conflictos mi taxista adelantó a otro auto de una forma abusiva 

Pretender a las seis de la tarde de un día laborable que un taxi te lleve desde el centro de la ciudad de Panamá hasta una barriada de las afueras, es casi imposible. Después de varios ‘no voy ', el conductor de uno de aquellos diablillos amarillos se compadeció de mí y me permitió abordarlo.

El taxista tendría poco más de veinte años, vestía pantalón corto, ostentaba tatuajes y aretes y escuchaba a toda voz un reguetón de moda.

Cualquiera que viva en este país sabe que el precio de las carreras de los taxis es objeto de oferta y demanda. La necesidad me obligó a pagar casi el doble de lo que consideraba justo, pero necesitaba ir a mi casa y no me importó el precio ni el chofer.

El tráfico era infernal. En los cruces de calles, la desesperación por pasar primero, con frecuencia producía unos tranques donde quedaban trabados tanto taponadores como taponados.

En uno de estos conflictos mi taxista adelantó a otro auto de una forma abusiva. En un semáforo en rojo quedó la víctima justo delante de nosotros y salió de su vehículo insultando y manoteando.

Teniendo en cuenta el aspecto barriobajero de quien me transportaba, temí una reacción violenta y traté de aplacarlo, pero no fue necesario porque puso ambos brazos sobre el volante en actitud de descanso y se quedó tranquilamente mirando al escandaloso.

Por fin cambió la luz del semáforo y el vociferante, como dijo Cervantes en su famoso soneto, ‘fuese y no hubo nada '. Le dije al taxista:

‘Te felicito por haber tenido la prudencia de no responderle a ese loco '.

El muchacho me contestó:

‘¿Por qué cree usted que yo no dejaba de mirarlo? Porque quería ver si se atrevía a tocarme el carro. Si lo hubiera hecho mire usted lo que llevo aquí para contestarle '.

Metió la mano debajo de su asiento y sacó una pistola que me pareció enorme, diciendo:

‘Y le aseguro que yo no saco esto para amenazar '.

COMERCIANTE JUBILADO.

Lo Nuevo
comments powered by Disqus