• 29/09/2022 00:00

Aportes para la verdadera historia del Museo del Canal Interoceánico de Panamá

El debate publico sobre la verdadera historia del Museo del Canal Interoceánico de Panamá (MCIP) comienza por la carta que la honorable Diputada Mayin Correa le envía (y de la cual yo recibí copia formal) dirigida a la actual presidente del Patronato Hildegard Vásquez y a la Directora Ejecutiva Ana E.

El debate publico sobre la verdadera historia del Museo del Canal Interoceánico de Panamá (MCIP) comienza por la carta que la honorable Diputada Mayin Correa le envía (y de la cual yo recibí copia formal) dirigida a la actual presidente del Patronato Hildegard Vásquez y a la Directora Ejecutiva Ana E. González Martin, en la cual Mayin Correa denuncia según copio textualmente: “Recientemente estuve en un acto en las instalaciones del MCI y pude percatarme, consternada y con mucho dolor, que ha desaparecido la placa conmemorativa a la inauguración del Museo, que develamos en 1997 el presidente Ernesto y mi persona, en calidad de Alcaldesa del Distrito Capital y coordinadora del proyecto. Deseo hacer algo de historia para narrar los antecedentes de la creación del MCI y de su primer Patronato, en aras de que prevalezca verdad histórica y que el papel que jugamos cada uno de los que participamos en la construcción de la obra. La idea inicial de la obra fue del arquitecto restaurador Dr. Eduardo Tejeira (q.e.p.d) y del arquitecto Alvaro González Clare quienes me propusieron la idea para que yo desde la Alcaldía, lo hiciéramos realidad”.

Es más que evidente que el fondo y propósito de la carta revela y plantea dos hechos fundamentales para la historia del (MCIP). Primero pretende definir quien hace realidad la obra y segundo quiere reconocer de quien fue la idea inicial para crear la obra.

A la primera aseveración no queda la menor duda que la obra se llevó a cabo y se concretó debido a la determinación ejecutiva y la autoridad administrativa de la Alcaldesa Mayin Correa y que el presidente Ernesto Pérez Balladares por su parte ordeno que las partidas de dinero necesarias fueran incluidas, como en efecto lo hizo, en la ley del presupuesto para la construcción del edificio. El mérito de ambos autores debe estar incluido y conmemorado en la placa inaugural de la obra develada en 1997. Sin embargo, tal como lo indica la diputada Mayin Correa y copio nuevamente textualmente de su carta: “Veo con profunda tristeza como se ha querido opacar y silenciar el esfuerzo titánico que realizamos desde la Alcaldía para darle vida al MCI”. Esto indica que es necesario y eminente que el actual Patronato reponga la placa conmemorativa que reconozca el mérito indiscutible que tuvo la alcaldesa Mayin Correa en la realización de esta obra”.

La segunda aseveración a que hace referencia la carta es sobre quien es el dueño de la idea original para construir el MCIP. Esto es un tema mucho más complicado y sensible, porque con seguridad aparecerán muchos personajes que querrán reclamar la autoría y maternidad del histórico evento.

Como en la carta referida, Mayin Correa nos hace responsables al difunto Dr., Eduardo Tejeira Davis y a mí de la idea original del MCIP, me veo en la necesidad de participar en este debate público para hacer las aclaraciones y aportes pertinentes, para que la historia escrita sea lo más apegada posible a la verdad.

Revisando mi archivo que guardo de esa época, localicé una Memoria Descriptiva del Anteproyecto del MCIP escrita por Eduardo Tejeira Davis, como miembro del patronato y asesor de la Alcaldía, donde encontré esta descripción que uso para extraer partes pertinentes que ayudan a ubicar a los autores de la idea en su momento y entorno histórico: “Entre 1981 y 1984 surgieron por lo menos dos anteproyectos para el diseño del museo. Ambos presentan una misma idea, con la diferencia principal entre las propuestas, que en la de 1981 no se toma en cuenta la distribución interna original del edificio, ya que sugería un gran patio central en vez de los dos patios como tuvo originalmente el edificio. La propuesta de 1984, aparentemente por sugerencia de la consultora de UNESCO Yuni Herreman, respetaba mucho más el carácter original del Grand Hotel construido por Georges Loew. Pero con la crisis de mediados de 1980, el proyecto se paralizó en la Alcaldía y se engaveto.

La Fundación Calicanto y la Alcaldía de Panamá retomaron la iniciativa del museo en 1994-95, en un principio con base en la propuesta anteriormente referida de 1981. Cuando se estableció el primer Patronato se decidió en ese momento descartar las dos propuestas, la de 1981 y la de 1984. Al final, el Patronato decidió replantear totalmente, contando con la asistencia técnica y sugerencias del consultor arquitecto Michel Adment especialista en museos, que nos aportó el embajador de Francia en Panamá, el Sr. Allain de Beaupuy. La comisión del edificio nombrada por el Patronato asumió y tomó la decisión final por el nuevo diseño del museo, que finalmente fue elaborado por los arquitectos Eduardo Tejeira Davis y Alvaro González Clare. Se descartó totalmente la idea de incluir un centro de Estudios, en el edificio, como se propuso en las dos propuestas anteriores, por falta de espacio para exhibiciones. La comisión de Historia y Museo, por su lado, se encargó y desarrollo el tema de la exhibición museística. Es muy importante reconocer aquí que el estado del edificio, no se podía resumir en pocas palabras y para eso nos referimos durante el proceso de diseño, al detallado informe de patologías presentado en mayo de 1996 por el arquitecto Domingo Varela; las fotos en la memoria descriptiva dan fiel testimonio de la situación deplorable del inmueble cuando fue entregado al Patronato en mayo de 1996.

Basado en las últimas aclaraciones sustentadas en la Memoria Descriptiva del Anteproyecto, se debe descartar totalmente la participación de la Fundación Calicanto en el diseño final y la elaboración de los planos de construcción en los que se basó la obra. Precisa también destacar aquí, la valiosa participación del ingeniero Víctor Duarte y el arquitecto Felix Guardia, que con sus acertados aportes y responsabilidades técnicas asumidas en el proyecto, se logró mantener la estructura de muros de mampostería originales sin necesidad de tener que adicionar una estructura secundaria, para cumplir con los códigos sísmicos vigentes, lo cual a mi juicio personal hubiera deformado y desvirtuado mucho el valor histórico original de edificio.

Para concluir y sobre todo para responder por la memoria de mi colega y amigo Eduardo Tejeira Davis, puedo aseverar aquí que no se nos debe dar el mérito, como se ha indicado anteriormente, que somos los gestores y dueños de la idea original del MCIP, título que a mi juicio es importante pero no relevante, porque lo que verdaderamente importa aquí, es quienes fueron los que se enfrascaron en la difícil y titánica tarea de hacer realidad la idea para llevar a cabo esta obra insigne de la nacionalidad panameña y tenerlo listo para ser incluido en la celebración del Congreso Universal del Canal de Panamá el 7 de septiembre de 1997.

Considero que ahora lo eminente y urgente es que el actual Patronato, encuentre y reubique la placa conmemorativa inaugural para reconocer el indiscutible mérito de Mayin Correa tuvo en la ejecución, administración y realización del MCIP, de lo cual doy fe por haber sido miembro del primer Patronato, y parte de la comisión del edificio, al igual que puedo y estoy dispuesto a defender la participación de todos los que hicimos realidad este proyecto, en el campo que sea necesario, ahora que se pretende borrarnos de la historia del Museo, a todos los que con tanto empeño y esfuerzo patriótico convertimos la idea en una magnífica realidad.

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