El índice de Confianza del Consumidor Panameño (ICCP) se situó en 70 puntos en junio pasado, con una caída de 22 unidades respecto a enero de este año,...
- 17/03/2021 00:00
Austeridad y eficiencia
Las cosas que nos vienen fáciles las damos por sentadas. Aunque no entendamos el algoritmo que permite que hoy hayamos desayunado huevos con jamón en casa, muchas situaciones tuvieron que suceder para permitirnos ese bocado matutino.
Campesinos, granjeros, conductores, constructores, empacadores, electricistas y muchos otros técnicos y profesionales tuvieron que trabajar en armoniosa colaboración para que los huevos y el jamón llegaran a nuestro hogar. Ni mencionar el café.
Vamos a lo que nos sostiene a todos, sin lo cual la movilidad terrestre es imposible: el suelo. Sin un camino, nuestros alimentos jamás podrían salir de las fincas en donde se producen hasta los supermercados y abarroterías en donde los adquirimos.
Los caminos y carreteras son las venas y arterias de toda economía. Sin ellos, ningún insumo llegaría a destino y no podríamos consumir nada que no produjéramos nosotros mismos. Así de importantes son las vías de comunicación que conocemos, y a las que nos referimos a veces hasta de manera despectiva. “El camino polvoriento ese …”. Sin ese camino polvoriento, quizás no tendríamos arroz, o carne para comer, ni llegaría el libro a aquel estudiante de un área remota.
Siendo así de importantes las vías de comunicación, los Gobiernos deberían darle mucha importancia al continuo crecimiento y mejoramiento de las mismas, pues de ellas depende que nuestras reacciones cotidianas, y de emergencia se puedan dar de manera eficiente. Por ello, los Gobiernos cuidan mucho los métodos de selección de las empresas destinadas a suplir la siempre creciente demanda de vías, para seguir llegando de manera más rápida y mejor a todos los puntos de nuestra geografía.
Se les confía solo a aquellos que han demostrado capacidad técnica y experiencia suficiente, a la vez que honestidad y transparencia en los manejos de los recursos del Estado la posibilidad de ejercer semejante tarea. Solo pueden participar los que cumplen y hacen cumplir las leyes.
Y aquí se dañó todo.
Los Gobiernos, todos, son pésimos administradores. Si a eso le sumamos que buscan contratistas cuya primera virtud, según ellos, debe ser la de coimear, vamos entendiendo cómo terminamos en manos de empresas que decían ser constructoras de progreso y desarrollo, cuando en realidad eran piratas. Y se les sigue permitiendo licitar, con tan solo un cambio en el maquillaje de sus feos rostros; cambiar de nombre es suficiente.
No podemos hablar ni de austeridad, ni de eficiencia, si no buscamos métodos realmente más económicos y de rápida implementación. La excusa de siempre ha sido que, en temas de caminos y vías de producción, los costos se incrementan porque los derivados del petróleo (que existe un monopolio local, pero no viene al tema) subieron de precio, encareciendo aún más el metro cuadrado de construcción de las vías.
Un Gobierno eficiente nombraría personas interesadas por resolver los problemas, con capacidad técnica e investigativa. Esos técnicos y científicos buscarían maneras de adecuar los procedimientos, a menor costo y con mayor rapidez.
Enfocándonos en las vías de comunicación, ¿y si les dijéramos que existen métodos alternos de construcción? Si encima les decimos que son amigables con el medio ambiente, que mitigan el polvo, que se desarrollan en menos tiempo y que cuestan menos, porque no están controlados por cuatro bellacos, se cae de su peso que los esfuerzos de los que toman las decisiones irían en esa dirección.
Estos productos no son mágicos, aunque sí lo parecen. Los estabilizadores de suelo no son nuevos. Existen y han sido probados con excelentes resultados en muchos lugares, teniendo resultados particularmente buenos en suelos con contenido arcilloso. Panamá es mayormente arcilloso. Si bien ningún suelo es igual a otro, por las condiciones propias de cada ubicación, casi podemos generalizar en que la arcilla es un componente del mismo a nivel nacional, aunque en diferentes proporciones.
Los estabilizadores de suelo pueden ser iónicos o enzimáticos. Particularmente me inclino por los enzimáticos, pues a diferencia del alcohol que requieren los iónicos en su mezcla, estos otros requieren agua.
Pueden utilizarse como base en proyectos de pavimentación, pero lo realmente atractivo es que también son capaces de funcionar como superficie de rodadura. Entonces, ¿cómo es que nuestras autoridades no están implementando el uso de estos productos, teniendo tantas ventajas?
Este es apenas un ejemplo de cómo los políticos hablan de austeridad y de eficiencia sin tener la menor idea de qué significa ninguna de las dos palabras. Mientras que la decisión de un político, sin educación ni moral, pese más que las decisiones de los profesionales, técnicos y científicos idóneos, siempre terminaremos pagando más por el peor producto, vacunas incluidas.
Dios nos guíe.