• 01/07/2022 00:00

¿Habrá colapsado la Caja de Seguro Social?

Si hay una institución que ha estado en el ojo de la tormenta ha sido la CSS, frente a la incertidumbre del tema de las pensiones, se les suma la falta de institucionalidad para resolver los problemas y que los asegurados hemos terminado resignados a aceptar la mediocridad de los servicios de la institución.

Si hay una institución que ha estado en el ojo de la tormenta ha sido la CSS, frente a la incertidumbre del tema de las pensiones, se les suma la falta de institucionalidad para resolver los problemas y que los asegurados hemos terminado resignados a aceptar la mediocridad de los servicios de la institución.

En estos momentos los funcionarios de compras y tesorería están en paro, señalando que agotaron todas las vías para lograr un acuerdo de entendimiento, mientras que la administración aduce que han mantenido el diálogo conversando con los dirigentes, para encontrarle una salida al conflicto. Es evidente que la administración conoce que este tipo de tensiones, quien paga los platos rotos son los asegurados y que debieran tomar las medidas para que esto no ocurra, porque ahora podrán aducir que no tienen los medicamentos por el paro, pero en el fondo, esta ha sido un problema con el que hemos convivido, que cuando llegamos a la farmacia, nos dice que el “medicamento está agotado”.

Cuando estas cosas suceden, tenemos que encontrar las causas que originan un comportamiento determinado, esto nos lleva necesariamente a la institucionalidad, una organización que ha perdido la capacidad de respuesta porque no tiene los valores culturales para ser eficiente y eficaz.

Cuando existían ingenios privados y estatales, los inicios de zafra se caracterizaban porque en los ingenios estatales, había sendas reuniones para organizarse para tal evento y al final se posponía el inicio, lo que no ocurría en los ingenios privados. Cuando tratábamos de encontrar una explicación, nos enteramos que el jefe de los ingenios privados tenía 25 años de experiencia en ese puesto, mientras que el de los ingenios estatales tenía 6 meses.

La CSS con 81 años de existencia no ha alcanzado madurez organizacional, se ha convertido en un espacio político, donde cada director llega con su equipo de trabajo, desestimando la experiencia y conocimientos de funcionarios, que cuando no pueden ser destituidos, los relegan a puestos de segundo y tercera categoría, que lo único que produce es un aumento injustificado de la planilla.

En la administración de Sáez-Llorenz, se crearon las posiciones de directores ejecutivos con salarios de viceministros, con el propósito de contratar a personal calificado con competencias para resolver los problemas de la CSS. Ninguno de estos directores forma parte de la institución, lo que desvirtúa el objetivo de mejorar la eficiencia y los nuevos directores ejecutivos han llegado de la mano del actual director.

Los nuevos directores ejecutivos, si estuviesen comprometidos con un plan estratégico del actual director, estarían en el cargo por lo menos en el periodo de su gestión, pero tenemos direcciones donde se han nombrado 5 personas en esta administración para ese cargo y los demás directores, están convencidos de su transitoriedad que termina con el periodo del actual director, porque esos son los valores que se han instituidos en esta organización.

Es indudable que no podrá darse un sentido de pertenencia en los empleados de la institución, cuando saben que los puestos no se ganan por méritos, que pesan más criterios políticos, que aquellos funcionarios que se han formados en la Organización Iberoamericana de Seguridad Social, en el Centro Interamericana de Seguridad Social y en otros centros académicos y que no tienen la opción de ocupar un cargo directivo.

Cuando estamos en un escenario, donde un funcionario ingresa con un salario $2,000, en menos de 3 meses se le designa en un cargo con $6,000, cuando ingresa una persona pensionada con un salario de $2,000 y luego de 2 meses se convierte en una directora con $4,500, nos preguntamos si la institución no hay personas meritorias que puedan ejercer estos cargos.

El mundo nos mira, y las organizaciones en la CSS conocen estas realidades, de manera que ese discurso de “siempre los hemos escuchado”, “tenemos las puertas abiertas al diálogo”, “existen las mejores intenciones” y otras expresiones coloquiales, pierden credibilidad cuando vemos las actitudes de la actual administración, de tal forma que los grupos organizados, también se sentirán con el derecho a demandar que se cumplan con sus aspiraciones.

Como los problemas recurrentes de la CSS, la pregunta que nos hacemos, habrá colapsado la CSS?

Gerente de Servicios de Salud
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