• 05/10/2020 00:00

Sospechas, dudas y teorías de conspiración

“Sospeche y dude de todo lo que le llegue de este y todos los temas. Libérese de la pereza y del secuestro mental y comience a pensar por sí mismo”

Voy a ser lo más claro posible y a repetir lo escrito en esta columna varias veces durante los años: duden. No crean o tomen por cierto nada de lo que se les dice en el escenario mediático, ya sean los oficiales o lo que circula a través de las redes sociales. A estas alturas me llegan reenvíos de eventos que ya habían circulado hace muchos meses (o quizás años), que ya se había desmentido en su momento o aclarado, a fin de contribuir a sanear de malignidad las vías que utilizamos del llamado “information highway”. Pero las personas insisten en reenviarlos, a pesar de las advertencias, sorprendidas y seguramente convencidas de que nos hacen bien al alertarnos de la información recibida desacreditada una, dos y ya no sabemos cuántas veces en el pasado.

En el artículo titulado “Why we fall for fake news: Hijacked thinking or laziness? (“¿Por qué creemos las noticias falsas: pensamiento secuestrado o pereza?), escrito por Kristen Weir, publicado el pasado 11 de febrero de 2020 por la Asociación Americana de psicología, Weir cita un estudio realizado por el científico informático Dr. Soroush Vosoughi y sus colegas de la Universidad de Dartmouth, quienes descubrieron que “las noticias falsas en realidad llegan a más personas y se difunden más rápidamente que la verdad”.

En su artículo, Weir también cita al doctor David Rand, profesor del Massachusetts Institute of Technology, quien teorizó que: “La explicación dominante de por qué la gente cree las noticias falsas ha sido que su razonamiento está cautivo por prejuicios partidistas [en la política] y su pensamiento (razonamiento) ha sido secuestrado”. Los estudios de Rand también pintan una imagen alterna: “Las personas que creen en cosas falsas son las personas que simplemente no piensan con cuidado”.

En la madrugada del viernes 2 de octubre, se anunció que el presidente Trump y su esposa Melania salieron positivos en la prueba para detectar la COVID-19. A primera vista, una noticia de la Casa Blanca es suficiente para hacerlo creíble, ¿por qué dudar? Pero igual, y para los escépticos, se arma un escenario más completo para afianzarlo.

La cadena de noticias sobre este acontecimiento comenzó con el anuncio de que su asistente, Hope Hicks, había resultado positiva con el coronavirus en la prueba de ese día. Hicks es parte del círculo familiar de los Trump, desde el 2012 y durante las investigaciones el año pasado en las pesquisas del exabogado especial Robert Mueller sobre la interferencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016, Hicks, entonces directora de Comunicación de la Casa Blanca, tuvo que renunciar por haber mentido a los investigadores de Mueller a favor del presidente Trump. De allí, una vez absuelto Trump en el juicio en el Congreso, Hicks regresó a la Casa Blanca como asesora del presidente. La pregunta es: ¿por qué no se prestaría para mentir nuevamente?

Agregaría a esta teoría conspirativa (ya que de eso nos hemos alimentado noticiosamente en los últimos años) otros elementos que pueden ayudar a que sea más creíble. Las infecciones con el coronavirus del personal del servicio secreto que custodian al presidente, su mayordomo y asistente personal y otros miembros del personal que labora en la Casa Blanca en el circulo presidencial.

Las estrategias de desviación siempre se preparan para momentos críticos. Después del desastre y el asombro generalizado por el comportamiento de Trump en el debate de la semana pasada, había que hacer algo. Si el anuncio es una mentira con fines electoreros, el aparato de inteligencia, con quien Trump ha tenido serias divergencias a lo largo de su mandato, a mi parecer, ve atadas sus manos para desmentir abiertamente al presidente y a otros altos oficiales. Le tocaría buscar la manera de desmentir que el presidente tiene COVID-19 a través de otros medios que no los enfrenten directamente.

No soy el único, a través de las redes sociales han circulado desde el primer momento comentarios y otras teorías conspirativas sobre la veracidad del contagio de Trump, una cultura que sus actos han creado. A un mes de las elecciones, un desesperado Trump es capaz de hacer cualquier cosa, ya lo ha demostrado. Sospeche y dude de todo lo que le llegue de este y todos los temas. Libérese de la pereza y del secuestro mental y comience a pensar por sí mismo.

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