• 30/08/2019 02:00

Educación, tecnologías y nuevas formas de aprendizaje

Hace algunos meses escuchaba una encuesta donde se le preguntaba a jóvenes temas relativos a la historia republicana

Hace algunos meses escuchaba una encuesta donde se le preguntaba a jóvenes temas relativos a la historia republicana; fechas de tratados, nombres de mandatarios y contenido de algunas gestas, sin que pudieran precisar una respuesta asertiva.

Esto se puede deber a que gran parte de la juventud nacida desde los noventa parece estar más enfocada en las redes sociales y otros pasatiempos, que, en retener abstracciones históricas, geográficas y literarias en general, con más razón, cuando no les ven alguna utilidad.

En el caso particular de la historia, por citar un área académica, notamos un alto porcentaje de jóvenes con poco interés de conocer nuestro pasado, que constituye la base del presente y futuro. Una premisa inicial para abordar el problema sería comenzar a entender las causas y dependiendo de los hallazgos proceder a hacer los cambios pertinentes en cuanto a métodos de enseñanza. En nuestra apreciación, hacen falta nuevos modelos de aprendizaje propios del siglo XXI que motiven a los estudiantes en distintos tópicos del saber humano.

Habría que comenzar por implementar métodos de enseñanzas más dinámicos y participativos que permitan al docente elaborar actividades de orden grupal, dirigidas a que el estudiante aporte ideas por medio de lecturas y formule conclusiones. Las técnicas expositivas utilizadas hoy día, de raíz escolástica y decimonónica, son propias de una época diferente a la que vivimos.

Expertos en América Latina han enfatizado la urgencia de promover en los estudiantes el desarrollo de competencias complejas, como el pensamiento crítico, la comunicación, el sentido de colaboración y la resolución de problemas. El salón debe ser un laboratorio, más que un auditorio, como lo dijera en su momento el doctor Octavio Méndez Pereira, que incentive al estudiante. Estos objetivos se pueden complementar con el uso correcto de tecnologías, que constituyen una herramienta universal del aprendizaje.

La educación integral comprende fortalecer todas las capacidades de los estudiantes, haciendo énfasis en lo cognoscitivo, práctico, emocional, espiritual, social, expresivo y participativo. Su ejecución contribuirá distanciar a los jóvenes de influencias delincuenciales que se observan en la capital y el interior del país, en otras palabras, es una forma de prevenir los delitos y crear mejores ciudadanos.

Decía Alvin Toffler que: ‘El futuro será para aquellos que desarrollen habilidades o técnicas de pensamiento crítico'. Su desarrollo se puede dar a nivel extracurricular, mediante la realización de debates constructivos sobre temas educativos y nacionales, facilitando la organización de grupos cívicos, patrióticos y académicos que robustezcan la conciencia ciudadana a una temprana edad.

Estos proyectos de participación han tenido en determinados escenarios el freno inmediato de la dirección de los planteles e incluso del sistema educativo que ha preferido estudiantes pasivos, acríticos y contemplativos de la realidad circundante y que no se atreven a emitir opiniones por el riesgo de ser sancionados.

Ejemplo de participación estudiantil lo dieron las generaciones que lucharon por la descolonización en el siglo pasado e hicieron sentir su voz a favor de la dignidad de la Patria. En su momento, fueron criticados por ciertos sectores de la sociedad que se resistían a escuchar las inquietudes de los estudiantes, quienes no están ajenos de lo que sucede en el país y viven a diario en sus comunidades las penurias de la sociedad.

Los retos políticos, sociales y económicos de esta centuria son muy distintos a los de décadas atrás. Hoy, se debate a escala internacional sobre el cambio climático, las nuevas formas de trabajo, la globalización, las guerras y el acceso al agua potable. En el ámbito nacional sobresalen los temas de corrupción, desigualdad social, migración, delincuencia, falta de hospitales y medicamentos, escuelas en mal estado, producción agropecuaria y desempleo, que afectan a los panameños.

Estos flagelos se discuten en las redes sociales que han llegado en algunos casos a desplazar a medios de comunicación tradicionales por la rapidez con que circula la información. Soslayar la influencia y el impacto de la tecnología en el mundo actual sería ir contra corriente. En esta dirección desempeña un rol fundamental en la correcta orientación el ente rector de la educación y los docentes, cuya capacitación debe ser permanente.

Hace falta para cumplir con estos estándares el acondicionamiento físico y tecnológico de los centros educativos públicos que en gran proporción fueron dejados al desamparo por los Gobiernos posinvasión en infraestructura y equipos.

No debemos olvidar las palabras del doctor Alfredo Cantón cuando decía que: ‘La escuela es una institución que refleja el pensamiento, modalidades y valores de la sociedad que la creó. Si esa sociedad tiene una concepción clara de lo que ella es, de lo que quiere ser, de su propio destino, entonces tendrá también una filosofía de educación clara y precisa, por ende, sabrá qué tipo de ciudadano ha de adoptarse'.

ABOGADO E HISTORIADOR.

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