• 21/08/2018 02:01

¡América fue conquistada antes que descubierta!

¡América fue conquistada antes que descubierta! Cuando la gente de Europa, en su expansión por la faz de la Tierra

¡ América fue conquistada antes que descubierta! Cuando la gente de Europa, en su expansión por la faz de la Tierra, conquistó este continente, palmo a palmo, los aguijones de la avaricia y de la aventura y el alma de poder prevalecieron sobre los motivos más elevados que pudieron haber conducido al descubrimiento de América. Infortunadamente, la dominación precedió a la comprensión. No obstante, hoy pareciera simbólico decir que, Cristóbal Colón, rodeado por paisanos ciegos equivocados, muriese en la desesperación, ignorante de su propia hazaña.

Solo en la figura de Colón, resplandeciente en medio de la primera generación de conquistadores y aventureros, de piratas y buscadores de oro se dan las características de un descubridor. ¿Colón era genovés, español o judío? ¿Pirata, marino o geógrafo? ¿Genio diletante o estafador favorecido por la fortuna? Quizás fue todo esto, pero tan enredado en un intrincado nudo del destino que los hilos no podían separarse. Cuando llegó su gran momento, ya encontramos en él los rasgos que iban a constituir el retrato final: los ojos de un investigador y la imaginación de un soñador; la frente de un profeta y las manos de un usurero.

Lo suyo fue un descubrimiento, pero distinto de sus propios deseos e ilusiones. Aunque existía en él el afán de riqueza, no fue esto lo único que lo estimuló, porque un misticismo definido aparece en sus cartas y papeles. Cuando llegó a la lejana tierra de sus sueños, vio en ella el cumplimiento de las Sagradas Escrituras y la promesa del Espíritu Santo, y cuando alcanzó las frescas aguas del Orinoco creyó que entraba en un paraíso perdido.

Pero Cristóbal Colón no fue bastante fuerte para ganar y conservar una parcela de la tierra. La dirección de su vigorosa empresa pasó con demasiada rapidez a manos de los que buscaban su engrandecimiento personal. Así, América fue conquistada antes que descubierta, esclavizada antes que reconocida, ordenada y reglamentada antes que comprendida. Fue necesario un redescubrimiento –y una nueva perspectiva de redescubrimiento— y en él Simón Bolívar desempeñó el papel de Colón. Más de trescientos años separaron al buscador europeo del genio americano; trescientos años de conquista, saqueo y esclavitud; pero por fin siguió un periodo de crecimiento y formación, durante el cual las fuerzas del país se combinaron y las energías se unieron. No fue sino a comienzos del siglo XIX cuando Sudamérica volvió a ganar su identidad.

Medio siglo después de que Colón destruyera los conceptos de la Edad Media y estableciera una cabecera de puente en suelo americano, los conquistadores habían tomado posesión del continente –del río Grande al río de la Plata y del Atlántico al Pacífico— para las coronas de Castilla y Aragón. España dio al nuevo continente lo que tenía de mejor y de peor. Hubo grandes condotieros, como Hernán Cortés; eruditos, como Jiménez de Quesada, y monjes pendencieros, como Fernando de Duque por un lado, con Pizarro y Benalcázar en su secuencia de aventureros sedientos de sangre y oro en las filas del otro.

Hubo quienes por una u otra razón no deseaban ya respirar el aire de su tierra nativa; herejes y criminales para los que la vida no tenía mayor importancia y que no le pedían otra cosa que la que podía contener una breve hora de dolor y placer. Pero hubo también quienes soñaron con los reinos fabulosos de castillos y mujeres prometidos a los héroes de las narraciones románticas.

¿Qué unía a estos grupos mal avenidos? ¿Sufrían las privaciones y peligros de un mundo tropical por el fantasma de la fama o por la gloria de España? En la mayoría de los casos fue la ambición personal la que animó a los conquistadores. Las huellas de esta actitud están grabadas en forma indeleble en el aspecto del reino colonial en desarrollo.

Los historiadores de cinco siglos han descrito la crueldad de la conquista española, que es imposible negar frente a los horribles testimonios. El juicio final sobre la españolización en América del Sur y Central depende de la importancia dada a su colonización más que a su conquista.

PEDAGOGO, ESCRITOR Y DIPLOMÁTICO.

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