• 18/01/2017 01:02

Señor director de la Autoridad de Tránsito: Renuncie por favor

Se anuncia además que finalizado el conteo no podría ingresar ningún pirata al sistema

Esta historia de terror que vivimos los panameños en materia de transito y transporte terrestre, no comenzó con el actual director de la ATTT, Julio González quien ya lleva 30 meses al frente de la institución, pero debo afirmar que se ha agravado, ya que durante su gestión no hemos visto un sólo avance en la dirección de corregir el desastre que vivimos los panameños a diario en las calles de este país.

En julio del 2014, el presidente de la República, Juan Carlos Varela, tras un accidente de un bus pirata ocurrido en Loma Cová. donde murieron 2 personas y 15 resultaron heridas, anunció al país la realización de un censo para determinar cuántos buses piratas hay en Panamá. Se anuncia además que finalizado el conteo no podría ingresar ningún pirata al sistema. Se advirtió que aquellos buses piratas que no cumplieran con las reglas del juego establecidas por la ATTT serían multados hasta con mil dólares. Estos anuncios fueron interpretados como el intento de legalizar un sistema irregular debido a la incapacidad del gobierno de resolver el problema de la oferta de transporte a la población.

Pasaron los días y el censo arrojó una cifra de 850 buses piratas que al final quedaron en 746, luego de una supuesta depuración realizada por la ATTT. Esta fue la gran primera mentira de la Autoridad de Tránsito ya que por las calles circulan mas de mil 500 buses piratas que no cumplen con ninguna norma de transito para brindar el servicio de transporte de pasajeros.

Estos buses transitan por las calles a altas velocidades y sin ningún tipo de identificación, sin el seguro de asiento obligatorio, conducidos por jóvenes sin la licencia adecuada y cobrando lo que les da la gana.

El desorden continúa, cuando vemos a diario cientos de vehículos transitando con matricula vencida, autos del Estado sin placas y luces de escolta transportando funcionarios de alta jerarquía.

En el transporte selectivo tradicional el desorden es igual ya que algunos taxistas siguen con la practica del ‘no voy‘, cobran lo que les da la gana y a la vez hacen el papel de taxis colectivos. En este sector han proliferado también las empresas dedicadas al alquiler por día de unidades a particulares sin ningún tipo de control. Uber es otra de las tareas inconclusas de la ATTT ya que tampoco se han atrevido a definir la situación de este sistema.

Y los que pensábamos que la historia terror de los Diablos Rojos había terminado, en los últimos meses nos hemos percatado de la proliferación de estos buses por todas partes con las mismas prácticas del pasado, música estridente, pavos, altas velocidades y desorden en el manejo.

En pocas palabras la actual administración no tiene nada que mostrar de sus mas de 30 meses al frente de la ATTT y para sorpresa de todos el jueves de la semana pasada, el director de la institución en vez de pedir disculpas por el casi nulo trabajo realizado y anunciarle al país su plan para resolver el problema de la circulación en Panamá, se sale con el aumento en el costo del trámite de inscripción de los autos, aprobado por la Junta directiva de la ATTT. Este anuncio cayó como un balde de agua fría en la población panameña que ha observado con detenimiento todo el deterioro que ha sufrido la institución en los últimos años.

Dudo mucho que una medida como ésta no haya sido consultada previamente por el director de la ATTT al gobierno nacional. Lo digo ya que luego del rechazo unánime que tuvo la misma, salieron el Presidente y el Ministro de La Presidencia a cuestionarla.

Señor Julio González, decisiones como éstas deben ser consultadas a la población según la ley de transparencia y usted y su junta directiva integrada en su gran mayoría por figuras del gobierno, no cumplieron con este trámite. Decir que lo hace para usar el dinero en beneficio del pueblo es otra mentira ya que con esto le está limitando la posibilidad a mucha gente pobre de este país a comprar un auto.

Señor Julio González, si en 30 meses y medio al frente de la ATTT usted no ha podido resolver un solo problema inherente a su institución, sea sincero y Renuncie. No hay peor acto de corrupción de un servidor público, que ocupar un cargo para el que no está capacitado.

PERIODISTA

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