• 21/09/2011 02:00

La ‘amante siniestra’

ESPECIALISTA DE LA CONDUCTA HUMANA. En la sección de empleos en los clasificados de los diarios locales es frecuente encontrarse con es...

ESPECIALISTA DE LA CONDUCTA HUMANA

En la sección de empleos en los clasificados de los diarios locales es frecuente encontrarse con este tipo de anuncios: ‘Importante consorcio internacional busca ejecutivo de ventas que desarrolle las estrategias de la empresa, realice los análisis del mercado, implemente nuevos servicios, ejecute los planes de acción corporativa, maneje la imagen empresarial e identidad corporativa, que tenga vasta experiencia en el manejo en diseño, marketing y Administración de Empresas, cuente con buena presencia y el trato con los clientes’. En pocas palabras, lo que se requiere es una persona con múltiples disciplinas para poder cumplir con todos los requisitos expuestos. Si esto es así, esta situación tan abarcadora en término laboral podría llegar a ser devastador para un profesional recién egresado de la universidad hasta para el que tenga una vastísima experiencia.

No obstante, hay quienes creen conocer de todo y sentirse capaces de hacer cosas en diferentes ámbitos o que tienen habilidades para hacer de todo. A este tipo de personas se les conocen como ‘todólogos’. Aunque es imposible saber y hacer de todo, el todólogo —palabra que existe en el diccionario de la RAE— suele hacer de todo sin cometer errores. Usted pensará que es imposible saber de todo y hacer de todo, pero de que existen los todólogos, existen. La palabra todología no es reconocida, pero hay quienes la definen como el arte del conocimiento de todas las cosas y dominio de todas las habilidades.

Sin duda alguna, la preparación académica es un valor extraordinario en un aspirante a un empleo y más cuando se trata de grandes corporaciones. Las empresas sean estas chicas, medianas o grandes con el concepto de que una persona además de ejercer su profesión haga otras profesiones, promueven la todología. Si es un recién egresado profesional, buscará la manera de mejorar su capacidad abarcadora con cursos de nivelación, seminarios, talleres, entre otros.

Para un postulante a un primer empleo a simple vista puede conllevar a un desarrollo profesional, cercenado desde lo emocional hasta lo profesional. Esta frustración provocaría cierta distorsión de la realidad laboral. Para la empresa en la búsqueda del ‘empleado pulpo’, le es conveniente por el ahorro de sueldos y supresión de puestos de trabajo, entre otros factores.

Un hombre o una mujer que no para de trabajar y si lo hace en una posición laboral polidisciplinaria, corre el riesgo de enfrentarse a enfermedades físicas, o caer en un trastorno psicológico como la hipocondriasis, ansiedad y depresión. Es gente que trabaja, tal vez por el sentido de responsabilidad, el deber que siente por proveer y hasta por compensar deficiencias personales. El trabajo diario fuera de casa se convierte en esa ‘amante siniestra’ que le roba tiempo a los que tienen en casa.

Es obvio que, para el que trabaja de manera incesante, sobre sus hombros pesa una gran responsabilidad heredada por la sociedad y la familia, sobre todo, cuando se es proveedor del hogar. Por tanto, enfocan sus fuerzas al logro de resultados. El exceso de ese esfuerzo, que se convierte en su único interés y más que responder a una demanda social, equivale a un mecanismo de defensa, a un medicamento para alivianar carencias como la inseguridad o de poder personal. Sienten que el trabajo los empodera que pueden llegar a creerse imprescindibles. Tanta pasión desmedida los vuelve disfuncionales, por lo que abandonan otras responsabilidades igual o más importantes, como es la familia.

La todología no solo se da en lo laboral también te la encuentras en casa. Y las mujeres por naturaleza son sobreprotectoras y expertas todólogas: despertar a los niños, preparar el desayuno, vestirlos, llevarlos al colegio, pensar y preparar el menú del día, limpiar, comprar, cuidar las plantas, planificar los gastos, en fin todo un mar de responsabilidades. Amén de los riesgos a su salud física y mental, producto de la rutina y el trabajo no valorado ni agradecido, tienen la obligación de cumplir con un horario laboral que las obliga a dividirse en dos y se olvidan de sí mismas.

La mujer que es mujer, esa que ama y piensa como mujer, en todo el sentido de la palabra, debe complementarse con su hombre, el padre de sus hijos, sobre el funcionamiento del hogar y el cuidado de sus vástagos. Sin olvidar la parte espiritual y afectiva entre todos. Las tareas del hogar se han convertido en una industria muy demandante y que enfrenta riesgos y en sí muchos retos, como la disciplina y la educación de los hijos como las principales y sin olvidarse de cumplir como mujer para que ambos estén satisfechos sexualmente.

El mundo gira con 24 horas, los todólogos tratan de extenderlas, buscar un hueco en la agenda que les permita hacer de todo y con tanto estrés encima, el cuerpo y la mente se resienten. El sistema circulatorio, el digestivo y el sexual se apagan.

Todo puede dar como resultado a comer en exceso, consumo de alcohol y fármacos para dolores inexistentes. Es necesario tomar conciencia, encontrar las causas y corregirlas. Y, antes de que las heridas sean más profundas hay que establecer acuerdos, tiempos y posibilidades para la pareja e hijos.

¿Vale la pena que tu organismo se intoxique? Recuerda que todo es del color del cristal con que se mira, si lo habitual es gris o mustio, ¡es hora de cambiar de cristales!

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