• 07/12/2025 00:00

Empresarios y cabilderos del cambio climático

Algunos se preguntan por qué un empresario que escribe sobre política alimentaria y aboga por la seguridad nutricional, mantiene interés en cabildear acerca del cambio climático. Y es que cada vez más, el papel de los empresarios va mucho más allá de las paredes de sus empresas; su responsabilidad es servir no solo a sus clientes, socios y accionistas, sino también a la comunidad donde operan.

Todos los días vemos el impacto directo del cambio climático en cada uno de los grupos que conforman la comunidad. Por eso es hora de pedir a los políticos y autoridades que tomen medidas sobre el cambio climático.

Este es un tema importante y siempre lo abordo desde la perspectiva de consultor de nutrición y asesor en salud pública. El cambio climático ha impactado tan profundamente a la industria alimentaria que a principios de este año varias organizaciones a nivel mundial lanzaron campañas para la supervivencia del planeta. Algunas de estas campañas involucran chefs y agricultores para ayudar a los políticos a comprender el impacto económico del cambio climático en la industria de alimentos, incluyendo restaurantes, hoteles y fábricas.

Pensemos en el arroz, el principal rubro que consumimos los panameños. Todos los meses se consumen más de 800 mil quintales. ¿Se imaginan un país como Panamá sin arroz? Bueno, este es un buen ejemplo de por qué es importante que todos pensemos en el cambio climático. Muchos de nuestros productos de la canasta básica están señalados como causantes del problema, pero igualmente, en algunos casos, son parte de la solución para abordar el cambio climático. Se han realizado investigaciones que demuestran que se podría reducir las emisiones de metano, un gas que produce el efecto invernadero y destruye la capa de ozono, si dejamos de consumir carne al ritmo que lo hacemos habitualmente. Igualmente, si dejamos de cultivar arroz como lo hacemos ahora, se podría paliar la crisis del cambio climático, aunque sabemos que es una de las mayores fuentes de calorías para millones de personas.

¿Qué pasaría si cambiáramos la forma en que cultivamos arroz? Podríamos reducir las emisiones de metano frenando las inundaciones o añadiendo peces, patos o cangrejos al sistema de producción. Por supuesto, el aumento de las temperaturas también amenazará la producción de arroz, lo que provocará mayores costos e inseguridad alimentaria. El arroz es sólo un ingrediente pequeño pero crucial que potencialmente forma parte de la solución climática, aunque también está amenazado por el cambio climático.

Defender la estacionalidad y la disponibilidad natural es otra forma en que podemos participar en la conversación sobre el clima. Tenemos que dejar de manipular el clima y consumir alimentos que no son de temporada, que se ha convertido en un estándar miope en muchos países. Solo porque hayamos descubierto cómo cultivar, vender y comprar mangos en verano no significa que debamos hacerlo. El impacto negativo de obligar a esta hermosa fruta a crecer fuera de temporada, o enviarla al otro lado del mundo para que esté disponible en noviembre, es enorme. ¿Y para qué? ¡Ni siquiera saben bien fuera de temporada!

Ya estamos viendo el impacto real del aumento de las temperaturas. En la Península de Azuero, los niveles de agua del río La Villa son extremadamente bajos debido al calor. Eso no está bien. Y la temporada de naranjas y mandarinas, antes era todo el verano, ahora es un breve período del mes de enero. Estamos perdiendo el acceso a algunos ingredientes increíblemente significativos porque hace demasiado calor.

El aumento de las temperaturas está elevando los costos de una industria ya vulnerable y socavando nuestra capacidad para satisfacer las expectativas de los consumidores de comidas de alta calidad. Los ingredientes escasos provocan precios más altos. Los precios elevados aumentan el costo de vida, pero la industria no puede permitirse salarios que lo igualen. Es un círculo vicioso que nunca termina. Sin cierta sensación de estabilidad en los costos de los alimentos, no tenemos ninguna posibilidad.

Los políticos y las autoridades deben hacer más para apoyar los sistemas alimentarios locales y la alimentación estacional. Necesitamos incentivar las prácticas agrícolas regenerativas. A corto plazo, el Gobierno debería proteger a los miles de agricultores que diariamente se levantan de sus camas y salen de sus casas para sembrar, cultivar y cosechar. Igualmente, hay que apoyar a los chefs y cocineros, para que desarrollen menús con ingredientes naturales y de temporada.

En suma, los chefs, cocineros, agricultores y proveedores de alimentos deben educar a los consumidores y liderar el camino en materia de alimentación para ayudar a conectar los puntos entre el cambio climático y los ingredientes que amamos. Tal vez por eso, cada vez que puedo, hablo con los diputados y las autoridades para que trabajen en estos temas y puedan ayudar a que el mundo sea un lugar más sostenible.

*El autor es empresario
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