- 18/07/2020 00:00
¡Hasta en tamaño de pandemia le ganamos a los ticos!
Por curiosidad, abrí un titular de un diario de Costa Rica, el recién pasado domingo 5 de julio, y un titular dice: Ver: Costa Rica con nueva marca de 310 contagiados Covid-19 para un total de 4621. Del Ministerio de Salud de Costa Rica, Informe del sábado 4 de julio de 2020: “El país contabiliza la muerte de 19 personas de COVID 19. Un joven que llegó en estado de shock al Hospital San Juan de Dios.
Los anteriores fallecidos fueron nueve mujeres y nueve hombres, 15 costarricenses y tres extranjeros, con un rango de edad de 26 a 89 años, y ahora acumula cuatro mil 621 positivos, con entre cero y 96 años; dos mil 675 son hombres y mil 946 mujeres; y tres mil 275 son costarricenses y mil 346 extranjeros. Del total de infectados, tres mil 652 son adultos, 220 adultos mayores, 662 menores de edad y 87 en investigación; hay 73 hospitalizados, 10 en cuidados intensivos, con entre 40 y 76 años de edad; existen positivos en todas las provincias y en 79 de los 82 cantones; y mil 721 recuperados”. (Fin de noticia).
Prácticamente se me fueron las ganas de escribir un aporte a La Estrella de Panamá, porque “ya no tengo nada más que aportar”. Ni soy médico, menos virólogo, ni infectólogo ni epidemiólogo. ¿Qué puedo aportar, sin que me caigan a palazos los doctores? Me puse a pensar: ¿y entonces, para qué te metiste a escribir una opinión sobre ese tema del famoso bichito que tiene al planeta y a Panamá en jaque? (eso es más jodido que vivir en el olvidado Jaqué). Y me dije, “bueno, lo que sí puedes decir en tu artículo es que ese país ya mencionado no está en Mercurio (tal vez usen, eso sí, mercurio cromo en sus hospitales para heridas), y ese pueblo nos queda a una hora de avión en COPA (en el siglo que vuelva a volar); esa pequeña nación como la nuestra con cerca de medio milloncito más de habitantes, gracias a Daniel Ortega, está, si no han cambiado las coordenadas, ubicado en Centroamérica y en este continente, dentro del planeta llamado Tierra.
¿Qué más puedo decir? Bueno, que ese país tiene más blancos que nosotros -aunque también tiene sus negritos- que tiene un lema que dice “pura vida”, que son en promedio más educaditos, que le llevamos gran trecho oyendo reguetón en emisoras, que también nos los ganamos de sobra en rascacielos y que su capital al lado de la nuestra parece un poquitito más grande que David, y cuidado que la capital chiricana tiene más aire de ciudad. Que no sueñan con tener acceso en vivo a “La Cáscara”, ¿algo igualmente relevante? ¡Ah, que, según cifras oficiales, apenas tiene un presupuestito anual para el 2020 de $18, 400 milloncitos; o sea, le sacamos la ñec con $5084 millonsones, teniendo menos población que ellos; o sea, nos lo llevamos por calle y media!
Y, llegué hasta allí. Me está prohibido por ética y conciencia -y por saber “cero de medicina”- hablar de los efectos de la pandemia en Panamá (me agregan que los ticos no tuvieron el “control militarizado del encierro que hemos tenido”), o sea que en control de cuarentena también nos lo ganamos; ellos tienen la desventaja de menos uniformados; y eso sí, cometen la tontería de invertir más porcentaje de del PIB en Educación y en presupuesto de Salud, en vez de invertirlos bien en líneas de Metro moderno como el nuestro; y encima de eso, jamás podrían soñar con un Canal y encima ampliado como el que tenemos (“que se chupen esa, joder”).
Y al llegar hasta aquí, ya se me fueron las ganas de escribir ningún aporte, así que decidí llamarle a esto simplemente “un reporte”. ¿De qué pueden alardear esos pobres ticos frente a la monumental ventaja que le llevamos en todo? Y me dije, “no te metas en más líos”. Y punto, me quedo en “reporte” y le pido disculpas a La Estrella de Panamá, por meterme a “articulista” y no saber cómo hacerlo.