• 30/09/2021 00:00

De banqueros y otros demonios

“[…], se publicó en la sección de economía y finanzas de Forbes Colombia una noticia que informaba que, en dicho país, se multó a Bancolombia por cobrar tasas de interés más altas de lo debido”

He parafraseado el título de la novela Del amor y otros demonios, de Gabriel García Márquez, para referirme a los banqueros criollos, que siguen creyendo que todos los que no pertenecemos a su entorno somos ignorantes.

El pasado 24 de septiembre, se publicó en la sección de economía y finanzas de Forbes Colombia una noticia que informaba que, en dicho país, se multó a Bancolombia por cobrar tasas de interés más altas de lo debido. ¡Qué les parece! Me gustaría saber qué piensa al respecto el señor Carlos Berguido, quien ha dicho, en innumerables ocasiones, que los topes a las tasas de interés y reincorporar el delito de usura en el Código Penal serían una aberración y que afectarían el negocio de la banca en Panamá y haría más pobres a los humildes de este país.

Verdaderamente, ese señor vive en otro mundo y está totalmente desconectado de la realidad de nuestro país; y, para colmo, ha tenido la osadía de decir que la mal llamada ley bancaria es un patrimonio nacional, ¡por amor a Dios! Me imagino que el señor Berguido no se entera de que vivimos en el sexto país más desigual e injusto del mundo, en la ciudad más cara de la región, con 54 % de la población sin poder disponer de una cuenta bancaria, sin dejar de lado que, según cifras oficiales, cerraremos el año con 53 % de informalidad y 20 % de desempleo.

Siguiendo con la noticia, la Superintendencia Financiera de Colombia multó a Bancolombia, en Panamá Banistmo, con 500 millones de pesos colombianos, lo que equivale a unos 140 000 dólares americanos aproximadamente, por cobrar tasas de interés más altas de lo establecido en la ley, además, ordenó al banco devolver el dinero cobrado de más a sus clientes. Así funciona una economía capitalista de libre mercado y libre concurrencia, es decir, con instituciones y normas que protegen a los consumidores, para que, los que son más fuertes en las relaciones comerciales y prestaciones de servicios, no abusen de sus posiciones de ventaja, sobre todo, cuando son desproporcionadas y están protegidas por contratos de adhesión con cláusulas abusivas que destruyen la autonomía de la voluntad de los consumidores de servicios financieros en nuestro país.

Ustedes recordarán la columna que titulé “Aló… señor superintendente”, publicada igualmente en este prestigioso diario, en la que informaba que en los Estados Unidos de América, la economía capitalista de libre mercado y libre concurrencia más importante del mundo, específicamente el 25 de junio del año en curso, se publicó la noticia de que la Autoridad Reguladora de la Industria Financiera de los Estados Unidos multó al Bank of America, por la suma de 11.65 millones de dólares, por cobrarle a miles de sus clientes comisiones excesivas por un producto de inversión, además, obligó al banco a devolverles a los mismos la suma de 8.4 millones de dólares, porque se determinó, luego de una investigación, que los clientes de dicho banco nunca debieron haber afrontado dichos cargos.

Pero, por supuesto, a los banqueros del patio y sus defensores de oficio lo primero que se les viene a la mente es decir que si en Panamá tuviéramos topes a los intereses bancarios, todos los bancos se irían o quebrarían y que esas son normas “chavistas”. Pues, ni la una ni la otra, señor Berguido, ¿acaso los Estados Unidos, que sí tiene ese tipo de normas de protección a los consumidores de servicios financieros, es un país chavista? Por supuesto que no lo es. ¿Es Colombia un país chavista porque tiene igualmente ese tipo de normas? Obviamente, tampoco lo es. Yo creo que, con estos dos ejemplos, se les viene abajo el cuento brujo de que estas iniciativas de ley son “cantos de sirena” y “políticas populistas chavistas”, como han dicho igualmente el señor Berguido y otro banquero dizque libertario, cuyo nombre me da pereza mencionar.

Antes de que se me olvide, ya que su oficina está en el mismo edificio que la de Amauri Castillo, si de repente, por esos azares caprichosos del destino, se encuentran en el elevador, salúdelo de mi parte y pregúntele también si ya pudo leer y analizar el anteproyecto de ley 122 de 2021, que crea la defensoría del consumidor de servicios financieros y establece el régimen de defensa y protección de los consumidores de servicios financieros de la República de Panamá. Sería bueno que usted se lo leyera igualmente, me gustaría que el país sepa qué piensan los banqueros al respecto.

Abogada, diputada de la República.
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