• 31/07/2017 02:02

‘Canto a la Bandera', tan vigente

¡Bandera de la patria! Las estrellas en tus colores su fulgor derraman perennemente vívidas

Se detuvo el mancebo en la rampa, frente al mar transparente. Comenzaba a brillar la mañana. En una de las naves de Aguadulce fondeadas en el puerto, hercúleo marino de color de bronce —cantando un alegre cantar de aldea— enarbolaba el pendón tricolor del Istmo. [...]

El céfiro de Ancón, puro y fragante como beso de virgen, acaricia la tenue seda del pendón flotante y tierno idilio sobre el mar sonante con el céfiro la bandera inicia.

¡Bandera de la patria! ¡Con celajes de púrpura encendida, con pedazos del cielo de los ístmicos paisajes y de marina espuma con encajes tejieron nuestras vírgenes los lazos!

¡Bandera de la patria! Las estrellas en tus colores su fulgor derraman perennemente vívidas. Por ellas, los hombres duros, las mujeres bellas¡ en patriotismo férvido se inflaman!

¡Ellas, en nuestros fuertes corazones, la llama avivarán del heroísmo, cuando al grito marcial de los cañones, enemigo clarín vibre canciones bajo el ardiente sol de nuestro Istmo!

Ellas reavivarán en nuestras almas amor por nuestras fértiles campiñas sembradas de naranjos y de palmas, donde —tras de luchar— núbiles niñas nos ceñirán de mirtos y de palmas...

¡Bandera de la patria! Sube..., sube hasta perderte en el azul... Y luego de flotar en la patria del querube; de flotar junto al velo de la nube, si ves que el Hado ciego en los istmeños puso cobardía, desciende al Istmo convertida en fuego y extingue con febril desasosiego ¡a los que amaron tu esplendor un día!

La Estrella de Panamá , 23 de mayo de 1915.

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