• 15/05/2017 02:00

Se inundan las islas

Todo esto sin mencionar el aporte económico por medio del turismo y las fuentes de alimentación para su subsistencia.

Las raíces de los árboles nos recuerdan que aquel que hoy es fuerte y grande, alguna vez fue pequeño y débil y que nuestros cimientos son la base del futuro. Las raíces de los árboles son como nuestros indígenas.

Los indígenas en Panamá, que se encuentran divididos en cinco comarcas, son grandes defensores de la naturaleza que les rodea, debido a sus creencias espirituales y religiosas relacionadas con el agua y los bosques.

Sin embargo, tres de estas comarcas corren un inminente peligro, si no logramos mantener el incremento de la temperatura por debajo de los 1,5 °C, que es el objetivo propuesto en el Acuerdo de París en 2015 para preservar el bienestar ecológico del planeta.

Las comarcas Guna Yala, Wargandí y Madungandí se forman mayoritariamente, en el Archipiélago de Guna Yala, un conjunto de al menos 360 islotes, que con el derretimiento de los polos, el cual representa el aumento del nivel del mar, serán ‘comidas' por el agua hasta desaparecer. Debido a que el derretimiento de los polos es gradual y casi imperceptible, no entenderemos que estamos frente a una urgencia hasta que quede nada de estas islas.

Es una realidad que el mar devora el territorio insular y prueba de ello es que en los últimos 30 años, cada isla habitada ha perdido 1105 m de terreno, según un estudio realizado por la oenegé internacional Displacement Solutions.

Aunque es bien sabido que los gunas se ven en la necesidad de migrar de sus islas por la superpoblación que han generado, en unos años esta ya no será la única razón que los dejará sin hogar.

‘Cada vez son más frecuentes las inundaciones en la comunidades de Guna Yala, como la que viví a principios del 2016, en donde mi pueblo, casi todos los días estaba inundado hasta la altura de los tobillos. Esto es preocupante', comenta Adeybeth Morris, estudiante oriunda de la comarca.

Estos territorios indígenas representan incluso, mucho más que el lugar donde viven 35 000 personas. Representan la cuna de nuestra cultura e historia, donde han trascendido bailes, artesanías, ritos y creencias propios de los indígenas, por ende son tierras que llevan consigo valor histórico de nuestra nación. Todo esto sin mencionar el aporte económico por medio del turismo y las fuentes de alimentación para su subsistencia. Por estas razones, es necesario proteger nuestras raíces, pues en un mundo donde los inocentes son víctimas, somos cómplices los que no mantenemos a flote nuestra casa común.

ESTUDIANTE, 3ER LUGAR ORATORIA PANAMÁ 2016.

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