Año electoral

2024 es un año electoral en las Américas. No solo Panamá desarrolla tales procesos, sino que también otros países como México, Venezuela y Estados Unidos avanzan para renovar el órgano ejecutivo, así como sus cuerpos legislativos para el inicio de una nueva administración. Cada uno tiene un ciclo diferente de duración y ahora se aprestan, independientemente a su especificidad, a que sus sociedades apuesten a alcanzar los retos políticos.

Ya fueron definidas otras campañas en Ecuador, Perú, Guatemala, El Salvador y Argentina e inician intensos programas de Gobierno con modificaciones en importantes sectores, las que alteran las constantes o la tradición que ha caracterizado los periodos anteriores, lo cual implica, a su vez, un cambio de paradigmas. En el último de estos países se ha propuesto un macizo grupo de leyes que han disparado la oposición popular.

En México finaliza un sexenio de importantes cambios con la gestión del partido Morena y el presidente Andrés Manuel López Obrador. Su colectivo político aspira a que sea electa la candidata Claudia Sheinbaum y para eso ha hecho alianza con el Partido del Trabajo y el Partido Verde. Por otro lado, Xóchitl Gálvez es la opción de los partidos Revolucionario Institucional, Acción Nacional y de la Revolución Democrática.

Además, en el horizonte ha surgido una tercera candidatura, Jorge Álvarez Máynez del Movimiento Ciudadano, quien se propone como un representante de la juventud y que aboga por una nueva etapa con opciones contra la “vieja política”, a la que acusa de ser obediente al poder.

Es la primera vez que se presentan dos mujeres para dirigir el Estado y con toda seguridad, una de ellas será la elegida para el próximo ciclo presidencial mexicano.

En Venezuela se han iniciado las inscripciones y el Partido Socialista Unido de Venezuela, ha propuesto al actual presidente, Nicolás Maduro para continuar al frente de la Nación. En la oposición, todavía no se logra definir una opción, ya que se han perdido las posibilidades de que Marina Corina Machado sea la candidata de las fuerzas políticas que adversan al régimen gobernante. Por eso se ha propuesto a Corina Yoris Villasana.

Es una antesala compleja para la definición del nuevo gobernante, pues múltiples sectores, tanto internos como foráneos, procuran que se cumplan derechos civiles y sean aceptados los intereses de los partidos de oposición, que han encontrado todo tipo de trabas, incluso tecnológicas, para inscribir a sus candidatos. Existe presión exterior para que se admitan propuestas de las fuerzas que se oponen al estado de cosas en la tierra de Bolívar.

En Estados Unidos parece que no habrá nuevas figuras y con toda seguridad el presidente Joe Biden será el candidato del Partido Demócrata y los datos de primarias, permiten augurar que Donald Trump se constituirá en el aspirante del Partido Republicano. Dos viejas figuras que enfrentan los grandes problemas que acucian al país, entre ellos la inflación y la situación explosiva con las migraciones procedentes de América Latina.

La complejidad en Panamá es la cantidad de contendientes. Ocho contendientes que han dispersado la atención de los electores, lo que permite predecir que ninguno de ellos alcanzará una cantidad de votos que brinde una mayoría cómoda. Esto se requiere, incluso para lograr alianzas con el Órgano Legislativo, y así proponer una base normativa que permitiría impulsar los proyectos más significativos de la nueva administración.

Independientemente de estos factores cuantitativos, también se presentan algunos aspectos sobre la candidatura que fue eliminada porque la figura que la encabezaba tuvo que ser separada de las elecciones por contar con un fallo de culpabilidad por delitos. Con el espacio vacío se ha creado una situación ambigua y complicada.

Estas realidades adquieren un sello particular por la cantidad de elementos que han de definir la selección de los mandatarios o mandatarias en el nuevo periodo; la población electoral debe seguir el proceso con mucha atención y conciencia ciudadana.