• 20/04/2023 00:00

Nuestro futuro

“Organizaciones públicas y privadas, conjuntamente, serían un ejemplo a seguir, si establecen programas pilotos de reciclaje. ¿Qué se necesita para ello? Buena voluntad”

El 6 de abril se publicó un excelente artículo en este diario sobre el desastre que representa la basura en Panamá, y los medios para desechar la basura, sin opciones de lugares de reciclaje.

Primero hay que empezar por lo fundamental que es la actitud y educación del ciudadano.

Organizaciones públicas y privadas, conjuntamente, serían un ejemplo a seguir, si establecen programas pilotos de reciclaje.

¿Qué se necesita para ello? Buena voluntad. Tan sencillo como eso. MiAmbiente fue creado precisamente para defender y preservar los derechos de los ciudadanos en materia ambiental, que conlleva a una buena salud.

Entonces, ¿no deberíamos, nosotros, los ciudadanos, exigir un plan a seguir, serio y organizado, con presupuesto para nuevos acuerdos nacionales o internacionales de desechos de basura y reciclaje?

Gran variedad de países, y no necesariamente desarrollados, lo han implantado, y funcionan a la perfección. Aprendamos de ellos, pidamos asesoramiento y colaboración, pero sin ningún costo, no como estamos acostumbrados a hacer estudios de millones que quedan en nada.

Eso representa una labor para el bien común en nuestro planeta, no solo para nuestro país.

Revisemos los posibles centros de reciclaje en nuestro país. Pongan a disposición de los ciudadanos algún tipo de incentivo y facilidades para tener centros de reciclaje en sus comunidades, empresas y oficinas gubernamentales, que son las que deben dar el ejemplo. Y recojan diariamente.

Al investigar, nos daríamos cuenta de que sí existen ciudadanos comprometidos con este plan, pero hace falta algo más.

Por ejemplo, ofrezcamos nuestra colaboración a las fundaciones, organizaciones benéficas, Hermanas de la Caridad.

Por ejemplo, en el Hogar Bolívar, en Río Abajo, han iniciado un plan piloto de reciclaje de objetos como plástico, vidrio, aluminio y otros que pueden calificar. Pueden llamar y hacer arreglos, y, de esa manera, están ayudando a ancianitos sin ingresos económicos que son atendidos con amor en ese centro, donde las donaciones son ampliamente agradecidas.

Otra idea sería concientizar a los niños, y ofrecerles incentivos extra-curriculares para planear y llevar a cabo reciclaje en sus edificios o barrios, en pequeña escala. Hacerles reconocimiento por parte del colegio y ministerios de Educación y Salud.

El Ministerio Social es otro punto clave que puede colaborar.

O, la Penitenciaria. ¿Por qué no usar a los privados de libertad que tienen buena conducta, y ofrecerles una contribución, por ejemplo una comida o una visita extra, o una barra de chocolate, para que hagan lo mismo de manera organizada con sus centros de detención y donde sea posible hacer este proyecto?

También con los jubilados. Estarían felices de contribuir, porque las personas mayores también son útiles y productivas. No por tener acumulación de años, pierden su vitalidad y entusiasmo.

MiAmbiente, que trabaje con todos estos grupos. Pero con ánimo.

¿Y qué decir de tantos edificios y negocios, tanto en la ciudad como el interior? Desarrollen un plan, inviten a toda la ciudadanía.

Sean creativos. Hagan eco en impulsar una ley para mantener este tipo de proyectos abierto por generaciones, donde no entre la política, sino la buena voluntad, que redunde en salud y beneficio para todos. Levanten su voz para bien del planeta y nuestro país.

Estoy segura de que empezando... se sumarán cientos de personas interesadas. Ávidas de contribuir.

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