• 06/10/2020 00:00

Reactivación económica, Trump con COVID-19 y Jinping en la ONU…

Definitivamente la COVID-19 nos cambió la vida. Tenemos nuevas actitudes y costumbres y entendemos que todo se quedará así, hay que seguir usando tapabocas, guantes y el distanciamiento físico; así abran los “malls” y más, compramos, comemos, caminamos y nos trasportamos diferente, así es y así hay que aceptarlo.

Definitivamente la COVID-19 nos cambió la vida. Tenemos nuevas actitudes y costumbres y entendemos que todo se quedará así, hay que seguir usando tapabocas, guantes y el distanciamiento físico; así abran los “malls” y más, compramos, comemos, caminamos y nos trasportamos diferente, así es y así hay que aceptarlo. Ya nos acostumbramos a la muerte y al aislamiento domiciliario.

Si volviéramos al 2019, nos encontraríamos con un crecimiento económico del 3.4 %, una tasa de desempleo del 6.5 %, lo que demuestra que estábamos en franca recesión económica. Si volvemos con nuestra realidad actual, estas cifras son más negativas, por lo que muchos analistas opinan que nos esperan por lo menos ocho años para recuperarnos y volver a números cercanos al año 2019. El esfuerzo hay que hacerlo, hay que dinamizar el comercio y todo lo que genere ingresos, así se activa la demanda y el ciclo económico vuelve a dar resultados positivos.

Xi Jinping en su discurso en la ONU, insistió en que el mundo necesita de solidaridad, confianza y cooperación, no confrontación, no a la propagación de virus políticos. El virus será derrotado, la humanidad ganará esta batalla. Insistió en que la vacuna china será un bien público global, y que se les suministrarán a los países en desarrollo. Trump, en su discurso, insistió en que China es la responsable de la COVID-19 y demás problemas que afectan al mundo. Dijo que el mundo libra una encarnizada batalla con un enemigo invisible, al que se refirió como el “virus chino”. Terminó diciendo que distribuirán una vacuna, que venceremos al virus, pondremos fin a la pandemia y entraremos a una nueva era de prosperidad, cooperación y paz. A los pocos días del discurso, cae con la COVID-19, irresponsabilidad consigo mismo, con su familia y con el pueblo norteamericano. Irónico es que odie a China popular y que el virus chino le cayó encima. Puede que sea una trampa, desesperado ve en la compasión la herramienta para que ganen los republicanos; el 3 de noviembre se medirá el efecto de la COVID-19 asilado hoy en Trump.

El narcotráfico ha sido golpeado por la COVID-19, se rompió la cadena de suministros, hay escasez de precursores químicos, igualmente han modificado las rutas de trasiego por el cierre de fronteras y los retenes locales en cumplimiento de las restricciones de movilidad impuestas por autoridades de Salud. Esto ha disparado los precios hasta en un 240 %, lo que ha aumentado la producción y los canales de distribución. Esto se ve en Panamá, muchos tumbes, sapiadera y a los dos días, asesinatos múltiples, torturados, balacera por todos lados y las bandas dominando los barrios populares. Recrudecieron su presencia en el Gobierno, en la policía, en la política y otros. Ha desarrollado nuevos parámetros morales y éticos en nuestra juventud, sobre todo en los barrios populares, esa juventud no estudia, tiene hijos con sus compañeras delictivas, anda armada, mete drogas y, cuando le va bien, chupa con los “frenes” y farolea en su 4x4. Si no le ponemos freno a esta situación, perderemos esta generación, que no solo muere por la COVID-19, sino por balacera de las bandas rivales.

En fin, esto es Panamá, así somos, apoyamos a los informales, a los hacinados en barrios precaristas, a los día a día, al que volvió al trabajo, al que espera que lo llamen, al que nuevamente estudia, al que ya no chupa tanto y el que dejo la droga. Ayudamos, como podemos, al amigo, al desvalido, a la querida y los parces. Juntos ganamos, la solidaridad está por encima de todo, eso sí nos caracteriza, que se coja la COVID-19, juntos la venceremos.

Economista
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