• 22/05/2015 02:00

Los estragos del alcohol

En nuestro país se bebe desde edades muy tempranas, con muy poco control

Durante los 40 años que ejercí la medicina fui testigo de los estragos en el organismo de una droga muy adictiva que se llama alcohol. En nuestro país se bebe desde edades muy tempranas, con muy poco control. Las autoridades se alertan cuando se disparan las consecuencias inmediatas: violencia o accidentes, pero es muy poco lo que hace en materia preventiva. El alcohol es muy tóxico para el organismo, con daños irreversibles que incluyen la muerte, cuando la moderación se pierde. Pero, ¿somos capaces de controlar el uso del alcohol cuando se inicia el vicio en la juventud? Es muy difícil, sobre todo en una sociedad que cada vez se degrada más. Es por ello que las campañas mediáticas invitando a su consumo deben ser reguladas e incluso prohibidas, como se hizo con el cigarrillo. Otro tanto con esas caravanas ambulantes, como las Pub Alcohólicos, que invitan a nuestros jóvenes a consumir el alcohol de manera incontrolada.

El alcohol es una de las principales causas de accidentes automovilísticos; de incesto en la población pobre; de violencia, tanto doméstica como callejera; de consumo de otras drogas como la cocaína; de consumo de cigarrillo, cuyos estragos orgánicos son ampliamente conocidos; de ausencia laboral.

Entre las consecuencias del uso de esta droga en el organismo podemos citar: daño irreversible en las células del cerebro, provocando alteraciones psicóticas; gastritis agudas y crónicas, incluyendo las úlceras y el cáncer gástrico; enfermedades agudas y crónicas del páncreas que pueden ser fatales; elevación de la presión arterial y deterioro de las fibras cardiacas, llevando a la insuficiencia y a la muerte; el hígado es uno de los órganos más vulnerables: hepatitis, hígado graso y cirrosis (según la OMS, el 63.1 % de los casos de cirrosis en hombres y el 58.4 % en mujeres se pueden atribuir al consumo de alcohol); puede producir infertilidad y deteriorar el sistema inmunológico, lo que hace propenso al organismo a adquirir todo tipo de enfermedades; produce impotencia en los hombres y alteraciones fetales cuando lo beben las mujeres embarazadas.

Panamá lidera el consumo de alcohol en Centroamérica. En una escala del 1 al 5 en cuanto a la ‘calificación de los años de vida perdidos por consumo de alcohol' —donde 1 representa pocos y 5 representa muchos— Panamá se coloca en el nivel 4. Las bebidas que más se consumen en Panamá son la cerveza, el seco y el ron. No estamos abogando a que se prohíba su uso, pues el contrabando se exacerbaría, sino en dar inicio a una campaña intensiva orientada en advertir los graves peligros que representa el uso de este tóxico orgánico. La campaña mediática tiene que ser intensiva y continua, y debe, por tanto, ser dirigida por el Gobierno nacional, el encargado de velar por la salud de la población. Los proclamados grupos de la sociedad civil y las iglesias también deben contribuir a reducir su consumo. Esperamos que al leer este artículo, el señor presidente de la República sea el director de esta nueva orquesta sanitaria y que los jerarcas de las iglesias inviten, de manera enérgica, a que la población abandone ese perjudicial vicio.

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