• 27/07/2017 10:10

La visita de Mike Pence

El vicepresidente norteamericano tiene pocas competencias expresamente previstas en la Constitución. 

Próximamente estará de visita en Panamá Mike Pence, vicepresidente de los Estados Unidos de América, y viene a devolver la visita que hace más de un mes realizó el presidente Juan Carlos Varela a Washington.

El vicepresidente norteamericano tiene pocas competencias expresamente previstas en la Constitución. La función principal del vicepresidente en EUA es asumir la Presidencia si el presidente muere, renuncia o se produce un juicio político y es destituido de su cargo.

En Washington se han adelantado esfuerzos desde el Congreso para realizar un juicio político al presidente Donald Trump y es conocido que los poderes fácticos del norte no se sienten cómodos con el imprevisible Trump y conspiran contra él sin remilgos, por lo que la figura del vicepresidente adquiere una especial connotación.

La visita de Varela, que ahora se reciproca, está llena de especulación, porque nunca surgió un documento que aclarara los términos y alcance de las conversaciones entre los dos jefes de Estado, siendo que las relaciones entre Panamá y los Estados Unidos de la mayor importancia para Panamá, que sigue teniendo de principal socio a los Estados Unidos.

Se ha especulado y no sin razones, por ejemplo, sobre el interés del Gobierno de Trump de tener bases militares en Panamá. Es evidente que Washington fuerza a Panamá para que contribuya en su estrategia contra Venezuela. Hay que recordar además las palabras de Trump, en medio de la campaña electoral, cuando dijo, en el 2011, que su país entregó "estúpidamente" el canal interoceánico "a cambio de nada".

Nuestro país tiene el desafío histórico de hacerle frente a la amenaza real y cierta a nuestra seguridad nacional, reconquistar la democracia, la institucionalidad, el respeto a todos los panameños, abrir en forma cierta la vertiente de la oportunidad del desarrollo económico y social para todos y no para unos cuantos bellacos, siendo que con tantos recursos del Estado, como nunca los hemos tenido, el mismo por su manejo, lo único que sustenta perversamente es un esquema de injusticia donde se consolida cada día un latrocinio vergonzoso que resulta en el empobrecimiento de la mayoría de los panameños.

Las instituciones moribundas y la corrupción sin ser procesada, tal es la vulnerabilidad a la que nos enfrentamos, próximos a cumplir 40 años de los Tratados Torrijos-Carter, en los que brilló fulgurante una política exterior que reivindicó la dignidad y el decoro nacional.

Hoy, no obstante, andamos íngrimos. El Estado panameño no es capaz ni siquiera de proteger a los ciudadanos y empresas panameñas que, desde agencias del Ejecutivo norteamericanas, violando nuestra Soberanía y jurisdicción, son incriminadas y sancionadas sin pruebas y sin proceso en el que se puedan defender. En tales circunstancias penosas, con la amenaza del cierre por el deliberado y arbitrario bloqueo de dos importantes medios de comunicación y el despojo de bienes multimillonarios a panameños, es que recibiremos próximamente a Mike Pence.

¡Así de sencilla es la cosa!

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