• 24/10/2016 02:00

La virtud como elemento de confusión

Y qué curioso que en el decálogo de miedos no aparece el Cambio Climático 

¿Le llama la atención el título de este escrito de opinión? ¿Anticipa por dónde va? ¿Qué nos indica una elección presidencial en donde los principales candidatos se dedican a discutir cuál de los dos es el menos virtuoso? ¿Qué deducimos al ver tantos países presididos por personajes manchados de deshonestidad? Al respecto esto trae a colación el famoso dicho de un granjero estadounidense cuyo comentario quedó grabado en la historia como el ensayo Los papeles antifederalistas. Dijo el granjero: ‘Los hábitos y el carácter de un poderoso e irrestricto líder pronto se convertirán en aquellos de todo el país'. Esta es la historia del mundo; sentenciada por José Ingenieros con estas palabras: ‘Cada vez que una generación envejece y reemplaza su ideario por bastardos apetitos, la vida pública se abisma en la inmoralidad y en la violencia. En esa hora deben los jóvenes empuñar la Antorcha y pronunciar el Verbo...'.

Más aún, el granjero estadounidense añadió que cuando las cosas llegan a tal grado: ‘La virtud solo engendra confusión'. Es entonces que la virtud es reemplazada por la vanidad y la pachanga, y así van desapareciendo las ideas y los principios; y vemos surgir a quienes llamándose ‘progresivos' claman por la abolición de los Diez Mandamientos. ¿Cómo fue que Roma engendró a Calígula?

Y por más que algunos se aventuren a proclamar que las sombras de Mordor ensombrecen la estancia, serán pocos los que entiendan y presten atención. Y es que hemos llegado a tal orden de cosas en donde los pueblos buscan noticias de alegoría al tiempo que desdeñan la integridad en sus líderes; y si lo dudan, no hay más que visitar los hemiciclos legislativos y tal.

A todo esto, los Meduca del mundo, esos que han tenido gran éxito en inculcar la idiotez en su gente, han perfeccionado el arte del no pensar. Igualmente, hemos promovido la Babel en la comunicación; lo cual imposibilita la toma de decisiones informadas y sanas.

Pero aún queda la pregunta: ‘¿Qué vino primero, la pérdida de virtud en los líderes o fue el pueblo que se desvió y produjo semejantes líderes?'. Y en tal escenario, ¿no habremos llegado a tal situación en la cual la virtud ya no es un valor apetecible, sino todo lo contrario? Recordemos las palabras de Tácito: ‘¿Estaremos más cerca de lo imaginado al estado en donde la virtud se convertirá en una sentencia de muerte?'. ¿Existirán ejemplos de ello en nuestra región?

Todas estas son las preguntas que se plantea Annie Holmquist, investigadora para la Intelectual Takeout; a quien, en particular, le fascina investigar y escribir acerca de los precedentes históricos de la estructura educacional americana.

Y qué curioso u horrible que al visitar el Blog de Holmquist, me encuentro con un listado de aquellas diez cosas que los estadounidense más temen; y veo de primero en la lista el temor al Gobierno. Sería interesante una encuesta de esto en nuestro patio. Y de ello surge la pregunta: ‘¿Por qué temen a sus Gobiernos?'. ¿Serán los retenes, pesquisas, cateos, coimas, corrupción, manipulación, desinformación, cupos, etcétera? ¿Podemos afirmar que tras estas actuaciones hay respeto a la honra o dignidad del ciudadano, tal como señala nuestra Constitución? ¿Acaso no somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario?

Y qué curioso que en el decálogo de miedos no aparece el Cambio Climático; pues solo apareció en el puesto 17; por debajo de las cucarachas, arañas, culebras y tal; y ello, a pesar de las inmensas campañas que claman desastres inimaginables. Mi mayor temor es el de no ser virtuoso.

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