• 05/03/2020 04:00

El Principio de Peter y los funcionarios del presidente Cortizo

Laurence J. Peter lanzó desde 1968 una serie de principios sobre el comportamiento humano, que luego fueron comprobados por universidades y varios expertos, entre los que señalaba que todos tenemos la tendencia a ascender, pero que así mismo todos tenemos un nivel de incompetencia.

Laurence J. Peter lanzó desde 1968 una serie de principios sobre el comportamiento humano, que luego fueron comprobados por universidades y varios expertos, entre los que señalaba que todos tenemos la tendencia a ascender, pero que así mismo todos tenemos un nivel de incompetencia.

Varios casos de notable incompetencia se han estado registrando durante la actual administración del presidente Cortizo, en vista de que, en menos de nueve meses, período de gestación, varios funcionarios han demostrado su incapacidad en el desempeño de los puestos que les han sido asignados.

Entre estos nuevos funcionarios de la cosa pública se destacan ministros, alcaldes, diputados y más recientemente la encargada de la Defensoría del Pueblo.

En cada uno de estos casos se han producido conmociones, haciéndole daño a la gestión del nuevo mandatario, quien tiene que hacer de tripas corazón para encubrir la falta de competencia de algunos funcionarios sobre los cuales puso buena cantidad de su confianza.

Todo comenzó, y muchos lo olvidan, desde el primer momento en que nombró el gabinete. A las 24 horas, por mal manejo de uno de sus más allegados, tuvo que renunciar un primer ministro, a cargo de una de las carteras más emblemáticas como la del Ministerio del Canal. Trascendió que uno de sus colaboradores creyó que estaba por encima de todos los demás ministros.

Un alcalde, sin mayores proyecciones y falta de talento, y sin el conocimiento adecuado, propone rescatar unas playas en lugares en donde se le ha dicho hasta la saciedad que es un proyecto irrealizable frente a los riesgos sanitarios y los costos y efectos al medio ambiente.

El sainete sobre la renuncia y despido de dos ministros responsables de la seguridad pública fue resultado de un descalabro que después se profundizó aún más, nombrando a una persona incompetente.

Los diputados, en su conjunto, han demostrado una incapacidad craza para empinarse sobre la miasma de sus antecesores. De nada sirvió la campaña de “no a la reelección”. Aquí habría que estudiar si los incompetentes fueron los electores. Pero definitivamente no han demostrado más que lo mismo, acentuando que la curul es una posición apta para el clientelismo, hacerse la vida fácil y con los bolsillos repletos.

La “tapa del coco”, dicho a lo panameño, lo ha demostrado la encargada de la Defensoría del Pueblo, aupada precisamente por diputados, haciendo declaraciones aberrantes y demostrando su anquilosada competencia para el puesto.

Estos breves ejemplos son solo unos cuantos, con cierto grado de visibilidad, que comprueban uno de los principios de Peter, cuando también dice que algunos no suelen darse cuenta del nivel de su incompetencia.

Estamos, pues, frente a un escenario muy recientemente estrenado, en donde el principal obrero del país, sentado en un taburete, tiene en sus manos la difícil tarea de escoger competentes, a fin de lograr que entre todos unidos lo hagamos mejor. Mientras, los ciudadanos de esta patria se incomodan cada vez más.

Periodista
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