• 02/08/2018 02:00

La alienación tecnológica: robotización

Sí, en nuestro afán por hacernos más eficientes, nos hemos desensibilizado, olvidamos que el hombre mismo es el epicentro

El ser humano, a través de su existencia y evolución, ha dirigido su pensamiento hacia cómo mejorar sus condiciones de vida, concentrando sus esfuerzos para simplificar sus procesos de trabajo, aunado a su constante curiosidad por el descubrimiento de nuevas tecnologías, aspecto que nos ha llevado a una alienación tecnológica. Pero ¿qué es el término alienación? De acuerdo a lo que tratamos de exponer en este artículo, la Real Academia Española lo define como: limitación o condicionamiento de la personalidad, impuestos al individuo o a la colectividad por factores externos sociales, económicos o culturales.

Sí, en nuestro afán por hacernos más eficientes, nos hemos desensibilizado, olvidamos que el hombre mismo es el epicentro, se nos ha insertado en el pensamiento que no podemos vivir sin adelantos tecnológicos, sin aparatos electrónicos; en muchas áreas ya no nos atiende un individuo, sino una máquina, se impersonalizó todo.

No se equivocó Albert Einstein, cuando manifestó ‘Temo el día en que la tecnología sobrepase nuestra humanidad; el mundo solo tendrá una generación de idiotas', a eso precisamente le llamamos Alienación Tecnológica.

De hecho, este concepto está inmerso en el pensamiento del filósofo y sociólogo alemán Herbert Marcuse (1898-1979), que consideraba que esa alienación está en la misma conciencia del hombre moderno, a través del mejoramiento de su técnica, y que ha sido creada por la clase dominante mediante los medios de comunicación y el consumismo masivo. Haciendo un análisis del pensamiento de Marcuse, vemos que la base de nuestra sociedad, que es la familia, fue penetrada por esa ansia de tecnología, de tal manera que estamos creando niños esclavos, irritables, individualistas, sin conciencia de su entorno, sin principios y valores de solidaridad, solo apegados al ‘placer propio' que genera esta tecnología.

En el mundo de hoy, vemos cómo estamos inmersos en la denominada cuarta revolución, la era de la robotización, de la inteligencia artificial, donde se han creado carros automáticos, trenes, sistemas autosuficientes, entre otros, reemplazando la fuerza laboral del hombre, lo que ha producido innumerables despidos de trabajadores a nivel mundial. Este fenómeno ha representado que los niveles de pobreza se incrementen, con más desocupados, haciendo la brecha más grande entre ricos y pobres, ya que el empresario incrementó su producción de bienes o servicios.

Pero... ¿y cómo frenamos esta robotización que ha sido creada para un consumo desmedido y enriquecimiento de unos cuantos? Toca educar a nuestros hijos bajo un pensamiento autocrítico y fundamentado en principios axiológicos, lo cual deberá ser extrapolado a nuestro sistema educativo; una reforma integral que domine a la tecnología misma, para que esta nos sea útil y los procesos de cambio sean progresivos, siendo el hombre el verdadero protagonista y no suceda lo que Albert Einstein pronosticó.

¡Señores, estamos a tiempo!

EL AUTOR ES ABOGADO Y MIEMBRO DE LA JUNTA DIRECTIVA DEL SINDICATO DE TRABAJADORES DEL METRO DE PANAMÁ (SITRAMEP).

Lo Nuevo
comments powered by Disqus