• 25/08/2019 02:00

Una ciudad para las mujeres

En el mundo los derechos de las mujeres han avanzado en forma dispareja, porque tienen que ver mucho con la idiosincrasia de cada país. 

En el mundo los derechos de las mujeres han avanzado en forma dispareja, porque tienen que ver mucho con la idiosincrasia de cada país. En un viaje reciente conocí a una empresaria y filántropa portuguesa, Marianela Mirpuri, que presentó en la conferencia a la que asistíamos un innovador proyecto llamado ‘HERA City', con el eslogan ‘The light of women' (‘La luz de las mujeres'). HERA empezó como un movimiento por la dignificación de la mujer y está legalmente constituido como ‘Hera - Associação Internacional da Mulher', con sede en Portugal.

El concepto en que se basa HERA es la incuestionable posición que hoy día tienen las mujeres en la sociedad a la que pertenecen, algo que no cabría en la mente de nadie hasta principios del siglo XX, cuando las mujeres fueron elevando sus voces. Sin embargo, la equidad de género todavía no es una realidad omnipresente. Esta, la equidad, es fundamentalmente un derecho humano, y el compromiso de la fundación HERA es que todos los derechos humanos sean merecedores de reconocimiento, así como que todos recibamos el mismo crédito por nuestro trabajo y acciones.

El compromiso de HERA es enfocarse y elevar su voz en temas sensitivos para estrechar y ampliar las nociones de responsabilidad social hacia todos, incluyendo aquellos que permanentemente están siendo silenciados.

HERA visualiza su contribución a este movimiento en virtud de enmarcar una serie de acciones para colocar mujeres en posiciones que vayan estableciendo nuevos tipos de espacios de discusión, una especie de utopía femenina, romper la inquebrantable exclusión por medio de planes incondicionales, ampliando la vocería que emerge desde todas partes del planeta, sirviendo para promover y destacar a la mujer y su inmensa capacidad, tenacidad y creatividad.

Consciente de los grandes logros que se han obtenido en los últimos años en torno a la equidad de género, HERA quiere hacerlos llegar a todos de forma práctica. Se han diseñado planes robustos, con el fin de empoderar a la mujer, recuperar su dignidad y elevar el volumen a su voz. Para aquellas que militan en movimientos feministas, organizaciones internacionales u ONG que cabildean contra el maltrato se están creando proyectos innovadores.

Siempre apoyando la creación y posterior desarrollo de las bases legales, políticas y conceptuales de la equidad de género, HERA ha apostado por la creación de oportunidades concretas, tangibles y muy sustanciales especialmente para mujeres, a fin de que se sientan satisfechas con la vida que llevan.

Por tal razón, la señora Mirpury, con un grupo de lo que ella llama ‘embajadoras', ha propuesto crear una ciudad de las mujeres. No hay nada parecido a HERA City en el mundo. Lo que la distingue de otras asociaciones es el hecho de que la intención es materializar todo en un espacio en honor de la mujer. Un espacio de discusión y debate, de formación, de cultura, de entretenimiento, de turismo, de peregrinación, ya que ‘al menos una vez en la vida, cada mujer debe visitar HERA City', como dice su gestora.

En la actualidad, su fundadora lidera el proyecto para establecerlo en la ciudad marroquí de Marrakech, después de evaluar otros países. Se está en la fase de desarrollo del máster plan, a fin de presentarlo al Gobierno del Reino de Marruecos y definir el terreno donde se establecería. Va a ser un proyecto importante, sea cual fuere el sitio donde se establezca y la idea es replicar posteriormente el modelo en otros países. De Marruecos, su fundadora espera no solo el apoyo institucional, sino también la asignación del espacio, y está en la fase de presentación a posibles inversionistas y fuentes de financiamiento.

Hasta ahora el concepto contempla un gran centro compuesto de tres ejes: uno de convenciones y eventos, otro de formación y campus, y otro para actividades culturales, una especie de museo. A partir de allí se irían desarrollando otras dependencias, por lo que se requiere un mínimo de 50 mil metros cuadrados para este ambicioso proyecto.

No es excluyente, son bienvenidos todos, mujeres y hombres, y se pretende un alcance internacional, pero enfocado primeramente en el tema mujer, lo que seguramente producirá un mundo mejor, en todo sentido.

HERA quiere instituir una voz permanente, fuerte y duradera por parte de las mujeres, a fin de que cada género esté en posiciones iguales. Hemos llegado al momento en que debemos ser muy asertivos en cuanto al balance ideal de las responsabilidades sociales que el mundo necesita, que hoy día va muy rápido, gracias a las tecnologías de la comunicación, que hacen las realidades casi inmediatas.

Todos debemos empujar hacia lograr un mundo mejor, más equitativo e inclusivo. Y el concepto de HERA, empoderando a las mujeres, luchando todas hombro a hombro y elevando nuestra voz para que sea oída, puede ser traducido en proyectos de justicia social, ‘networking', seminarios, talleres, intercambios culturales y comerciales y muchas otras oportunidades para ilustrar a las mujeres –y a los hombres—, a fin de que convivan en un espacio común y logren sus objetivos.

HERA concluye describiendo su misión como una iniciativa para construir un futuro equitativo y justo, responsable, tanto para nosotros como para las generaciones que vendrán después.

ARQUITECTA, EX MINISTRA DE ESTADO.

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