• 09/03/2023 00:00

Poderío naval iraní y sus efectos en Panamá

“A Panamá le toca saber quiénes son sus clientes y por qué generó tanta importancia el paso de esta armada por nuestro continente, [...] debemos seguir siendo claros en nuestra posición de neutralidad, [...]”

La Armada de la República Islámica de Irán es una fuerza naval que opera en diferentes regiones, mares y las aguas adyacentes incluyendo: Flota del Norte en el mar Caspio; Flota del Golfo en el golfo Pérsico y el estrecho de Ormuz; Flota del Océano Índico en el océano Índico y el mar de Omán, lo que la convierte en una de las más grandes, poderosas y bien equipadas fuerzas navales de la región del Medio Oriente. Cuenta con una gran variedad de buques, incluyendo destructores, fragatas, corbetas, patrulleras, submarinos y buques de apoyo logístico. Además, tiene una fuerza de infantería de marina y unidades de defensa costera que están equipadas con sistemas de misiles costeros, artillería y armamento ligero. Aunque su capacidad exacta es difícil de determinar, debido a la naturaleza clasificada de muchos de sus sistemas de armas y su estrategia de defensa asimétrica.

En caso de conflicto en sus aguas territoriales, la doctrina iraní contempla la aplicación de técnicas insurgentes al espacio marítimo, lanzando múltiples ataques de forma simultánea con numerosas lanchas rápidas armadas con misiles antibuque, para dificultar su neutralización a manos de un adversario teóricamente más poderoso.

En ese esquema también juegan un papel las milicias y grupos asociados respaldados por Teherán en el extranjero. “Los aliados y proxies controlan territorio desde el que pueden lanzar misiles y cohetes suministrados por Irán, y construir fábricas militares”, señala un informe del CRS. Por ejemplo, el suministro de misiles antibarco a los rebeldes huzíes de Yemen puede representar un esfuerzo por parte de Teherán para proyectar poder militar en el cuello de botella clave del estrecho de Bab el-Mandeb.

Estamos hablando de la mayor fuerza de misiles balísticos de Oriente Medio, con más de diez sistemas en su inventario o en desarrollo, y una reserva de cientos de misiles que amenazan a sus vecinos en la región, y puede atacar objetivos hasta a 2000 kilómetros de sus fronteras. También sigue desarrollando y mejorando un rango de nuevas capacidades militares para atacar objetivos militares, incluyendo drones armados, misiles balísticos, minas navales avanzadas, barcos explosivos no tripulados, submarinos y torpedos avanzados, y misiles de crucero antibuque y para ataques en tierra.

Irán ha redoblado su apuesta y ha aprobado un incremento masivo de fondos de defensa, se estima que el presupuesto militar de Irán en 2020 fue de alrededor de 19 000 millones de dólares, lo que representa aproximadamente el 2,5 % del PIB del país. El costo de mantenimiento de una fuerza naval de esta magnitud no solo incluye los gastos directos en equipamiento, personal y operaciones, sino también los costos indirectos asociados con la investigación y el desarrollo de tecnologías militares avanzadas, en ese sentido las capacidades militares de Irán no han dejado de mejorar. Un ejemplo reciente lo hemos visto en la guerra de Ucrania, donde los drones iraníes han sido utilizados contra la infraestructura crítica del país, con devastadoras consecuencias. De hecho, pese a que Irán no tiene una alianza militar formal con Rusia, diversas fuentes indican que uno de los propósitos de Teherán, al colaborar con los esfuerzos militares rusos en Ucrania, es lograr acceso a tecnología militar de primer nivel.

Mi experiencia en materia de seguridad hemisférica apunta a que, de acuerdo a los últimos acontecimientos globales, nos vemos obligados a la ampliación de nuestros conocimientos en materia de geopolítica y el entorno que nos rodea, siendo en los últimos meses un hecho de relevancia el paso de una embarcación militar Iraní por el Canal de Panamá, lo cual, de acuerdo a convenios internacionales y a la propia condición del país en aspectos de neutralidad, un amparo hipotéticamente hablando del accionar de estas fuerzas, que, en la actualidad, fungen como potencias armamentistas emergentes; y que de hecho los obliga a mantener una postura en los conflictos librados, por la búsqueda de una posición favorable en el nuevo orden mundial.

Si nos referimos a la fuerza Iraní, sería en vano hablar de números exactos y solo bastaría con saber que tiene los recursos y que juega un papel importante en estos momentos, al formar parte de los países que seguramente apoyan a la Federación Rusa, la defensa y proyección del poder está a cargo de sus fuerzas armadas, que son diferentes a las de muchos países y se componen de dos grandes grupos cada uno con subdivisiones terrestres navales aeroespaciales y fuerzas especiales, debido a esto y no declaran sus armas, lo que hace especular a los interesados en conocer su verdadero poderío, lo cual les da la capacidad de acceso a la tecnología mundial bélica, generar su propio armamento y conocido es que en algunas ocasiones, las potencias se han negado a suministrarles municiones y repuestos y estos han tenido la capacidad de desarrollarlos. Un caso que explica esto fue el decomiso de drones, supuestamente, del ejército de EE. UU., que fueron copiados, mejorados y que se encuentran en la actualidad en servicio.

Toda esta capacidad, incluyendo sus modernas y misteriosas bases aéreas subterráneas, no fue suficiente para impedir que, el viernes 3 de enero de 2020, fuese dado de baja el general iraní Qasem Soleimani, quien fungía como comandante de la Fuerza Quds, un poderoso brazo paramilitar de élite del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (IRGC), la organización militar más grande de la República Islámica de Irán y considerada por EE. UU. como un grupo terrorista; este sería lo más peligroso de su ejército, por lo cual EE. UU. y sus aliados, más que temerle, le respetan, debido a lo violento y extremista de sus acciones.

A Panamá le toca saber quiénes son sus clientes y por qué generó tanta importancia el paso de esta armada por nuestro continente, lo que generó un sinnúmero de opiniones; en todo caso debemos seguir siendo claros en nuestra posición de neutralidad, lo cual nos dejaría alejados de todo conflicto bélico futuro.

Experto en seguridad y defensa nacional.
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