Asociaciones de egresados: una opción para el desarrollo personal y social

Carlos, 18 años: ‘Ayer recibí mi título de bachiller. Me siento perdido. Algunos de mis compañeros estudiarán en diferentes facultades y universidades y otros no sé qué harán'.

Marisa, 24 años: ‘Acabo de sustentar mi tesis. Voy a recibir mi licenciatura. Tengo cinco años de estar con mis compañeros. Algunos van a otras universidades a buscar sus maestrías y otros a trabajar. ¡Que tristeza! No los veré más.

Ricardo, 30 años: ‘Tengo mi título de licenciado y estoy casado, con dos hijos. Cuando pienso en la escuela secundaria y en la universidad, siento que siempre tenía gente con quien conversar y recibir apoyo honesto y desinteresado. ¡Cuánto me gustaría ver mis compañeros del colegio!'.

Carlos, Marisa y Ricardo representan a miles de egresados de las escuelas secundarias o universidades de nuestro país que no han tenido una organización de egresados en sus centros de estudios.

Durante la adolescencia, al igual que durante los años universitarios, se desarrollan vínculos y experiencias significativas, positivas y negativas, que impactan la formación de la personalidad y de los valores de los individuos.

Basado en las ricas y formativas experiencias de ESFINGE 66, una organización de egresados del glorioso Instituto Nacional de Panamá, le explico a Carlos, a Marisa y a Ricardo que hay opciones para encontrar apoyo y orientación honesta frente a las diversas interrogantes y crisis de la vida, después de terminar sus estudios; y sobre todo, tener el enorme gozo de volver a encontrarse con sus compañeros años después de haber terminado sus estudios.

Aquellos que están cursando la secundaria o la universidad pueden participar u organizar grupos comprometidos con el logro de metas culturales, cívicas, deportivas, artísticas, etc., con las cuales encuentren afinidad: asociación de ajedrez, de cine, de bailes folclóricos, de teatro. Para la defensa de la paz y reivindicaciones cívicas, injusticias sociales como lo que pretenden hacer con los periódicos La Estrella de Panamá y El Siglo, etc.

Durante los años escolares van surgiendo los líderes estudiantiles y, gracias a ellos, se constituye, antes de graduarse, un comité organizador de la futura asociación de egresados que se encarga de conseguir los correos electrónicos, teléfonos, comunicarse por las redes sociales y otros medios para mantenerse en contacto después de la graduación.

Los beneficios personales y profesionales de las asociaciones de egresados son múltiples: la ALEGRÍA de encontrarse con los(as) compañeros(as) a lo largo de la vida, reírnos y aceptar cómo cambiamos con la edad, e intercambiar RECUERDOS de los momentos únicos que cada uno vivió en el salón de clases, evocar anécdotas inolvidables con nuestros profesores y en los momentos de fiestas, experiencias donde nuestra identidad se fortaleció. Igualmente hay un valor de solidaridad al realizar un cronograma de reuniones de egresados: cada egresado es una fuente de competencias laborales y de madurez emocional que se activa para darle la mano al compañero egresado que se la pida: escucharlo, aconsejarlo, ofrecerle un empleo y sobre todo mostrar empatía.

Los egresados organizados representan un gran potencial para orientar y apoyar a su alma máter y un manantial de conocimientos que los futuros egresados aún no han vivido. Los directores de escuelas y decanos de facultades universitarias podrían establecer los mecanismos administrativos que promuevan la organización de asociaciones de egresados en cada una de sus instituciones, de tal manera que se estructure un puente entre los estudiantes y los egresados para mejorar la calidad de la educación y para fortalecer las redes de apoyo social entre egresados en los diversos tipos de circunstancia que la vida trae.

¡Viva ESFINGE 66!

¡Viva la iniciativa de formar asociaciones de egresados en los colegios y universidades!

PSICÓLOGO