• 08/03/2023 00:00

La voz de las mariposas. Etapa 1

“Hoy celebro que las mariposas no solo tienen alas, también tienen voz”

Según los historiadores, Panamá debe su nombre a la abundancia de flores, peces y mariposas. Más de 1500 especies de las últimas baten sus alas y adornan el istmo con brillantes colores. Panamá, tierra de abundancia en todos sus aspectos, está llena de diversidad; incluyendo a sus bellas mujeres, integrales y multifacéticas.

He conocido no menos de 1500 mujeres exitosas y productivas en cada uno de los ámbitos en que se mueven. Ellas representan el conglomerado de mujeres, nacionales o extranjeras, que vivimos en Panamá. Somos como mariposas que danzamos en los espacios públicos y privados de este amado terruño.

La naturaleza dotó a la mariposa de características inigualables con un ciclo de vida de cuatro etapas. Así, la naturaleza dotó al hombre y a la mujer de cuatro etapas de crecimiento: infancia, adolescencia, adultez y vejez. Las analogías de la naturaleza no son casualidad, llevan inmersos múltiples mensajes subyacentes de los cuales podemos aprender.

La voz de la mariposa no es otra cosa que la evolución de la mujer, que, como aquella, recorre un proceso progresivo de maduración para alcanzar su esplendor. La mujer de este tiempo requiere de formación, compromiso, concienciación y liderazgo para destacar no para encajar en medios preestablecidos.

Hoy, 8 de marzo de 2023, conmemoramos el Día Internacional de la Mujer. Este año con el lema: “Por un mundo digital inclusivo: Innovación y tecnología para la igualdad de género”.

Podemos usar las nuevas tecnologías para empoderar a las mujeres desde la infancia donde la niña sepa desde temprana edad sus derechos y deberes; los pueda defender y honrar.

Hablo por las niñas, las adolescentes, las mujeres, las ancianas discriminadas para que, utilizando todas las herramientas de su entorno, puedan lograr la equiparación de género y se cierren las brechas que nos separan.

La sociedad ha permitido esa distancia, pero es la misma que exige cambio. Para que no se entienda como normal el abismo existente entre los géneros.

Una mujer preparada merece, en igual proporción, las oportunidades de los hombres. Me enorgullece que mi país tenga mujeres con habilidades extraordinarias para desarrollarse en cualquier campo profesional que deseen incursionar.

Valga la ocasión para enfatizar que como ciudadanos nos abocamos a los cambios y políticas innovadoras, nos encontramos a la vanguardia en medios tecnológicos y sofisticados, pero muchas veces descuidamos las bases donde se fomentan los valores permitiendo situaciones disimiles entre géneros, que, por verlas a diario, las encontramos normales.

La conmemoración de este día debe su origen a la lucha de una mujer por lograr la igualdad de género y procurarnos lograr un sitio equiparable a las condiciones que reciben los hombres, sea en el entorno laboral, social, político o religioso, entre otros. Aún, las mujeres no gozamos del mismo “estatus” que los hombres. En ocasiones, nos sitúan un espacio atrás, a veces como marco decorativo a la figura de un hombre que esta a la cabeza.

Una mujer tiene la capacidad de manejar todos los roles que se le asignen y de hacerlos magistralmente. Cada vez que una mujer logra alcanzar un peldaño mejor o superior a un hombre es admirada, sienta las bases, allana el camino, construye precedentes para que las niñas en formación sean protagonistas de sus vidas y no personajes secundarios. Y que los niños en igual formación sean conscientes de que no debe haber distinción en cuanto a las oportunidades.

No pretendo buscar la relevancia de un género sobre otro, pues en el equilibrio se encuentra la armonía que pueden lograr con las características naturales de cada cual. Hoy, todavía vivimos diversas formas de discriminación, de lo contario no recordaríamos año tras año esta la lucha que aún continúa. Tristemente, a veces devaluada por los hombres, pero más lamentable, olvidada por algunas féminas.

La equiparación de género va dirigida a la igualdad en capacidad intelectual no en habilidades físicas.

No ha transcurrido más de una semana cuando escuchamos en las noticias cómo algunos ciudadanos demeritan la participación femenina en diferentes esferas de la sociedad. ¿Por qué se pretende depreciar la destreza de mujeres en diversos cargos? Muy pocas voces se alzan frente a esas desacertadas declaraciones, tal vez por miedo, costumbre o porque no les interesa meterse en asuntos que no les atañen.

Pero, aquellos que lo hacen contribuyen a que vayamos avanzando, aunque con un vuelo lento, muchas veces detenido por el entorno, a veces permisivo, otras veces excluyente. Es inadmisible que todavía se sienta en los espacios donde transitan las mujeres, discriminación, a veces manifiesta, otras disfrazada.

No basta con decir “estoy contra de la inequidad de género”, o vestir colores emblemáticos, repartir afiches u objetos simbólicos; se trata de equiparar las condiciones, promoverlas, exigirlas y ser consecuente con nuestras acciones.

Que los caminos recorridos por nuestras antecesoras sean la oruga -el primer impulso- y la acción de las mujeres de esta época, la transfiguración que logra convertirnos en mariposa -el cambio total-.

Sean pocas o muchas siempre habrá mujeres dispuestas a seguir en marcha, pues, la lucha, aunque con pasos cortos, nunca llega tarde y siempre hay alguien dispuesto a accionar.

Seamos el estandarte de los sueños y de las aspiraciones de nuestro género.

Somos valientes cuando defendemos a otros, pero más valientes cuando empezamos por nosotras primero. Es un imperativo moral lograr la igualdad de género. No le pongamos parches a la desigualdad.

Hoy, celebro que las mariposas no solo tienen alas, también tienen voz.

Lo Nuevo
comments powered by Disqus