• 31/03/2023 00:00

La revista cultural 'Maga' y la UTP

“[...] se me pidió continuar dirigiendo la revista para que dicha publicación no muriera, y así lo hice. El número doble que presentamos el pasado 30 de marzo es el resultado de esa gestión”

Fundé la revista “Maga” en 1984, en un afán de que nuestro país tuviera un ágil y permanente vehículo impreso de divulgación y actualización literaria, a fin de favorecer a nuestros mejores escritores de diversas épocas y edades. Ha pasado por cuatro épocas, con breves recesos cada tanto tiempo, por motivos económicos relacionados con la dificultad en el logro de anunciantes que ayudaran a sufragar sus costos.

Lamentablemente, en general la empresa privada es muy poco dada a patrocinar la producción literaria nacional en cualquiera de sus manifestaciones, ya que no ven a esta actividad del intelecto y la creatividad como una fuente de ingresos. Y tampoco las entidades de gobierno. Salvo por la excelente longevidad cultural de la revista “Lotería”, y en algunas ocasiones especiales el Banco Nacional de Panamá y la Caja de Ahorros. Y de diversas maneras el antiguo Instituto Nacional de Cultura (INAC) y ahora el Ministerio de Cultura (que por el momento no tiene una revista propia).

Pero en 2008 la Universidad Tecnológica de Panamá generosamente acepta asumir la responsabilidad de la publicación bi-anual de la revista “Maga”, por lo que no dudo en traspasarle de inmediato mis derechos sobre esta publicación. Se me pide seguir siendo su director y editor desde dentro de la institución en la que yo ya laboraba desde 1996, y desde entonces –salvo durante los dos años de la pandemia– se ha venido publicando dos veces por año, dándole un muy particular prestigio cultural a la UTP y facilitando la divulgación del trabajo creativo de nuestro autores nacionales y en menor grado también el de creadores de otros países, sobre todo centroamericanos.

“Maga” ha sido en realidad, en más de un sentido, justamente eso: una auténtica maga de la creatividad literaria en muy diversos aspectos de su quehacer. Así, ha abordado múltiples aspectos y autores de nuestra cuentística pasada y presente, ciertos temas de la novelística y de nuestra mejor poesía, así como planteamientos pertinentes sobre la crítica, y además en torno a la razón de ser de la creatividad individual mediante entrevistas a muy diversos autores destacados.

Cabe recordar que a finales del Siglo XX se publicaron números monográficos de “Maga” sobre escritores importantes, como el argentino Julio Cortázar y el panameño Rogelio Sinán, así como sobre la producción literaria en la vecina Costa Rica. Asimismo, sobre la literatura fantástica, erótica y minificcional. Y siempre ha sido un sitio apropiado para divulgar a los nuevos autores de talento que han ido surgiendo en nuestras Letras.

Una de estas fuentes de talento fresco ha sido el anual “Diplomado en Creación Literaria” de la UTP, creado en 2001; también el estímulo indudable de los diversos concursos literarios que esta institución educativa se precia en convocar anualmente desde 1996, tales como el Premio Centroamericano de Literatura “Rogelio Sinán” y el Premio Nacional de Cuento “José María Sánchez”. Gracias a tales oportunidades, no pocos escritores han rebelado por primera vez sus habilidades, sorprendiendo con obras que tal vez sin aquellos estímulos no hubieran escrito; o al menos no lo hubieran hecho con igual grado de logro creativo; pienso, entre otros, en Dimitrios Guianaras (en novela y en cuento), Mónica Guardia (en teatro) y en Danae Brugiatti Bousounis, por ejemplo, eventualmente ganadores del premio nacional de Literatura “Ricardo Miró” tras haber egresado del citado Diplomado de la UTP.

En 2022, tras un año de no pertenecer ya formalmente al engranaje de esta universidad en la que laboré durante 25 años en el área de Cultura, institución que fuera creada hace 40 por mi tío, el Dr. Víctor Levi Sasso, se me pidió continuar dirigiendo la revista para que dicha publicación no muriera, y así lo hice. El número doble que presentamos el pasado 30 de marzo es el resultado de esa gestión. En sus páginas, junto con ilustraciones de la autoría del arquitecto y pintor Enrique Jaramillo Barnes, y fotografías de casi todos los autores incluidos en la revista, se ofrecen textos de 40 autores, algunos de los cuales estuvieron presentes en esa velada cultural.

Es importante señalar que varios nuevos cuentistas formalizan desde las páginas de la reciente “Maga” 89-90 su talentosa entrada a los a veces esquivos predios de nuestras letras; ellos son: Carmen de la Guardia Abadía, Melissa Melina Sánchez Salazar, Zary Alleyne, Gilza Cordoba, Karla María Arce, Mónica Guerrero, Anmaris Mckay y Enrique Jaramillo Barnes; siete son mujeres de diversas generaciones y estilos; lo cual no hace más que consolidar el hecho innegable de que son precisamente ellas, las nuevas mujeres cuentistas de nuestro país, quienes con su creatividad y osadía literarias representan un verdadero “boom” novedoso en las letras nacionales en lo que va del Siglo XXI.

Ya está en preparación el No 91 de la revista, dedicada a muestras notables de minificción panameña, modalidad que empezó con varios textos del entrañable Maestro Rogelio Sinán (1902-1994), recogidos en un libro bastante olvidado: “El candelabro de los malos ofidios y otros cuentos” (Editorial Signos, 1982), en donde destaca “El hombre que vendía empanadas”, obra maestra en dicha vertiente ficcional.

Escritor, profesor universitario, promotor cultural y editor.
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