• 29/05/2017 02:03

Otra reflexión sobre las redes sociales

Hay una dependencia enfermiza que puede ser causa-efecto en los cambios de comportamiento de varios sectores de la comunidad.

Por razones obvias, actualizo esta entrega publicada hace un par de años. Para bien o para mal, los nuevos medios finalmente nos han traído al punto en donde estamos discutiendo su valor y utilidad en un escenario sociopolítico y cultural más extenso.

Al observar el futuro de la humanidad, desde un país en donde hay tantas desventajas, y a falta de que los que deciden presupuestos y asignan recursos tomen en serio el trabajo que realizan los que documentan los hechos para las futuras generaciones, solo queda depender de los medios de comunicación disponibles para que sirvan, de alguna manera, como fuentes de información. Las redes sociales pudieran jugar un papel importante en ese sentido; a falta de apoyo para los escribanos actuales, estos medios pudieran llenar un espacio documental para en un futuro servir también como punto de referencia.

En el tema de la comunicación de masas, las redes sociales han cobrado considerable vigencia en los últimos años, siendo más notable su incursión e influencia en los países avanzados y en las poblaciones de los países en vías de desarrollo como el nuestro. Observadores y expertos en conducta humana, desarrollo social y comunicación comienzan a notar los efectos (probablemente más negativos que positivos) en la población que las utilizan. Hay una dependencia enfermiza que puede ser causa-efecto en los cambios de comportamiento de varios sectores de la comunidad.

Un artículo publicado en la revista Forbes en el 2012, titulado: ‘Is Social Media Sabotaging Real Communication?', señala que los nuevos procesos de comunicación a través de las redes sociales, y la tecnología que los soporta, han acortado significativamente las barreras de tiempo, velocidad de respuesta y geografía; pero al mismo tiempo han erigido un nuevo grupo de barreras comunicacionales que ponen en peligro la salud y bienestar de la interacción humana.

La autora Susan Tardanico, consultora en comunicación y liderazgo, señala que con el uso de las redes sociales y ‘con el 93 por ciento de nuestro contexto comunicacional reestructurado (ella escribe: ‘communication context stripper away') estamos tratando de tomar decisiones basados en frases, abreviaciones, señas y/o figurillas, que pudieran o no ser fieles representaciones de la realidad que se quiere comunicar'.

A marzo de 2017, los números preparados por Statista (un portal de estadísticas, investigación de mercado e inteligencia de negocios en línea) nos indican que, a nivel mundial, la red social más popular es Facebook: que domina el escenario con más de 1870 millones de usuarios activos y tiene una cuota de mercado del 18 %, un 7 % más que su competidor más cercano, WhatsApp, que también es propiedad de Facebook. Le sigue Facebook Messenger: tiene mil millones de usuarios; y, los populares en Panamá, Twitter tiene 317 millones de usuarios e Instagram 600 millones. Si el papa Francisco no muestra una sonrisa en una fotografía con Donald Trump, esa imagen circuló entre un significativo porcentaje de estas 3787 millones de habitante del globo y otros tantos millones de usuarios de las otras 25 redes sociales que Statista monitorea.

Un grupo de investigadores del Massachusetts Institute of Technology, Carnegie Mellon University y del Georgia Institute of Technology realizaron una investigación publicada en el Harvard Business Review que sugiere que solo el 36 por ciento de los tuits vale la pena ser leído; 39 por ciento es de valor promedio y el 25 por ciento es una pérdida de tiempo.

Susan Tardanico sugiere que los medios sociales tienen el potencial de hacernos ‘menos sociales'. ‘Para que sea realmente un medio efectivo de comunicación, todas las partes deben asumir la responsabilidad de ser genuinos, precisos y no permitir que se reemplace del todo el contacto humano'.

Estas redes sociales, y la tecnología comunicacional que las facilita, han puesto en duda nuestra capacidad de superar el avance humano de los últimos 150 años; sustentados por la búsqueda intelectual de los descubrimientos que han llevado a esta sociedad a los niveles de desarrollo que ha alcanzado en las regiones más avanzadas del mundo.

La comunicación ha sido crucial en la divulgación y puesta en práctica de estos conocimientos y logros. En el ejercicio de mirar el pasado, las huellas informativas que dejarán las interacciones electrónicas de hoy, un rastro humano y social plagado de mentiras e insensateces, harán más difícil el trabajo de entender este tiempo que vivimos.

COMUNICADOR SOCIAL.

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