• 14/08/2017 02:02

Urgen controles migratorios

¿Quiénes se están beneficiando con todo esto?

Si Panamá continúa sin ejercer los controles migratorios serios y urgentes, el pueblo panameño y los residentes decentes y responsables, pagarán muy caro estas anomalías. Según informes, al país han ingresado para quedarse más de un millón de personas en los últimos cinco años. Las entradas no solo se dan por puertos y aeropuertos, por donde ingresa la mayoría, sino por nuestras amplias costas y selvas limítrofes. La legislación vigente, la falta de personal y recursos para ejercer un control efectivo como necesario en este peligroso aspecto, según expertos, ponen en riesgo la seguridad y hasta la vida de todos los ciudadanos y sus familias, así como a comercios, negocios y a todo el andamiaje de servicios del país.

La bomba migratoria aumenta cada día hacia este pequeño país de solo casi cuatro millones de habitantes, dadas, además, las políticas de deportaciones e impedimentos de ingreso a los Estados Unidos y al ser Panamá el único país con un crecimiento económico que, aunque no permea al pueblo, constituye motivación para quienes piensas que aquí no hay necesidades y todo es color de rosa. Las presiones y necesidades que agobian a todos los países centroamericanos, así como a las históricas situaciones de pobreza y precariedad que se vive en casi toda Sur América, igual en Colombia, que en Perú, Paraguay, así como la crisis política de Venezuela y la lastimosa situación en que han caído Honduras, y Méjico, país que en los últimos 20 años no muestra crecimiento económico y es hoy el país con el record mundial de muertes violentas y criminalidad con más de doce mil muertes durante el último año y cientos de desaparecidos, según informes periodísticos de crédito. Igualmente, la situación de agravamiento de la pobreza y el desempleo que se vive en España, Grecia, Italia, Ucrania y otros países europeos, vienen obligando a miles a emigrar hacia América, incluida Panamá, donde continúa la tradicional inmigración china. La situación tiende a agravarse cada día por la explotación de que son víctima miles de inmigrantes, no solo por explotación laboral, sino por incremento de la prostitución y los vicios.

Cuando estos miles de inmigrantes no consiguen ingresos suficientes trabajando, ¿a qué creen que se dedican y dedicarán? Tienen que sobrevivir, y en lo que menos piensan es en volver a sus países. Los vacíos y benevolencia en nuestras leyes facilitan el ingreso de ‘turistas' que no vienen a hacer turismo y que luego, cuando se ‘regularizan', tienen otros derechos como traer a familiares, aumentando lo que ya es una crisis en Panamá, donde nadie puede vivir en hotel ni comer y satisfacer necesidades, por 30 días siquiera, con 500 dólares y se les están dando 90, eso es ridículo. En concepto de profesionales y expertos, existe la necesidad urgente de legislar con actualización y dejar las excusas de humanitarismo, pues los primeros que lo necesitan son los panameños. Hoy, resulta muy difícil lograr un cupo en escuelas y colegios y, aún, en las universidades del Estado por la alta matrícula de extranjeros; nuestras leyes no protegen ni defienden a los panameños. Igual está sucediendo en los centros de salud, donde ya de por sí era difícil lograr un cupo, o medicinas, y menos, exámenes previos o una cirugía. Son precariedades, no de ahora, pero que se agudizan cada día ante la mirada impávida de los poderes del Estado panameño. ¿Quiénes se están beneficiando con todo esto?

Hay quienes culpan a las líneas aéreas, pero, ese es su negocio, transportar gente, nada más. Esas empresas no tienen nada que ver con lo que pasa después. Si un turista, es y viene realmente como tal, no le importa, es más, entiende que le beneficia —por su seguridad— que le exijan visa para venir a Panamá. Entonces, ¿por qué no establecer este requisito y no para un país, sino para todos lo que he mencionado y tal vez algún otro? Ejemplos existen en la historia. Suiza se protegió de inmigrantes luego de la II Guerra Mundial. Dejar entrar personas para que vengan a pasar trabajo acá, no les beneficia; al contrario, los llena de rencores y mala voluntad al no encontrar lo que creyeron. Además, crea resentimientos, ansiedad y malestar en el sobrestresado pueblo panameño que paga a quienes elige y son nombrados en cargos públicos.

PERIODISTA Y ANALISTA INTERNACIONAL.

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