• 29/11/2023 00:00

Actividad económica local

Urge fortalecer las capacidades de pueblos locales para que sean actores de su propio futuro

Las góndolas del supermercado están repletas de envases de diferentes partes del planeta. Asombra tener tal cantidad y variedad de productos de procedencia tan extraña y con una calidad tal que les hace merecedores de la posibilidad de ser elegidos para el consumo por parte de un público que se ha acostumbrado a la vida cosmopolita y a llevar a sus cocinas y probar esta vistosa oferta.

Cuando uno mira una leche de coco de Indonesia, o unos patacones ecuatorianos, legumbres guatemaltecas, toda una variedad de marcas de productos de maíz colombiano como arepas y tequeños venezolanos, quesos europeos tanto de cabra españoles, el 'brie' y 'camembert' francés, el 'feta' griego o el 'gorgonzola' italiano, entonces se da cuenta de que en esos confines existen emprendimientos con capacidad de poner sus alimentos en el mercado internacional.

Si tuviéramos que hablar de licores, habría que considerar una variada bodega con etiquetas de bebidas que asombran por el tipo de preparación, las mezclas de esencias frutales se combinan con néctares espirituosos, demuestran una imaginación sin límites de sabores que ponen a prueba el paladar de los consumidores nacionales. También están los jugos tanto en preparación simple como en aguas tónicas y efervescentes que compiten con las gaseosas.

Es por esa razón que uno se pregunta ¿por qué no existen entusiasmos semejantes en Panamá, que permitan que determinadas iniciativas tengan sus resultados tanto en bienes como servicios a una escala que salga de las fronteras? Uno mira cómo se pierden las naranjas y mangos en el suelo y a pocos se les ocurre aprovechar estos y otros frutos para crear una marca de pulpa, cítricos o bebidas nacionales con calidad suficiente para exportación.

Hace un año se presentó una feria del café y más de cincuenta marcas o pequeñas compañías y grupos experimentaban con la preparación de la materia prima de esta bebida. Algunas de ellas, ya se producían con sabores y aromas para entusiasmar los gustos de potenciales compradores. Muchos experimentaban con diseños de envases y bolsas para hacer frente a las demandas de consumidores exigentes.

Recuerdo un señor que en Costa Rica empezó a producir yuca y la exportaba; notó que las amas de casa en los Estados Unidos se molestaban con el lodo de alrededor del tubérculo y se le ocurrió bañarlas en cera y esto bastó para incrementar tanto la venta, que el empresario se convirtió en el principal referente de la industria de este ingrediente que se utiliza en sopas, frito, relleno y hasta en puré.

Volvamos acá y asombrémonos sobre el grado de desconocimiento que se posee en comunidades donde no ha existido una discusión sobre las capacidades lugareñas para organizar núcleos de trabajo que posibiliten el desarrollo de una actividad que brinde beneficios al común de la población. Y lo peor, las nuevas generaciones se acostumbran a los paquetitos con alimentos de dudosa calidad, llenos de carbohidratos crueles e insanos.

En una visita al sur de Francia, se pudo comprobar la preocupación de los municipios en establecer sedes de determinados materiales artesanales, que fueran el rasgo distintivo de los poblados. En algunos casos, quesos, alimentos, prendas de vestir, adornos, implementos de deportes, y múltiples ejemplos de sellos que enorgullecen a las comunidades y sus miembros. Ellas generan un mercado secundario con suficiente base económica para ayudar a la gente.

Acá, ha sido una estrategia que ha dado tumbos permanentes e imposibilitado que existan equipos de producción para una industria artesanal y permita trabajar a las poblaciones y resulten en empaques con sellos locales que impresionen en el exterior. Tal es el caso del café y cacao, como lo comprobé hace unas semanas en un pequeño establecimiento en Ohio con barras de una marca de chocolate de origen bocatoreño.

Todavía hay mucho por hacer. Urge fortalecer las capacidades de pueblos locales para que sean actores de su propio futuro.

Periodista
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