Representantes de las diferentes actividades económicas del país alertaron sobre las consecuencias que se avecinan si los cierres continúan. Hicieron un...
- 30/05/2023 00:00
El amor a la Patria
El pasado noviembre fueron pocas las banderas panameñas mostradas en viviendas y edificios con motivo de las fiestas patrias. Cada año como que el fervor patrio va disminuyendo en todos los niveles de la sociedad, sobre todo luego del tiempo de la pandemia, donde hasta los desfiles fueron suprimidos.
Hemos emulado mucho de la cultura anglosajona. Cosas buenas algunas, cosas malas bastantes, como el exagerado consumismo de esa sociedad, su estridente música y el uso indiscriminado de las drogas entre la población particularmente joven.
Cosas positivas, sin embargo, las apreciamos, pero no las ponemos en práctica, como el mantener nuestro entorno limpio, ajeno a la basura. Decíamos, cuando existía la Zona del Canal, que en sus calles y parques a ningún panameño se le ocurría tirar un pedazo de papel a la calle, como sí se hacía al salir de ese entorno. Allá respetábamos las normas sobre ornato. Acá nos importaban un bledo y nos sentíamos libres para hacer lo que nos daba la gana.
En reciente viaje a Estados Unidos, en un concurrido restaurante popular de un pequeño pueblo, donde desayunaba, me sorprendí con algo que ocurrió mientras tomaba mi café. Me llamó la atención. A las 9:30 de la mañana, con mucha solemnidad, todos los comensales, bajo el anuncio del gerente del local, se pusieron de pie y con fervor recitaron el juramento a la bandera.
Ese ritual patriótico, que se repite a diario, se confunde con la enorme cantidad de banderas estadounidenses que ondean por doquier todo el año, no solo en las efemérides patrias. La gente vive su patriotismo permanentemente, tal como apreciamos cuando vemos algún evento deportivo.
Al sentir que nos falta mucha información histórica, en mis artículos semanales desarrolló temas históricos de interés, confrontándolos con la gente que por allí me encuentro. La experiencia me revela lo poco que la población conoce de su historia, su tradición y su cultura. Lo viví en los tantos años que impartí clases en la Universidad de Panamá, donde difícilmente algún estudiante estaba pendiente de las noticias nacionales. Eran como robots. Lo único que aspiraban era memorizarse la materia para aprobar y graduarse. Más importante eran la música y los artistas del momento.
En una ocasión, al describir en uno de esos escritos al doctor Belisario Porras como el mejor presidente que ha tenido Panamá, pregunté a una estudiante, que resultó ser santeña, quién, a su entender, podría considerarse el mejor de los mandatarios presidentes. Pensativa, tartamudeó sin recordar a ninguno de los presidentes panameños. Le tiré una toalla: “es de la provincia de Los Santos como tú”. Casi me caigo de la silla con su respuesta, cuando con mucha naturalidad dijo: “No sabía que Nito fuera santeño”.
El quitar la materia Cívica como materia obligatoria en el pensum escolar hace muchos años, así como el eliminarse, mediante fallo de la Corte Suprema de Justicia que declaró en el 2020 inconstitucional la norma que desde el 2015 había restablecido la obligatoriedad de impartir la clase de Relaciones de Panamá con Estados Unidos, debe preocuparnos. Afortunadamente, está pendiente desde el 2021 un proyecto propuesto por el diputado Juan Diego Vásquez para volver a establecer tal obligación en todos los centros educativos del país. Desestimulan, como si no fuera importante, el que profundicemos en nuestras raíces.
Esas realidades nos hacen plantear una necesidad muy concreta: ¿cómo esperamos que los jóvenes preserven un profundo sentido patrio, si les hemos quitado todas las herramientas necesarias para que tengan una conciencia crítica formada frente a los problemas del país?
Importante que quienes se encarguen de la tutela del país en 2024 encarguen a un grupo de historiadores panameños para que preparen a la brevedad posible, y para todos los niveles, un compendio histórico de nuestra Nación para impartir esos conocimientos desde que el niño está en sus primeros años de escuela. Es en ese instante que se debe preparar al panameño para que vaya amando todo su entorno, sobre todo el país donde nació.
Si pretendemos tener mejores ciudadanos, debemos enseñarles de dónde venimos, cómo se ha formado el país, y así podremos prepararlos para que sepan hacia dónde queremos ir como Nación. No creo que sea una aspiración ciudadana difícil de concretar.