• 10/02/2021 00:00

Ecuador y Haití, dos países, dos crisis

“[…] en Ecuador parece que la clase política se enfrascó más en sus propias discusiones […], y en Haití, […], pretende el presidente modificar la Constitución para su beneficio”

Ecuador realizó elecciones presidenciales con la participación de 16 binomios que buscaban llegar al palacio de Carondelet y también renovaba la Asamblea Nacional.

Es claro que el desarrollo de la campaña electoral se vio alterado por la pandemia, también por las polémicas decisiones del árbitro electoral, las que, en ocasiones, en vez de ayudar parecían torpedear el proceso -tema que deberá ser revisado hacia futuro-. Pero, lo más sorprendente fue el eje central de discusión en campaña, el “correísmo” y el “anticorreísmo”, dejando en ocasiones de lado temas tan apremiantes como la COVID-19, la pobreza, el desempleo.

Es decir, buena parte de la temática del debate en la campaña se centró en lo político, minimizando los temas que importan al ciudadano. Cuando se analiza este detalle se logra entender la razón del porqué tres de cada diez ecuatorianos optaron por la abstención o por el voto nulo y o blanco. Allí hay un claro mensaje para los líderes. Las elecciones se tratan sobre los ciudadanos, no sobre los candidatos.

Otro elemento interesante de analizar y que tuvo una gran incidencia en esta elección es la fuerza del expresidente Rafael Correa, quien estando fuera del país desde hace años, habiendo sido enjuiciado y condenado por delitos de corrupción, logra servir de catapulta para su candidato Andrés Arauz, logrando obtener el 32 % de los votos. Por lo tanto, la frase “Los muertos que vos matáis, gozan de buena salud”, de autor desconocido, pudiera aplicarse en este caso, por lo cual es lógico afirmar que, en política, no hay muertos.

También es digno de observar el caso del candidato Xavier Hervás, quien enfocó buena parte de sus energías en las redes sociales y con una campaña disruptiva, muy al estilo “TikTok”, logra llamar la atención y dar la sorpresa al alcanzar el 16 % de la votación. Aquí la pregunta sería, ¿si su campaña realmente despertó emociones o un porcentaje de los ecuatorianos optó por esta opción como voto de protesta antisistema?

Ahora queda por definir entre Yaku Pérez y Guillermo Lasso, quienes tienen una diferencia de apenas dos décimas, quién irá a la segunda vuelta. Cualquiera de ellos tiene más flexibilidad para generar acuerdos que el señor Arauz, quien parece estar muy cerca de su techo de votación.

Indistintamente de quien pase a segunda vuelta y quien termine ganando la elección, cualquiera deberá enfrentar una Asamblea muy fraccionada, donde hacer mayoría no será una labor fácil.

Conclusión, Ecuador presenta una profunda división en la sociedad, hecho que se refleja en los resultados electorales y en la composición de la Asamblea Nacional; por lo cual pudieran venir tiempos turbulentos en ese hermano país, máxime teniendo la Constitución Nacional el artículo 148 que le faculta al presidente -bajo ciertas premisas muy laxas- a disolver la Asamblea. Amanecerá y veremos.

El otro país que está en gran agitación es Haití. El presidente Jovenel Moïse argumenta que su período termina en febrero de 2022, lo que ha desatado una batalla interna. Para algunos miembros de la Corte Constitucional, políticos y empresarios, su periodo venció el pasado 7 de febrero.

El argumento del presidente Moïse es que él asumió el cargo hasta 2017, y por lo tanto el período de cinco años vence en 2022. Recordemos que la elección de 2015 provocó muchos disturbios, protestas y violencia, y las mismas se repitieron en 2016. Sin embargo, la ley que los contradictores del presidente Moïse señalan para la finalización del mandato del presidente es la misma que el presidente Moïse usó para disolver el congreso en 2020, y desde esa época el país no tiene Órgano Legislativo ni primer ministro.

Ahora, hay dos factores que han hecho estallar esta crisis en Haití. En los últimos años el crimen, el secuestro y la violencia generalizada han aumentado en 200 %, con el agravante de que en ocasiones los propios órganos del Estado han originado esa violencia. Por otro lado, el presidente pretende hacer un referéndum en abril, para reformar la Constitución, y entre otras cosas, permitir la reelección presidencial por dos periodos adicionales. Sin dudas, esta medida ha sido la sal en la herida para el país más pobre del hemisferio.

Conclusión, en Ecuador parece que la clase política se enfrascó más en sus propias discusiones que en ofrecer soluciones a los ciudadanos, y en Haití, además de sufrir el mismo mal que Ecuador, pretende el presidente modificar la Constitución para su beneficio.

¡Cuánto nos falta por aprender de democracia! En fin…

Consultor político; en Twitter: @orlandogoncal.
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