• 14/09/2021 00:00

Las costosas elecciones panameñas

“Los dólares producidos merced a la posición geográfica panameña, en un par de épocas, han enfermado cruelmente a la población y a las instituciones con más razón.

Cuando en Panamá solo se dedicaban a robar los ladrones, nos iba muchísimo mejor. Los dólares producidos merced a la posición geográfica panameña, en un par de épocas, han enfermado cruelmente a la población y a las instituciones con más razón.

Cuentan los viejos como yo, que, tras cada elección, han aparecido en nuestro firmamento pantallas e inventos que han superado por años luz los añorados maletinazos, los arriesgados robos de urnas, la repartidera de chécheres, becas y subsidios.

Ya que, supuestamente, todos somos iguales ante la Ley, propongo que no se gaste ni un centavo más en las elecciones, así: como todos anhelamos aquí, a ser presidentes no tendrán ni que inscribirse ni pedirle permiso a otro pendejo, será por la lotería nacional más cercana al 5 de mayo de 2022 la que decida, sin tantas leguleyadas ni supuestos espíritus de las leyes, que al que le salga su número de cédula en el primer premio, ese será el presidente, si cumple con los requisitos de mayor de edad y no haberse robado una gallina ni golpeado a una mujer. Con los diputados y concejales lo mismo.

Esas elecciones serán rapidísimas con el apoyo de la lotería, si no es que se ha derrumbado antes.

Tan solo con una base de datos de las cédulas y sin la intervención de ningún prestigioso tribunal, que gozará de vacaciones mientras el menta'o “poliminsa” mande, dos representantes de ambos géneros, sin perro labrador ni con cariñosa pequinesa, solemnemente, tan solo con sus presencias, impondrán orden y disciplina, pues no se necesitarán sopas largas ni chichemes transparentes en todo el país.

Pueda que me equivoque, pero aquí se han realizado 45 elecciones desde 1904, para escoger presidentes, diputados y concejales, cada una más costosa que la anterior, desde la dictadura para acá los precios de las mismas se han disparado y crecido en costos con más abundancia y rapidez que la serulaca y la faragua en épocas lluviosas.

No duden que por ese camino que vamos, estamos condenados a la mediocridad. “Nemo magis quis”, nadie es más que nadie.

Economista, escritor costumbrista.
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