Líder blanco del arrabal

La historia tiene protagonistas los cuales son víctimas de los intereses creados empeñados en hacerlos invisibles, al estilo de Patricia Pizzurno en el ensayo Memorias e imaginarios de Panamá.

José Domingo Espinar Aranda (1791-1865) es médico cirujano, ingeniero, geógrafo, periodista, catedrático, escritor, político y militar. Un humanista.

El líder del arrabal santanero es el panameño más cercano a Simón Bolívar. Espinar es jefe del Estado Mayor en el Perú (1826), secretario privado y médico de cabecera en Pativilca (1824) en la grave tisis que lo afecta.

Espinar Aranda participa al lado del general José de San Martín en las campañas de Chile y el Perú. José Domingo es reconocido como prócer de la independencia del país de los incas. Antonio José de Sucre lo nombra secretario (1823) y lo recomienda a Bolívar. El Congreso Admirable lo distingue en la secretaría general de tan importante cónclave. La formación académica, talento, cultura y lealtad son las credenciales de un hombre de honor.

José Domingo dirige el primer movimiento separatista de los istmeños contra Nueva Granada, el 26 de septiembre de 1830, aprobado en Cabildo Abierto. Espinar, leal a Bolívar, desea que El Libertador asuma el liderazgo del Istmo ante la desintegración de la Gran Colombia, el sueño bolivariano de la Patria Grande.

Bolívar, el héroe solar de la América criolla, ya está herido de muerte por la tuberculosis y el desgarramiento moral por las traiciones de los más allegados como Santander. Espinar Aranda lo acompaña en el vía crucis, cuando le informan en Cartagena del asesinato de Antonio José de Sucre (1830).

La burguesía istmeña lo ataca con saña, lo acusan de gestionar una Revolución de Castas. Los liberales lo adversan, como Mariano Arosemena, Tomás Herrera y José de Obaldía, y el conservador José de Fábrega, de la “república de los primos”, llamada así por Omar Jaén Suárez.

Los rabiblancos, de Carlos Manuel Gasteazoro, la elite de la época, nunca van a aceptan que “los de afuera”, los del arrabal tengan el liderazgo político. Espinar es vilipendiado cuando traslada a José de Fábrega de la burguesía latifundista, a Veraguas. Mariano Arosemena y José Domingo de Obaldía califican a Espinar, el Benemérito del Perú, como “hijo espurio del Istmo”, son los enemigos acérrimos, como lo es también José Vallarino que lo indispone con Bolívar.

La aristocracia criolla lo denigra como dictador. La elite nunca simpatiza con Bolívar cuando libera a los esclavos, en Panamá se cumple ese mandato en la década de 1850. El patriciado rechaza la lealtad de Espinar al prócer de América, por eso lo odian.

La conspiración tiene éxito en Bogotá y exilian a José Domingo Espinar al Perú.

El perfil de José Domingo Espinar lo traza con puntualidad Doris Ávila Rojas, es licenciada en Matemáticas con maestría en Genética. Los historiadores le deben a la nación panameña una investigación exhaustiva como la publicada por una dama apasionada por conocer a uno de los panameños más distinguidos del Siglo XIX.

Los aportes de Doris Ávila Rojas son significativos: Espinar no es negro, es tan blanco como Buenaventura Correoso, otro líder del arrabal santanero. José Domingo Espinar estudia Medicina e Ingeniería en el Perú, es catedrático de Matemáticas en el Ecuador y Retórica en la Universidad de San Marcos de Lima; senador electo en dos ocasiones, al representar a Panamá en Colombia.

El brigadier general participa en las batallas de Junín y el sitio del Callao, en la guerra de Bolivia con el Perú. Acompaña a José de San Martín en las campañas de Chile y el Perú, es ayudante del Estado Mayor del héroe argentino en el Perú. Bolívar distingue a Espinar por siete años como parte de “su casa oficial”.

El médico atiende epidemias de cólera en el Perú (1821) y Panamá (1850). La labor benéfica y filantrópica en el Perú le es reconocida, en Panamá nunca lo hacen por la persecución política de la elite criolla. Odian a Espinar.

Espinar como escritor y periodista colabora en Revistas Literarias como el Ramillete y La Colmena, apoya el feminismo de las mujeres suramericanas, incluso comenta la participación en combate y la valentía al ser ejecutadas por los españoles.

El Panameño (1852), periódico de la época, publica las recomendaciones de José Domingo para evitar la fiebre amarilla.

Espinar es un hombre versátil, de sólida formación en Humanidades y las Ciencias. Doris resalta el carácter de Espinar Aranda, es depresivo, impulsivo, apasionado, afable, leal, sin ambiciones políticas ni de liderazgo.

El libro de Doris Ávila Rojas presenta una síntesis de los estudios realizados en Panamá, es una guía referencial. Visita el Perú y conoce a la familia del prócer de la independencia del coloso andino. Las recomendaciones son precisas para ampliar el estudio de un panameño notable como lo es José Domingo Espinar Aranda. Las fuentes documentales son valiosas.

La lectura de la obra de Ávila Rojas me recuerda a Victoriano Lorenzo, víctima también de la insania de unos pocos, igual ocurre con Carlos A. Mendoza.

José Domingo Espinar, como visionario, expresa: Panamá, cuando obtenga un día una existencia propia, será obra del tiempo, de la instrucción y moralidad de nuestras masas.

Referencia bibliográfica: Ávila Rojas, Doris. José Domingo Espinar: controversias y realidad/ Panamá, impreso en la USMA. 2017. 280p. il. Pueden consultarlo en la Biblioteca Nacional. El Ministerio de Cultura debe editarlo.

La Biblioteca Nacional tiene una valiosa bibliografía sobre el tema. La Revista Lotería y La Estrella de Panamá aprecian las reflexiones sobre un hombre ejemplar como José Domingo Espinar Aranda.

Dedicado a Omar Jaén Suárez, el mejor científico social de Panamá.