• 08/06/2022 00:00

¡Es la hora de la transformación del Sistema Público de Salud!

Hace tres años celebré en esta columna el inicio de la transformación del sistema público de salud, a partir de la coordinación efectiva y sostenible de los servicios integrales de salud, entre el Ministerio de Salud y la Caja de Seguro Social, para la población, la cual se establecía claramente en el Decreto Ejecutivo 290 firmado por el Presidente de la República el 19 de julio de 2019.

Hace tres años celebré en esta columna el inicio de la transformación del sistema público de salud, a partir de la coordinación efectiva y sostenible de los servicios integrales de salud, entre el Ministerio de Salud y la Caja de Seguro Social, para la población, la cual se establecía claramente en el Decreto Ejecutivo 290 firmado por el Presidente de la República el 19 de julio de 2019.

Aquel Decreto echaba mano de los contenidos de nuestra Constitución Política y las leyes relacionadas; complementados en su momento por los valiosos aportes de tres espacios de concertación, a saber: la Mesa de Salud de la Concertación Nacional para el Desarrollo; la Mesa de Diálogo por una mejora y fortalecimiento del sistema de salud integral y; la Comisión de Alto Nivel para la transformación del sistema de salud.

Lamentablemente para nosotros y para la humanidad, nos cayó encima con toda su fuerza la pandemia de COVID-19; causando en nuestro país cerca de 900 mil casos y 8,300 defunciones; grandes pérdidas económicas y gran pesar y sufrimiento en la familia panameña; obligando además a nuestro sistema de salud a dedicar en forma casi exclusiva, en los momentos más críticos, los recursos humanos físicos y financieros disponibles y; poniendo casi en pausa los planes y proyectos, no solo en el campo de la salud, sino en casi todas los terrenos del quehacer gubernamental, empresarial y social.

Hoy, luego del esfuerzo sostenido de gobierno, sector privado y comunidad en general; podemos afirmar que vamos en el camino de controlar la epidemia. Aunque enfrentamos una nueva variante del letal virus, ya sabemos cómo enfrentarlo con éxito, lo estamos haciendo y es la hora de retomar aquella ilusión de hace tres años y avanzar en la transformación del sistema de salud, fortaleciendo los procesos institucionales de atención y gestión, subsanando la fragmentación existente en el sector salud, así como la duplicación de esfuerzos y recursos, que en nada beneficia a la población.

En este escenario surgen con mucha fuerza dos elementos que le dan soporte político, estratégico y técnico al proceso pendiente. Le dedico el resto de esta glosa a referirme a ellos. Haciendo la salvedad, eso sí, de que el virus no se ha ido, no hemos controlado la epidemia y deberemos paralelamente mantener el esfuerzo por hacerlo .

El nuevo sustento político lo ofrece el mandato ciudadano expresado en los 26 Acuerdos sobre salud entregados al Presidente a finales del año pasado. El horizonte general al que apuntan estos acuerdos es avanzar hacia la transformación del sistema de salud para alcanzar una cobertura universal con el fin de que todas las personas y las comunidades tengan acceso equitativo a servicios de salud integrales y garantizados a lo largo de toda su vida, con calidad y sin dificultades financieras.

Los acuerdos definen detalladamente las brechas identificadas y recomiendan opciones de política para los siguientes temas principales: acceso equitativo a servicios de salud integrales y garantizados, a lo largo de toda su vida, con calidad y sin dificultades financieras; garantía de acceso equitativo a los medicamentos de calidad y a precios justos que necesita la población; modelo de atención basado en la estrategia de Atención Primaria de Salud, APS y fortalecimiento de las redes integradas de servicios de salud, en un sistema de salud público en su financiamiento, público en su gestión administrativa, y público en la provisión de la atención de salud. Sobre esto último, describen cómo desarrollar un sistema de compensación de costos Minsa-CSS para la Atención en Salud, lo cual ha sido hasta ahora uno de los principales obstáculos para la coordinación efectiva entre las dos instituciones.

Como si todo lo anterior fuera poco, el Ministerio de Salud expidió el 20 de mayo pasado, tres resoluciones que sancionan como documentos de consulta oficial para el desarrollo del sistema nacional público de salud los siguientes: “Lineamientos para la mejora y fortalecimiento del Sistema Nacional público de salud integral en el marco de una política de Estado denominado “Libro Blanco año 2015” (Resolución 311); “Lineamientos estratégicos para la creación del Sistema Nacional de provisión de medicamentos, productos y tecnologías sanitarias” (Resolución 312) y; “Lineamientos y acciones para la implementación de la estrategia de promoción de la salud” (Resolución 313).

Como decimos en buen panameño, aquí “todo está hablado”. Tenemos la necesidad sentida y expresada por la población, así como el soporte político y estratégico que le da el mandato ciudadano; el marco legal y reglamentario que, desde el mandato constitucional, no deja espacio para las dudas sobre lo que hay que hacer; la descripción detallada, paso por paso, sobre cómo es que se tiene que llevar a cabo la transformación (en el Libro Blanco) y; los recursos humanos, físicos y financieros disponibles. Hago votos porque al final de su gestión las actuales autoridades nos entreguen un sistema de salud que marcha sin vuelta atrás hacia la transformación necesaria.

Médico, exrepresentante de la Organización Mundial de la Salud (OMS)
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