• 11/05/2019 02:00

Sorpresas electorales o la esclavitud mental sigue vigente

‘Así, seguirán las elecciones entre ofertas políticas que le parecen distintas a los votantes, pero que no lo son, porque siguen atrapados en la esclavitud mental'

En una de las canciones de Bob Marley que solía escuchar hace un par de décadas atrás (me refiero a ‘Redention song') rezaba con insistencia ‘emancipaos de la esclavitud mental'.

Esta esclavitud se da —explica Noam Chomsky— cuando las élites del poder producen nuevos modos de control para tratar de imponer nuevas formas de esclavitud mental de manera que (...) si puedes atrapar a la gente de manera que no se percate de —y mucho menos cuestione— unas doctrinas cruciales, esa gente queda esclavizada (Massachusetts, 2012).

En tal sentido, es un comportamiento cultural y este permite la comprensión de las preferencias de los votantes, que en nuestro país indican la preeminencia de una cultura consumista —de suyo cortoplacista e insolidaria por lo derrochadora— que tiene atrapada a la gente y que fue utilizada por los candidatos a distintos niveles, dando lugar a los resultados observados, tal como lo preveíamos antes del 5 de mayo ( La Estrella de Panamá , 4 de mayo de 2019).

Aunque aquí no pudimos ser explícitos, en nuestro medio académico sí manifestamos, en coincidencia con nuestro colega Enoch Adames, que esperábamos que el margen entre los dos primeros más votados fuera mucho más estrecho (menos de 3 % de diferencia fue el resultado) de lo que estimaban las afamadas y mercantilizadas encuestadoras conocidas por los medios de comunicación.

Así, lo ocurrido fue sorpresa para los que pasaron por desapercibida la denuncia de que Rómulo Roux y el presidente saliente tienen un parentesco —y en realidad más vínculos que ese—, así como para quienes subestimaron el distanciamiento discursivo y real entre el candidato Blandón y el señor Varela. Lo cierto es que los votos de muchos del partido Panameñista se desplazaron hacia el candidato con vínculos con el presidente del ‘Varelismo'. Algo así como que la sangre llama; mejor dicho, los intereses oligárquicos llaman. Blandón no era un candidato oligárquico. Algo muy parecido a la ‘sacada de tabla' sufrida por Balbina en el año 2009, a manos de la oligarquía financiera internacional vinculada o no al PRD, por no ser representativa confiable de estos intereses.

Ahora bien, esto da una idea del desplazamiento de votos de varelistas hacia el CD, pero no explica la cuantía importante de estos votos, dado que la conducta de las élites del varelismo no son seguidas mecánicamente por sus seguidores de base.

El acontecimiento ‘Lombana' también lo pudimos prever en nuestros círculos alejados de las pitonisas encuestadoras internacionales. Decíamos, se trata de un evento urbano, propio de clase media que tiene mucho elemento emocional —en función de sus modos de vida y sobrevivencia—, afectado por medidas y prácticas de los últimos Gobiernos, orientando su preferencia hacia un candidato que enarbolaba desterrar tales prácticas corruptas. Por eso dábamos por descontado que no subiera la loma crucial de un tercer escaño y con menos votos que los estimados por algunas empresas pitonisas.

En la generalidad de los casos, el hecho sociológico aparece aquí en que el electorado estuvo orientado por una misma lógica unitaria, a pesar de la diversidad de preferencias. Esa lógica, (Ver Pinnock, La Estrella de Panamá , 4 de mayo de 2019) puede discernirse como la lógica de la cultura consumista y que se hizo posible porque en lo sustancial casi todas las ofertas electorales eran más de lo mismo, en lo que Noam Chomsky explica como ‘doctrina crucial', según mencioné anteriormente. Casi todas tenían intereses y códigos articulados a prácticas consumistas.

Para las poblaciones periurbanas —repletas de trabajadores de BAJOS INGRESOS NETOS— Roux les ofrecía algo que es útil a sus estrategias de sobrevivencia: aumento de salario a los policías, billete en mano a las madres solteras, billete en mano a los asegurados por las medicinas, etc.

Para los pobladores urbanos de clase media, no continuar el deterioro de sus hábitos de consumo, por sus condiciones materiales de vida deterioradas por las prácticas políticas de corrupción, la oferta de los de libre postulación resultaban atractivas.

Los seguidores del PRD, con aspiraciones —anhelos consumistas de productores y trabajadores del campo, asalariados urbanos— que podrían ser satisfechos en esta vuelta. Nótese que no elevaron sus porcentajes históricos, porque sus ofertas de pretensiones consumistas no fueron tan llamativas a no copartidarios, como las de Roux.

Así, seguirán las elecciones entre ofertas políticas que le parecen distintas a los votantes, pero que no lo son, porque siguen atrapados en la esclavitud mental.

SOCIÓLOGO Y DOCENTE UNIVERSITARIO.

‘El acontecimiento ‘Lombana' también lo pudimos prever [...]. Decíamos, se trata de un evento urbano, propio de clase media que tiene mucho elemento emocional [...]'

‘[...] lo ocurrido fue sorpresa para los que pasaron por desapercibida la denuncia de que Rómulo Roux y el presidente saliente tienen un parentesco [...]'

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