• 04/01/2017 01:00

La política exterior varelista a medio mandato

Lo cierto es que el fenómeno sigue creciendo, debido al alto flujo de migrantes ilegales

En su discurso de mitad de mandato, el presidente refiriéndose al tema ha dicho: ‘En materia de Política Exterior, el 2017 será un año en el que tomaremos decisiones trascendentales para nuestro país y tenemos la oportunidad de continuar posicionándonos como socios regionales y aliados estratégicos en materia de seguridad'. Pareciera tarde.

Esto lo demuestra su accionar en tres escándalos de alto perfil (Mossack-Fonseca, caso Waked y Odebrecht) le han estallado en la cara que tocan los cimientos de la personalidad jurídica del Estado y su imagen internacional y en ninguno hemos visto acciones coherentes, sistemáticas y coordinadas para hacer frente a los mismos. Un periódico nacional de historia y prestigio ( La Estrella de Panamá ), asediado comercialmente producto de una medida administrativa de extraterritorialidad de EUA donde ha faltado firmeza por parte del Estado panameño en defensa de sus nacionales. En el caso del escándalo por soborno de la Empresa Odebrecht, en forma tardía han reaccionado ante un hecho público y notorio desde el inicio de esta administración. En el caso Mossack-Fonseca nada, por razones obvias. Estos tres caso evidencian un retorno a una política complaciente con EE.UU., grupos financieros transnacionales y los países de la UE.

Pasado el relativo éxito del Gobierno en la Cumbre de las Américas en abril de 2015, al mantener el compromiso de la invitación de Cuba a dicha cumbre y situar a Panamá como escenario del diálogo entre los presidentes Raúl Castro y Barack Obama, la administración Varela, entró en un confuso accionar de política internacional con el ingreso de Panamá en la Coalición Internacional contra el Estado Islámico, que provocó una contundente crítica y censura de la opinión pública nacional al poner en riesgo la seguridad y neutralidad del Canal con tamañas pretensiones geopolíticas.

Tampoco ha podido encontrar una solución al conflicto comercial con Colombia (pese al fallo reciente de la OMC a favor de Panamá) y Venezuela (deuda de empresarios venezolanos con Zona Libre). Lo que está ocurriendo con los migrantes en nuestra fronteras pone en evidencia las debilidades de Panamá por abordar de manera coherente una política migratoria a favor de los intereses nacionales. Lo cierto es que el fenómeno sigue creciendo, debido al alto flujo de migrantes ilegales.

La preocupación por el respeto, defensa y protección del medio ambiente ha dejado de ser un tema exclusivo de científicos y ambientalistas, para llegar a ocupar un lugar importante en la agenda nacional e internacional. A parte de la sonada participación de Panamá en la Conferencia de París, no hay una estrategia ni acciones de respeto, defensa y promoción del ambiente.

La política exterior de cualquier país debe estar dirigida a garantizar los intereses de sus nacionales, y esta se define a partir de tener claro el interés nacional, el interés del país. Para que sea posible identificar responsablemente esos intereses debe haber un proyecto nacional, un proyecto país. Varela y el actual Gobierno no lo tienen.

DOCENTE UNIVERSITARIO.

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