• 31/05/2018 02:02

¿Constituyente?... una opinión

‘La prioridad para el servicio de la deuda determina la política económica del Estado; [...] priman la improvisación, la politiquería, la corrupción y la impunidad'

En democracia, la fuente del poder público es el pueblo, su legitimidad se la confiere la voluntad de la mayoría; la actual crisis, profunda e integral, signada por la corrupción desbordante, exige, por vía de la más amplia participación ciudadana, unir esfuerzos y voluntades para refundar la nueva república. La credibilidad de la actual administración es la más baja de las últimas tres décadas. Los cómplices y beneficiarios de la corrupción pretenden que la ciudadanía avale su propuesta para seguir en sus fechorías; le tienen pavor a la democracia, cuya expresión sería una Constituyente con plenos poderes, porque saben que todos los rufianes, que han saqueado las finanzas públicas, terminarían en la cárcel y sus riquezas mal habidas serían reintegradas al fisco.

El proceso electoral jamás posibilitará los cambios que la sociedad requiere, está diseñado para mantener estable el modelo que le garantiza al poder económico sus altos estándares de bienestar a expensas de la exclusión y el sacrificio del resto de la población. Lo único que permite el torneo electoral es reemplazar al instrumento. Y los pactos de recámara solo le sirven a la oligarquía; la Constituyente originaria es la alternativa racional.

El Artículo 271 de la C. N. dispone: La Asamblea Nacional podrá eliminar o reducir las partidas de los egresos previstos en el proyecto de Presupuesto, salvo las destinadas al servicio de la deuda pública... Este mandato revela la subordinación de la política económica a los intereses del capital financiero internacional; el cual, periódicamente, le hace ‘recomendaciones' al Gobierno de turno, tales como recortar ‘gastos' del sector social, porque ‘distorsionan el mercado'; sin importarles que el deterioro de los sectores más vulnerables continúe profundizándose; con mayor desempleo, servicios públicos deficientes y falta de respuestas, todos factores que contribuyen al incremento de la violencia y la criminalidad; secuelas propias del modelo que transfiere la riqueza nacional a los beneficiarios de las IFIs y de sus cómplices internos, porque es un modelo concentrante, que al mismo tiempo excluye, cada vez a mayor número de ciudadanos, forzándolos al sector informal de la economía, a sobrevivir en medio de la frustración.

Las IFIs son instrumentos del poder económico mundial, por eso imponen sus reglas a los Estados-Nación, desconociendo las fronteras y las leyes, y los Gobiernos se adaptan o asumen las consecuencias; como advirtiera Hans Tietmeyer: ‘pobre del Gobierno que no siga esta línea; los mercados lo sancionarían de inmediato. Obvio, pues controlan el flujo de capitales, el intercambio comercial y los mecanismos para obtener los mayores beneficios de la actividad económica. A las IFIs los planes de Gobierno les importan un rábano; los candidatos pueden prometer lo que gusten, porque, una vez instalados, lo que cuenta es la cartilla. Para una de las tantas ‘elecciones', en el Informe del Presidente del Banco Mundial sobre el Préstamo de Ajuste Estructural apareció la siguiente premonición: ‘Es probable que los resultados de las próximas elecciones no amenacen el actual proceso de ajuste estructural… los principales partidos políticos de oposición representan facciones que también favorecen las políticas que incentivan a la iniciativa privada'.

En las elecciones de 1994, en México, Luis Donaldo Colosio, dijo ‘la deuda externa representa lastre y atadura para el desarrollo… el reclamo popular de someter al interés nacional su pago y su servicio, seguramente habrá de enfrentar —afuera y adentro— presiones y embates. En plena campaña cayó víctima de un atentado. Fue remplazado por un Chicago boy que hizo la tarea a entera satisfacción de las IFIs. En la ‘elección' del 94 en Panamá, las IFIs advirtieron: ‘Endara evitará, lo más posible, reformas profundas y su propuesta de un referéndum para decidir las reformas a la Caja de Seguro Social, así como su propuesta de renegociar la deuda externa NO han sido bien vistos por Wall Street'.

La prioridad para el servicio de la deuda determina la política económica del Estado; por eso priman la improvisación, la politiquería, la corrupción y la impunidad. Los presupuestos para salud y para educación lo ilustran; ¿cuál es la política de Estado para el sector agropecuario?, hoy sumido en el abandono. En consecuencia, propongo la eliminación de esta norma aberrante y lesiva, porque nos impide atender las genuinas necesidades de la mayoría; además, solo sirve para que los acreedores y sus cómplices locales, ambos beneficiarios de la usura internacional, acumulen excesos. Según el Ministerio de Economía y Finanzas, de enero a septiembre del 2017, el Estado pagó 975 millones solo en intereses. ¡Algunos incluso han advertido que el Gobierno ya obtuvo préstamos para pagar intereses! Vasallaje que consolida las estructuras de dependencia y explotación y perpetúa la miseria y el rezago social de los deudores. Quienes duden de la subordinación y de la obediencia ciega de los Gobiernos al capital financiero internacional, pregúntense ¿cuál partido o quién de los candidatos eliminaría tan nefasta restricción, para que, como Estado soberano podamos conferirle prioridad a la atención de la deuda social? Alguno aceptaría... ¿Usted qué opina?

MÉDICO

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‘A las IFIs los planes de Gobierno les importan un rábano; [...], porque una vez instalados lo que cuenta es la cartilla'

‘El proceso electoral jamás posibilitará los cambios que la sociedad requiere [...]'

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