• 11/10/2020 00:00

La pandemia y la lucha entre titanes por la reconfiguración del mundo

Finales del siglo XX, se proclama el triunfo del liberalismo y el fin de la historia ante el derrumbe la Unión Soviética. El mundo abandona el orden bipolar, para adoptar el esquema multipolar, así, se consolida la globalización como régimen social planetario con una estructura, si se quiere, centro y periferia.

Finales del siglo XX, se proclama el triunfo del liberalismo y el fin de la historia ante el derrumbe la Unión Soviética. El mundo abandona el orden bipolar, para adoptar el esquema multipolar, así, se consolida la globalización como régimen social planetario con una estructura, si se quiere, centro y periferia. Algunos poderes económicos se mantienen confortables en los mercados nacionales, mientras que otros se expanden a lo largo y ancho del mundo, hoy conocidos como transnacionales, con lo cual continúan concentrando el capital, como ya lo venían señalando diversos científicos sociales durante el siglo XIX e inicios del XX.

Así, el poder económico transnacional comienza a invadir los mercados nacionales y a generar una serie de retos, no solo en los sistemas económicos, sino, también, en la naturaleza, y, en la medida en que las trasnacionales se van imponiendo, surge una serie de conflictos económicos, políticos y culturales en cada país. A grandes rasgos aparece una bipartición política en las poblaciones, los nacionalistas contra los globalistas. Aunque en ambos grupos pelea tenazmente la derecha contra la derecha, es un duelo de titanes, se trata de un conflicto del poder económico por el poder económico mismo.

Los países centralizados, siempre han tenido injerencia sobre los países periféricos. No interesa si en un país centralizado su Gobierno posee un régimen político monárquico, presidencialista o una dictadura, siempre impondrán su voluntad sobre los países periféricos, sin importar el régimen político de estos últimos. En las últimas décadas China aparece como uno de los principales países promotores de la globalización; sin embargo, la pandemia de 2020 ha provocado una desaceleración en la dinámica globalizadora, afecta a una serie de empresas trasnacionales, y en contraste, se benefician algunas empresas nacionales, aunque, estas últimas, en alguna medida, también son afectadas.

Muchos Gobiernos, principalmente en América Latina, encuentran su referente político, por decirlo de alguna manera, en cualquiera de los Gobiernos de los Estados Unidos, siendo este último, actualmente, de carácter “nacionalista”. Por otro lado, algunos Gobiernos, de carácter globalistas, encuentran su referente o se mantienen en la órbita del poder del Gobierno de China. Desde este punto de vista, en China ya terminó la pandemia porque debilita los intereses globalistas. Y en Estados Unidos continúa la pandemia porque fortalece los intereses nacionalistas.

En este sentido, los Gobiernos de Estados Unidos y China son países centralizados, y los Gobiernos periféricos del mundo, durante un tiempo determinado, se acoplan a los dos referentes antes mencionados.

Vistas las cosas de esta manera, se podría decir, el modelo globalista tiene como eslogan: “Fin del confinamiento para salvar la economía”; mientras que en el modelo nacionalista el eslogan es: “Confinamiento para salvar la vida”.

Finalmente, cabe señalar, la lucha por el mercado no es entre dos Gobiernos o entre dos potencias, es entre dos titanes, el poder económico nacional y el poder económico transnacional.

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