• 18/09/2018 02:00

Más allá de un eslogan

Entonces es inevitable preguntarse ¿qué está pasando con la Policía Nacional?

Proteger y Servir son dos palabras con significados muy profundos y que denotan mucho compromiso y responsabilidad. Pero, lamentablemente estas dos palabras juntas solo se han quedado como un eslogan pegadas en los uniformes, afiches, carros y vallas de la Policía Nacional.

No es un secreto para nadie que en los últimos años una institución que debería ser respetada, se ha convertido en la burla de todos los que casi a diario recibimos videos y fotos que se hacen virales por las redes sociales, de algunas unidades descarriadas que se han encargado de hundir, sepultar y pisotear la imagen, no solo de los uniformados, sino de toda una institución.

Entonces es inevitable preguntarse ¿qué está pasando con la Policía Nacional?

Mi análisis se remonta a unos cuantos años cuando la gente, con razón o sin ella, empezó a sentir desprecio por lo castrense, por el verde olivo. Puedo entender esa parte, pero se nos pasó la mano en pollo, como se dice coloquialmente.

Pareciera una tontería, pero esa simple manera de ver las cosas comenzó a erosionar la institución, porque así trabaja la mente del ser humano. Inmediatamente empezamos a ver a los policías como ‘cualquiera con uniforme' (que es totalmente errado) y se perdió el respeto. Esto, aunado al pobre y débil proceso de reclutamiento, ha sido una fórmula letal.

La disciplina y el respeto deben ser la base fundamental de una entidad como la Policía Nacional y si las máximas autoridades no cuentan con estos ‘requisitos básicos' …lo que cae en cascada es puro relajo. ¿Por qué digo esto? Porque nunca será lo mismo un comisionado que se fajó años en una academia, con todo lo que eso implica, a un comisionado que, con todos sus méritos, no lleva en su ADN la disciplina y autoridad que se requieren para dar el ejemplo al resto de los oficiales y agentes.

No basta solo con cumplir con una estatura mínima, no tener tatuajes y una escolaridad básica. Los requisitos deben ir más allá. Y es que no podemos seguir reclutando a personas que ven a la Policía Nacional como la última oportunidad para optar por un trabajo que les garantiza cubrir de alguna manera sus necesidades básicas. Nada más peligroso que una persona poco educada y ‘con poder'.

¿Por qué seguimos pensando que todo aquel panameño o panameña que apruebe los exámenes ya es apto para portar un uniforme y un arma?

Sonará como un cliché, pero se hace urgente una reingeniería en la Policía Nacional. Una que vaya más allá de cambiarle el color al uniforme, comprar carros de última tecnología o prohibirles usar su celular en horas de trabajo. Hay que empezar por la raíz, la misma academia.

Hay que revisar los requisitos de reclutamiento, hay que sacar a las manzanas podridas, hay que investigar a profundidad a cada una de las personas que muestra interés de convertirse en policía antes de aceptarla, hay que crear y ejecutar programas reales de apoyo y seguimiento psicológico para todas las unidades, hay que revisar los procedimientos internos, hay que… hay que… y hay tanto que hacer… Y ni hablar de los asuntos financieros. Eso requiere otro artículo. ¡Pero hay que empezar YA!

Podría alargarme en mis argumentos, pero en resumen, sobre lo que trato de llamar la atención es que no permitamos que una profesión tan noble quede reducida a videos virales de uniformados cometiendo actos que NI PROTEGEN NI SIRVEN.

ESTUDIANTE UNIVERSITARIA.

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