• 06/04/2023 00:00

Las cosas no huelen bien

“El manejo hoy de cerro Patacón es otro parche improvisado que ha caracterizado la gestión pública en los últimos períodos de los Gobiernos. Algo sigue oliendo mal, y no es cerro Patacón”

Marzo se despidió de cerro Patacón con otro incendio. Los temas de salud pública que vinculan la operación del gran vertedero a cielo abierto desaparecen de manera protagónica, como un mal vodeviles, tras el telón. Para los panameños el anuncio del cierre del vertedero de cerro Patacón y su traslado administrativo y técnico a la Autoridad de Aseo parece anunciar la continuidad del desastre ambiental que inició hace años. Si no ha sido capaz de recolectar la basura en la ciudad, ¿podrán manejar el sitio de disposición final? Tengo dudas.

La información pública y el bienestar colectivo es parte del humo y la opacidad que saturó -más de tres veces- el olfato de los ciudadanos de ciudad capital, durante el mes de marzo. No hubo pronunciamiento por parte de MiAmbiente, lejos el Minsa sobre la calidad del aire que estuvimos respirando los ciudadanos de la ciudad capital.

El desastre de cerro Patacón no es nuevo. Por años, no hubo capacidad técnica de los concesionarios para el manejo del relleno sanitario de cerro Patacón. Fueron sucesivas las veces, las denuncias ambientales, 2 de diciembre del 2008: derrames de lixiviados (La Prensa). El 18 de junio de 2021 un deslave produjo otra fuga de lixiviados, contaminando, probablemente, fuentes de agua que llegan a aguas del Canal (La Prensa). El 15 de marzo de 2007, El Siglo también hace público otra fuga de lixiviados que fueron a parar al río Mocambo y Cárdenas, que llegan al área del Canal.

La mitad de las 2500 toneladas de desechos que se producen diariamente en la ciudad, la mitad puede ser reciclada. El domingo transporté todo mi material de vidrio, cartón y aluminio acumulado en casa, sin encontrar ningún sitio en áreas revertidas para depositarlo. Desde Ancón, pasando por Clayton y Bella Vista no encontré de forma visible y práctica un sitio para depositarlo. Las instituciones se han pasado discutiendo el manejo final de un inmenso basurero a cielo abierto, sin evaluar la gestión integrada de los desechos. No hay mensajes de reducir los desechos en la fuente, no hay incentivos al reciclado. No existen a disposición sitios de acopio. Por estas razones, manejar finalmente las 2500 toneladas será un fracaso técnico por cualquier operador que se atreva a decir que lo hará.

Asociaciones conservacionistas que se abanican con programas de reciclado, tampoco tienen presencia en la ciudad ni en el cerro Ancón. ¿Cuántas juntas comunales tienen sitios de acopio para material reciclado? No existen en los barrios sitios de acopio de material reciclado. No veo campañas de educación ni promoción de la acción de reciclado en los barrios centrales donde se acumulan los desechos. Regresé frustrado a casa con mis “valores” sin poder ser reciclados.

Después del fuego de madrugada, con el que se despide la administración de cerro Patacón, amanecimos con la opaca noticia de que ya existe un operador para seguir revolviendo los desechos en el vertedero a cielo abierto. Para quienes manejan los procesos de contrataciones públicas, saben perfectamente que es imposible anunciar, evaluar y adjudicar un contrato en menos de dos semanas. En esta oportunidad tuvimos la solución en un par de días. Queda un sabor agrio y un velo de duda cae sobre la transparencia el proceso. El anuncio del nuevo operador del basurero también despide un aroma sospechoso. Percibo un “malaire”, hubiera dicho un francés a finales del siglo XIX.

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) anunció que Panamá es el país de más alto crecimiento de la región y que batió los pronósticos de recuperación pospandemia. El anuncio del BID parece un chiste, dadas las condiciones de desarrollo de un país, cuyos números preliminares del censo de población, 8 % de la población, vive sin agua y las escuelas inician clases en salones improvisados, donde lo desechos de la ciudad más grande se manejan con una tecnología a cielo abierto. La disonancia se hace evidente ante las celebraciones del Día Mundial del Agua y las conferencias Ocean to Ocean. ¿Estamos como sociedad comprometidos por el bienestar colectivo? ¿Está ese crecimiento asociado al desarrollo social con políticas públicas articuladas desde la Institucionalidad? ¿Existe gobernabilidad para resolver los problemas de agua y desechos sólidos en Panamá?

En el caso de la basura, ¿están las instituciones centradas en un asunto técnico, de educación, cambio de cultura o en un simple contrato? El abordaje para resolver el problema de raíz radica en un cambio cultural, donde la educación es la clave para modificar conductas humanas. No escucho el mensaje de la gestión integrada de residuos. Nadie habla de la educación, el agua y de cerro Patacón de manera integral. El manejo hoy de cerro Patacón es otro parche improvisado que ha caracterizado la gestión pública en los últimos períodos de los Gobiernos.

Algo sigue oliendo mal, y no es cerro Patacón.

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