• 16/03/2023 00:00

¡Traduzcamos los porcentajes y las incertidumbres!

“[…] habrá muchas pujas y repujas, para la conformación de las posibles alianzas, debido a que, [...], no será fácil acomodar [...] “los espacios políticos” que cada eventual aliado pretenderá”

En la medida en que avancemos hacia el acto electoral del 5 de mayo de 2024, se multiplicarán las encuestas y sondeos que tratarán de predecir sus resultados, pero hasta ahora en esos ejercicios, al solo asignar porcentajes, se pasa por alto representar con cifras los votos que obtendría cada uno de los eventuales contendores por la silla presidencial.

Según el último sondeo publicado, a los reputados como los posibles candidatos entre los cuales debe escoger el electorado se pronostican los siguientes porcentajes: R. Martinelli, 31 %; G. Carrizo, 27 %; R. Roux, 12 %; J. Blandón 8 %; y R. Lombana, 6 %.

De acuerdo con las últimas estadísticas electorales, en nuestras elecciones vota entre el 70 y el 72 por ciento. Por consiguiente, si en el Padrón Electoral hay registrados 3 050 000 ciudadanos y ciudadanas, cabe estimar, aplicando esos porcentajes históricos de participación, que los votos válidos, que son los que se toman en cuenta, redondeando cifras, sumarán dos millones (2 000 000).

Tomando como base esa cifra, al traducir los porcentajes pronosticados a votos, tendríamos los siguientes resultados: R. Martinelli, 620 000; G. Carrizo, 540 000; R. Roux, 240 000; J. Blandón, 160 000; y R. Lombana, 120 000. De acuerdo a los mismos porcentajes pronosticados, sumadas todas esas cantidades totalizan 1 680 000 votos, o sea, que quedarían por adjudicar 320 000. Estos, hay que suponer, los captarían las candidaturas de libre postulación, sean tres o más, según se aplique o no la norma del Código Electoral que, inconstitucionalmente las limita.

Los sondeos hasta ahora realizados, parten con la pregunta “¿si las elecciones fueran hoy, usted por quién votaría?”. Y seguidamente dan a escoger entre las figuras que, se presume, serían las postuladas. Pero como las elecciones no son ahora y tampoco hay certitud de que las opciones que se les ofrecen a los encuestados terminen siendo las que finalmente competirán, esos sondeos, aparte de no ser científicos, con seguridad, estarán fuera de la marca cuando conozcamos los resultados reales, en la noche del 5 de mayo de 2024.

Desde ahora hasta cuando estén oficialmente proclamadas las candidaturas presidenciales, mucha agua correrá bajo los puentes, en otras palabras, habrá muchas pujas y repujas, para la conformación de las posibles alianzas, debido a que, para que estas lleguen a cuajar, no será fácil acomodar las aspiraciones, entiéndase “los espacios políticos” que cada eventual aliado pretenderá.

Hasta el momento presente, todo indica que la próxima contienda se dirimirá entre los abanderados de las posibles alianzas; pero como también es posible que los hasta ahora pronosticados abanderados finalmente no lo sean, si de algo podemos estar ciertos es de que las elecciones del 24 navegan en un mar de incertidumbres. Eso, sin contar que ni aún las reglas del juego están totalmente definidas y de que, por ejemplo, si las elecciones se realizarán bajo el sistema de doble vuelta, todo lo hasta ahora dicho, hablado y pronosticado solo serviría para engrosar el anecdotario de nuestra rica y a la vez folclórica política.

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