• 19/05/2022 00:00

Juego limpio: la transparencia, la opinión pública y la verdad sobre la industria minera en Panamá

Con frecuencia escuchamos a personas referirse a la industria minera, en términos erróneos y alejados del más básico conocimiento, sobre cómo funciona esta actividad.

Con frecuencia escuchamos a personas referirse a la industria minera, en términos erróneos y alejados del más básico conocimiento, sobre cómo funciona esta actividad.

Influenciados por décadas de desinformación y permanente propaganda, en las cuales se han invertido decenas de millones de dólares en tiempo aire tanto de televisión como de radio, han logrado calar en una opinión pública que no tuvo oportunidad de escuchar, ver ni leer las opiniones de los verdaderos especialistas en la materia.

La ausencia de un liderazgo por parte de las autoridades, gobierno tras gobierno, quienes entretenidos en sus diversas actividades político-proselitistas, poca importancia le han dado al tema de la docencia en temas de minería. Entre los temas más importantes que la población debería conocer se encuentra la magnitud de la inversión extranjera en la actividad minera panameña. Pues resulta que son casi siete mil millones de dólares o siete billones en términos americanos o siete millardos para los europeos. Esta es la inversión privada más grande jamás realizada en nuestra historia, superior incluso a la inversión que se hizo para la ampliación del Canal de Panamá.

Cada gobierno se empeña en atraer inversiones, o al menos eso declaran sus personeros, cada vez que viajan por el mundo para reunirse con importantes grupos, capaces y potenciales inversores para la economía nacional y todo esto ocurre paralelamente a las campañas propagandísticas de diversos grupos, motivados por distintas razones, explicado en artículos anteriores.

Afortunadamente los tiempos han cambiado y particularmente este servidor ha tenido la fortuna de ver publicados los artículos que en una secuencia de docencia sobre la industria minera, hemos solicitado a diversos diarios de circulación nacional, así como las muchas invitaciones a programas de radio y televisión, durante los últimos meses del año 2021 y los primeros del 2022.

Es por eso que quiero agradecer a estos medios por haberme permitido exponer los puntos de vista relacionados a la inversión, construcción, producción, cierre, economía, relaciones con la comunidad y la gestión de la prevención (seguridad laboral, salud ocupacional y gestión ambiental), distintos a la propaganda que la opinión pública acostumbraba a recibir, dándole a la población otro enfoque y datos detallados en una secuencia de al menos quince artículos con los cuales hemos querido contribuir a aumentar el acervo de los panameños en materia de minería, por parte de un minero.

Los gobiernos también tienen el compromiso y deben ejercer el papel de liderazgo ante quienes pagan los impuestos y votan para que ellos administren la res pública, no deben permanecer impávidos ante las campañas de activistas y de aspirantes a políticos, quienes intentan vender una versión de un tema que no manejan, que no han estudiado y que en definitiva, no conocen.

Es tiempo de saber que la industria minera en pocos años podría llegar a representar el 14 % del PIB, algo así como dos canales de Panamá, por lo cual un verdadero estadista tendrá que mirar en esa dirección y jugar el papel orientador, fiscalizador y regente de esta actividad, sin dejar de aplicar la ley, allá donde se amerite a quienes no lo hagan como debe ser.

La transparencia en los procesos regentados por el Ministerio de Comercio e Industrias y su Dirección de Recursos Minerales es vital para que logremos convertir a nuestra industria en eje protagonista de la economía nacional.

La industria minera tiene sus pecados originales. Afortunadamente, la ciencia y la tecnología nos ha permitido superar y poner en marcha proyectos con tecnología de punta y mucha responsabilidad profesional, lo cual propicia garantizar procesos limpios y exitosos.

Pero, si además de aquellos pecados originales que contribuyeron a moldear la opinión pública (con la propaganda incesante en contra), nos encontramos con funcionarios de alto nivel, tomando decisiones “a su discreción”, afectando los intereses del propio país y la imagen que tanto nos ha costado construir, la imagen de la industria seguirá cuestionada.

Son muchas las quejas y demandas en curso por decisiones arbitrarias y fuera de la ley, tomadas por las mencionadas autoridades. Este es el primero de otra serie de artículos al respecto.

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