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Virginia Arango Durlingopinion@laestrella.com.pa
'Gastligting': otro tipo de violencia psicológica
“[...] hay que reconocer al “gastlighter”, esa persona tóxica, que en nuestras relaciones nos miente, nos echa la culpa, nos controla [...]”
La palabra “Gastlighting”, un anglicismo traducido por la RAE como “hacer luz de gas a alguien”, y en el año 2022 fue la más buscada en Estados Unidos, según el Diccionario Merrian Webster, que la define como “la manipulación psicológica de una persona, generalmente durante un período prolongado de tiempo”, que “hace que la víctima cuestione la validez de sus propios pensamientos, percepción de la realidad o recuerdos y generalmente conduce a confusión, pérdida de confianza y autoestima, incertidumbre de la propia estabilidad emocional o mental, y dependencia del perpetrador”.
Esta expresión proviene de una obra de teatro, Gas light(1938), y de su adaptación en película Gaslight en 1944, en la que una pareja recién casada se va a vivir a la casa de una tía fallecida, y luego Gregory, el esposo, atormenta a la esposa para hacerle pensar que se está volviendo loca, provocando ruidos en la casa, escondiendo objetos, atenuando la luz de gas, desenroscando bombillas, haciéndole ver que el fuego sigue brillando con la misma intensidad, y posterior a ello, en 2020 está la canción Gasthlighter del grupo The Chicks.
Con este abuso sicológico, la víctima sufre un acoso constante y cuestiona sobre la realidad, y para ello se emplean diversas tácticas y expresiones hacia las personas como: “Nunca dije nada así". “Tienes pérdidas de memoria”. “¿En serio no recuerdas nada?”, “nada que ver”, “eso no ocurrió, “no seas tan dramática”, “es tu culpa”, “eres muy sensible”, “ves cosas donde no las hay”, “estás loca”, “son imaginaciones tuyas”, “no era para tanto”.
Es un patrón de abuso emocional sutil, gradual y sistemático, que empieza a nivel de pareja, usualmente con el “love bombing”, bombardeo amoroso y exceso de halagos para manipular a la víctima y controlarla, y luego de idealizarla, la rebaja y la trata mal, la culpa de todo, hace que se sienta confundida e insegura, y la persona cae ante la realidad del abusador, aceptando que está loca, aunque luego de ello puede ser descartada, porque el abusador ya consiguió su objetivo o quiere otra víctima.
El “Gaslighter” es un manipulador que sabe lo que hace, es autoritario, controlador, narcisista, con problemas de personalidad, sociópata, psicópata, sin empatía, miente con mucha seriedad y niega cosas que ha dicho, a pesar de que hay pruebas de que son ciertas. Así “se cuenta de un hombre que publicó las fotos de su matrimonio en Facebook en 2015 y luego le dijo a su novia a larga distancia que era producto de su imaginación” (Hendriksen, 2020).
Aunque es una práctica usual a nivel de parejas, nadie se escapa y se da en todas las relaciones de poder, entre hijos, hermanos, jefes, compañeros de trabajo, así, por ejempló, en el trabajo, el jefe puede asignarte alguna tarea y luego lo niega (Marchiori,2019), “yo nunca dije eso”, o suele elogiarlo en público y ofenderlo en privado, también tenemos el padre gaslighter, “solo piensas en bobadas”.
En resumen, hay que reconocer al “gastlighter”, esa persona tóxica, que en nuestras relaciones nos miente, nos echa la culpa, nos controla, y hace que nos sintamos inseguros, que dudemos de nuestra percepción, juicio o memoria, y que nos hace sentir que estamos locos.
Catedrática de Derecho Penal, UP.
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