• 18/08/2022 00:00

¿Quiénes ponen los precios de la energía eléctrica?

El llamado “mercado ocasional” no es tan ocasional y es una práctica que posibilita la manipulación de los precios

Varias cosas han quedado en evidencia en las discusiones que se llevan a cabo en la Mesa Única de Penonomé. Lo más relevante es la conducta de los representantes del gobierno de defender a los grupos económicos que controlan el país; en el caso que nos ocupa, de las generadoras de energía eléctrica y de las distribuidoras. Se trata de un sector altamente concentrado en el cual, son estas empresas quienes determinan los precios, y a lo cual, la empresa estatal ETESA, dirigida por el ingeniero Carlos Mosquera, coadyuva para que el pueblo panameño pague un precio de la electricidad que garantiza ganancias oligopólicas a los propietarios de las empresas. Se ha dicho, “no pedimos que no ganen, lo que exigimos es que no nos roben”. La representante de Acodeco, incluso, dijo, para defender las posiciones de los grupos oligopólicos, que “el monopolio o el oligopolio no era ilegal”. Pero, esto es falso porque la propia institución tiene fallos en contra de empresas por prácticas monopolísticas Claramente, este argumento de la funcionaria es un acto de desesperación para defender los intereses de estos grupos de poder económico. Pero la causal de fondo, lo constituye la privatización de las empresas estatales que promovió el gobierno de Ernesto Pérez Balladares en el último lustro del siglo XXI. Con total cinismo se prometió “electricidad barata”, y vemos los resultados. El oligopolio se da en la generación y en la distribución, y eso se sabía desde que se privatizó. Tocará en otro momento analizar lo del INTEL.

Quedó claro en las discusiones que el costo de generación de las empresas hidroeléctricas podría ser de centavo y medio el kilowatt hora (KW/h) y que los precios, los de referencia que se toman, es el de las empresas más ineficientes, las termoeléctricas, cuyo costo KW/h puede estar en 12 o 13 centavos. Así, las empresas generadoras de costos bajos saben que pueden ofertar precios hasta los costos de las empresas menos eficientes; y así obtienen la ganancia oligopólica. El consumidor termina pagando 24 centavos el KW/h. Quienes dirigen el proceso desde el Estado, lo saben y lo permiten.

Quedó claro que el llamado “mercado ocasional” no es tan ocasional y es una práctica que posibilita la manipulación de los precios. Este mercado representa casi una tercera parte del suministro de energía diario y sus precios tienden a ser superiores al de contratos. La pregunta es, ¿por qué las empresas no ofertan su capacidad de energía total, sino solo 2/3? ¿No es esto una manipulación de la oferta para obligar a comprar en el mercado ocasional? Lo cierto es que esto plantea una posible colusión de las empresas para fijar los precios, porque de hecho lo están haciendo. El señor Mosquera y el secretario de Energía, Jorge Rivera Staff, ¿No saben esto?

Lo ocurrido con NG Power es ilustrativo. Como se sabe, se vinculó a una disputa con la empresa AES y el grupo Motta que tienen un proyecto similar. A dicha empresa se le otorgaron contratos de energía eléctrica, aunque no tenía permiso de operación y tampoco estados financieros. Esta empresa terminó vendiéndose, sin que hubiera hecho la inversión a la que se comprometió, pero su “valor” de venta lo determinó el que tenía contratos de suministro de energía. De no haber tenido estos contratos, el valor de la empresa habría sido pírrico. Grupos de poder económico se beneficiaron, con el beneplácito de funcionarios del gobierno, sin que hubieran realizado mayor inversión. Esta práctica quedó en evidencia en las discusiones.

También quedó expuesta la práctica de quienes dirigen las empresas del Estado en el sector, quienes se pagan grandes sumas de bonificaciones a final de año, que alcanzan hasta tres sueldos mensuales. El gerente de ETESA gana 17,500 balboas mensuales, por lo que su bonificación a final de año podría alcanzar 52,500 balboas, además de dietas que les pagarían a los miembros de la junta directiva. Igual situación ocurre con el gerente de EGESA, el ingeniero Carlos Carcache, quien gana 7,500 balboas mensuales y se aplica, igualmente, bonificación a final del año. Este caso es todavía más grave porque los informes financieros de la empresa que están disponibles, muestran recurrentes déficits de resultados, además que mostró no tener idea de la situación financiera de la empresa, escudándose que todavía, en agosto, no tenía los informes financieros.

Pese a todos estos argumentos, los representantes del gobierno insisten en no rebajar la tarifa eléctrica, evidenciando los intereses que defienden; los grupos oligopólicos y los conglomerados del poder económico del país, traicionando su deber de defender los intereses del pueblo panameño.

Economista, profesor de la Universidad de Panamá
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