• 11/02/2018 01:01

Ideas para combatir la obesidad

‘Los médicos o nutricionistas no pueden resolver este problema solos. Depende de los creativos publicitarios, los ministros de Finanzas y los planificadores urbanos'

¿Cuánto tiempo viviremos? Una pregunta difícil de contestar, pero la realidad es que hace apenas un año o dos, parecía que los cincuenta y tantos alcanzaríamos rutinariamente los 90, mientras que la mayoría de nuestros hijos llegarían a los 100. Pero ahora están llegando noticias espeluznantes. La expectativa de vida, tanto en la Unión Europea como en los Estados Unidos, cayó levemente en 2016 y 2017, el primer declive desde que Eurostats inició a compilar información en 1993.

Dado que la obesidad usualmente mata con un retraso de tiempo (a veces de décadas), los países occidentales corren el riesgo de experimentar la tercera caída sostenida en la esperanza de vida registrada en tiempos modernos de paz, después de la ex Unión Soviética poscomunista y partes del África subsahariana en el pico del sida. Las personas en los países con altas tasas de obesidad pueden comenzar pronto a ‘morir más jóvenes que las generaciones anteriores', dice el profesor Alan Dangour, experto en nutrición de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres.

¿Qué hacer? Los médicos o nutricionistas no pueden resolver este problema solos. Depende de los creativos publicitarios, los ministros de Finanzas y los planificadores urbanos. Los avances médicos requeridos comenzaron hace mucho tiempo. Poco después de la II Guerra Mundial, los investigadores notaron un aumento misterioso en los ataques al corazón. En 1949, un científico llamado Jerry Morris analizó las tasas de mortalidad en diferentes ocupaciones. Cuando llegaron los primeros resultados sobre los empleados del autobús de Londres, encontró que había una gran diferencia en la tasa de ataque cardíaco entre los conductores de autobuses de dos pisos y los de un nivel. Poco después, los datos de los trabajadores postales en Nueva York confirmaron que los carteros que caminaban tenían menos ataques cardiacos que las telefonistas y empleados que trabajaban detrás de mostradores.

Igualmente, el epidemiólogo Richard Doll examinó el misterioso aumento del cáncer de pulmón en trabajadores de obras públicas. Sospechaba que se debía al asfalto de las carreteras, pero mientras verificaba la validez de los diagnósticos observó que si alguien había sido descrito como no fumador, el diagnóstico siempre resultaba ser incorrecto. En 1950, Doll y Austin Bradford Hill publicaron un documento que probó el primer vínculo del tabaquismo con el cáncer de pulmón. Desde entonces, fumar está relacionado con muchas otras enfermedades, mientras que el ejercicio físico demuestra ser una bala mágica para casi todo, incluida la obesidad letal.

Afortunadamente, ahora sabemos cómo vivir más tiempo. Un tercio de las muertes prematuras de las personas podría prevenirse si hicieran más ejercicio, comieran de manera saludable y no fumaran, según el Ministerio de Salud. Eso es cerca de 2300 vidas al año. Salvar solo el 10 % de ellos podría alargar significativamente la esperanza de vida de Panamá.

En comparación, las muertes violentas son menos significativas. Sí, es terrible que más de 400 personas hayan muerto el año pasado por accidentes de tránsito. Pero la obesidad mata a muchos más. Las enfermedades no transmisibles que incluyen obesidad, diabetes, hipertensión, cáncer, tumores y derrames representan la principal causa de muerte en Panamá entre los años de 2002 y 2016. La falta de fondos y escasez de medicamentos en la Caja del Seguro Social, y el pésimo cuidado de la tercera edad son menos mortales.

Solo decir a las personas que hagan ejercicio y coman saludablemente no funciona. Todos hemos escuchado el mensaje, sin embargo, más de la mitad de los panameños ni siquiera hace ejercicio moderado, según el último Censo de Salud. Los médicos deben entregar el problema a las agencias de publicidad y otros expertos que saben cómo cambiar el comportamiento.

La larga lucha contra el tabaquismo es el modelo. Lo que funcionó fueron los mensajes de miedo en los paquetes de cigarrillos, y los impuestos. La Organización Mundial de la Salud respalda los impuestos a las bebidas hipercalóricas. El grupo clave a alcanzar son los menores de 18 años, ya que la mayoría de los hábitos alimenticios de toda la vida se establecen en la adolescencia. Los jarrones de fruta en las aulas ayudarían, así como construir aceras para caminar y carriles para bicicletas. Esto cuesta dinero, pero por ahora los países que han invertido en salud y regulado aspectos cruciales de alimentación son los únicos que han podido detener la espiral de la obesidad y mantener expectativas altas de vida.

EL AUTOR ES EMPRESARIO, CONSULTOR EN NUTRICIÓN Y ASESOR DE SALUD PÚBLICA.

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