• 21/04/2021 00:00

Mirar hacia los años 30 puede ser la solución económica de hoy

“El (Conep) solicita al Ejecutivo 4 mil millones […] para ejecutar 47 propuestas que reactivarán la economía […]; hecho que confirma la fortaleza del Estado en esta crisis, […]”

Para los que nos gusta estudiar las depresiones o crisis que ha vivido el mundo, encontramos muchos elementos económicos que se repiten, en todas las coyunturas económicas. La depresión de 1929, que se prolongó hasta 1940, fue producto de la crisis financiera (exceso del crédito) que generó la caída de la bolsa de valores. Hace una década, vivimos la gran recesión de 2008, donde nuevamente el crédito fue el elemento fundamental de la recesión; los bancos dieron crédito a personas en dificultades económicas, vendieron esas hipotecas a otros bancos, que las combinaron a otras deudas y las vendieron a inversionistas, a medida que la gente no pagó, los bancos entraron en problemas. En estos casos, el Estado crea programas de ayudas económicas para rescatar los bancos y evitó así el colapso del sistema financiero.

Hoy, la recesión es originada por una pandemia mundial, esto ha cerrado negocios, industrias, confinamientos, cuarentenas que han paralizado la economía. El sistema financiero está en recesión ante el no pago de créditos por el alza exponencial del desempleo. Han aumentado la pobreza y la desigualdad, se recrudeció la mala distribución de las riquezas y el Estado, nuevamente, entra a resolver el problema. De todos los grandes teóricos de la economía, (Smith, Ricardo, Mill, Malthus, Say, Quesnay, Petty, Fisher, Pigout, Marx, Marshall, Walras, Keynes, Hayek, Friedman, Stilinitz), destaca John Maynard Keynes, quien, con su teoría del Estado benefactor, provee la intervención del Estado en la actividad económica para subsanar las imperfecciones del mercado. Habla de la economía mixta y el estado de bienestar. Su política de Estado consiste en aumentar el gasto público, para estimular la demanda agregada y así aumentar la producción, la inversión y el empleo.

Para el caso nuestro, la pandemia trajo repercusiones inesperadas, a un año de la pandemia, tenemos una tasa del desempleo del 25 % (2020), el PIB se contrajo en 17.9 %, el PIB “per cápita” refleja que cada persona perdió B/ 1805; sin embargo, los servicios gubernamentales crecieron en 9.9 %. Así mismo creció la explotación de minas y canteras en 34.1 %. Mientras lo negativo se dio en las industrias manufactureras -22.2 %, hoteles y restaurantes, -55.8 %, transporte, almacenamiento y comunicaciones, -6.2 % y actividades inmobiliarias, -30.8 %. Qué implican estas cifras y la realidad de Panamá; tal como lo ha hecho el actual Gobierno, es necesaria la intervención del Estado para controlar y regular la recesión económica del país. El plan solidario ejecuta entrega de bolsas de comida, bono físico y vale digital, suma 8.5 millones de operaciones que han beneficiado a más de 1 800 000 personas. Aun así, con toda esa solidaridad del Gobierno nacional, existen problemas serios que se deben afrontar; por ejemplo, el problema deficitario de la CSS.

Para esta anomalía económica, se hace necesario acabar con el sistema de regalías para empresas First Quantum Minerals-Minera Panamá y Panama Ports Company y encasillarlas en una nacionalización estatal o Empresa Mixta (APP), 49 % para el Estado, 49 % Empresa Privada y 2 % trabajadores, que paguen impuestos y que parte de estos nuevos ingresos del Estado panameño (5 %) sea designado al Programa Invalidez, Vejez y Muerte (IVM), para sacarlo de la crisis actual y ofrecerle al trabajador panameño un confiable futuro en su jubilación; y otro 5 % para educación, permitiendo restructurar la misma y volvernos competitivos y eficientes con las demandas profesionales de la modernidad. Esto implica desengavetar y restructurar la Ley 326, que consolida la Ley Minera Mitad y Mitad. El Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep), solicita al Ejecutivo 4 mil millones de balboas para ejecutar 47 propuestas que reactivarán la economía del país; hecho que confirma la fortaleza del Estado en esta crisis, a quien se le hace la solicitud.

Solo así recuperamos la soberanía en nuestros recursos naturales, tal como lo hicimos con el Canal de Panamá, si es necesario volver a las calles por recuperar nuestros recursos naturales, tal como lo hizo la juventud aguilucha de 1947, 1958 y 1964, lo haremos con más fuerza y nacionalismo. No podemos seguir regalando nuestros recursos naturales, que son hoy y siempre patrimonio nacional.

Economista
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