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- 05/11/2008 01:00
Próceres colonenses y el 5
Con el título: "Héroe olvidado del 3 de noviembre de 1903", Alonso Roy, escribió un artículo proponiendo la tarea de rescatar la figura de José Agustín Arango, agregando en ese mismo esfuerzo a Porfirio Meléndez y a Orondaste L. Martínez. En efecto, urge un replanteamiento del papel que muchos hombres y mujeres, jugaron en la coyuntura histórica novembrina. En el caso de Colón, la heroica participación los conspiradores, como para el movimiento separatista, da cuenta de nombres que deben inscribirse.
Mientras la aparente calma cubría el país después del 3 de noviembre, en Colón se mantenía el peligro colombiano, en la figura del coronel Eliseo Torres, quien amenazó con incendiar la ciudad ante la imposibilidad de actuar en contra de la causa separatista. Dice, Ernesto Castillero que: “Desde ese histórico momento, la suerte de los panameños y del istmo en general iba a depender del éxito o desacuerdo de la junta de conspiradores de Colón, porque la ciudad estaba en manos de las autoridades colombianas”.
Interesante resulta la exposición: “El Sancocho está a punto de comenzar”, que aparece en la Biblioteca Colombiana: Luis Ángel Arango. Refiriéndose a la actuación de Colón y sus hombres, pero al mismo tiempo criticando el accionar de los militares colombianos, en especial de los Eliseo Torres y Elías Borrero, sostiene: “¿qué pasaba del lado del Atlántico, en Colón? Pasaba que Torres viendo que amanecía Dios el miércoles 4 de noviembre, sin que se dieran por los encargados del Ferrocarril de Panamá, las trazas conducentes al transporte, apretó sus gestiones delante del superintendente con tanto vigor que obligó a este empleado a entregarle la carta, vale decir confesarle que el negocio del transporte estaba del todo en manos del comandante Hubbard del “Nasville”, no en las suyas“. Confesión que dejó a Torres en gran perplejidad... tanto él como la oficialidad del Crucero “Cartagena”, ignoraban por completo lo que el día anterior había acontecido en la capital del istmo... Hubbard sí tenía conocimiento de todo, lo mismo que un grupillo de conjurados de la localidad. Pues ha de saberse que en Colón también estaba operando aquella “negra y sórdida maquinación” que el senador Pérez y Soto había denunciado en el senado de Bogotá. Allí, nos cuenta don José Agustín Arango que el encargado de secundar el movimiento separatista fue don Porfirio Meléndez y la Policía con su primer jefe, el general Ortiz, y su segundo, el capitán Achurra... Además Orondaste L. Martínez y J. L. Lefevre dieron asimismo eficaz y buena ayuda.
Había por tanto en Colón, una “célula” separatista a la cual... se había provisto de plata. Y el mismo día 3 por la nochecita... Amador Guerrero, utilizó el teléfono privado del Ferrocarril para transmitirle a Porfirio Meléndez... “El sancocho está a punto de empezar”. Lo que en buen panameño quería decir: los Generales, presos y también de Obaldía: puede proceder”.
Así que temprano, aquel 4 de noviembre, don Porfirio Meléndez y don Orondaste fueron a buscar a Torres, lo llevaron a la cantina del Hotel Astor y entre copa y copa le soltaron lo que había ocurrido en la capital, remachándole que la independencia de Panamá era obra de EEUU.
El 5 de noviembre de 1903, Juan A. Henríquez envío desde Colón un telegrama a la Junta Revolucionaria en la capital: “Siendo ahora (7:30 p.m.) puede decirse que la independencia de Panamá está asegurada”.